Muerte en el HIGA: 2 años después, la lucha de una familia por justicia
Romina falleció en el hospital, en el marco de una serie de irregularidades por falta de médicos. Su familia denuncia abandono de persona y espera definiciones de la justicia.
Romina tenía 28 años, tres hijas y trabajaba elaborando y vendiendo viandas en las fábricas de pescado de la ciudad. En abril del 2017 comenzó a sentirse mal y, como no tenía otro tipo de cobertura en salud, se acercó al Hospital Interzonal General de Agudos (HIGA) para que la atendiera un médico. Una semana después, y tras muchas idas y vueltas, falleció.
Desde ese momento, para su familia comenzó una lucha en busca de justicia, que hoy lleva dos años y algunos avances concretos. Es que, tras presentar una denuncia penal por abandono de persona y lograr la exhumación del cuerpo –dado que no se había realizado la operación de autopsia-, resta la resolución de un perito de la Asesoría para determinar si hubo o no mala praxis en las intervenciones médicas, no solo de los profesionales del HIGA sino también de los de la Unidad de Pronta Atención (UPA) a la que fue derivada la joven por falta de médicos.
“Dos años pasaron ya, yo estoy un poco mejor y ahora estoy muy ansiosa con este tema. Espero respuestas, que se haga justicia para mi hija y para mis nietas. Que no vuelva a pasar”, resume María Cardozo, mamá de Romina y quien quedó a cargo de sus tres nietas, a quienes hoy cría como si fueran sus hijas.
En diálogo con QUÉ Digital y tras una reciente audiencia con el Municipio a instancias del Fuero Contencioso Administrativo, el abogado de la familia, Julio César Costa Etcheverry, se refirió a los avances no solo de la causa penal, sino también de la presentación radicada en sede administrativa con el objetivo de lograr una indemnización pecuniaria para la familia de Romina, que quedó en un claro estado de “vulnerabilidad social”.
“La causa penal sigue avanzando en la UFI 11 de Delitos Culposos, esperando que la Asesoría Pericial se expida, porque mandaron a pedir todas las historias clínicas de la UPA, el HIGA y Centro de Salud N°2”, detalló el abogado, quien aseguró que desde la fiscalía debieron pedir los registros al menos tres veces, ya que desde la UPA se negaban a remitirlos.
“Faltaría la decisión del médico de la Asesoría, que se expida sobre todos los puntos de pericia para corroborar que hubo mala praxis”, agregó Costa Etcheverry, quien ahondó sobre lo que fueron “una sucesión de hechos que, por negligencia u otro motivo, se concatenaron y terminaron en la muerte de Romina”.
LA RESPONSABILIDAD DE LA PROVINCIA PARA ELEGIR MÉDICOS
Al respecto, el abogado explicó que –tal como le contaba María hace dos años a QUÉ Digital– en la causa consta que en abril de 2017 su hija se descompuso y por eso recorrieron gran parte de la ciudad- desde el Puerto hasta el HIGA- para ser atendidas por un médico. Sin embargo, cuando llegaron allí les informaron que no había profesionales en la guardia y que debía dirigirse a la UPA, ubicada a algunos metros de distancia.
“La mala praxis se ha ocasionado en el HIGA porque a ella la derivaron del Centro de Salud N°2 de la Municipalidad, la internaron y operaron por piedritas pero cuando se hizo la autopsia el médico dijo que deberían haber aplicado el sistema CPRE (Ndr: colangiopancreatografía retrógrada endoscópica) y se aplicó otro”, graficó el abogado.
Y en ese sentido, también cuestionó la atención recibida en la UPA -a la que la derivaron sin mayores explicaciones y adonde debió llegar en taxi-, ya que los profesionales que la atendieron le dijeron dicho “que tenía hepatitis y la mandaran a la casa, cuando la tendrían que haber internado”.
“Romina tenía tres hijos menores, una de ellas una bebé de seis meses, era una persona sana, sus hijas son sanas y nunca había tenido un problema. Acá fue la desidia del Estado, por la falta de profesionales. Porque desde el HIGA la mandaron al UPA, y eso no debería pasar jamás, que te deriven a una salita”, sumó Costa Etcheverry.
En cuanto al Municipio, el abogado expuso que en la reciente audiencia se decidió dejar de lado su presunta responsabilidad, al entender que los profesionales del Centro de Salud N°2 actuaron bien, ya que derivaron a la paciente de forma urgente al HIGA. Por eso, la denuncia es contra la Provincia, específicamente el Ministerio de Salud bonaerense.
“Lo único que tienen en la UPA es un estudio de sangre; a Romina no le hicieron los prequirúrgicos, no hay constancia de anestesistas ni de cardiólogos, nada. Y acá hay que mencionar en el estado de vulnerabilidad social que dejaron a la familia, una abuela con siete hijas y tres nietas; es un estado desasotroso, porque Romina tenía 28 años, era una chica que trabajaba, con excelente salud y sostenía a su familia”, evidenció.
Finalmente, Costa Etcheverry dijo que lo que se busca es lograr justicia y una reparación para esta familia, pero más allá de eso, también prevenir y sentar un precedente: “Esto es contra la Provincia por la responsabilidad que tiene en elegir médicos, en este caso negligentes. No es que decimos que los médicos anden matando gente, sino que el Estado no pone los suficientes recursos para que los profesionales tengan las mejores herramientas para hacer su trabajo”.
Desde el momento en que la sorpresiva muerte de su hija la dejó no solo a cargo de sus nietas, sino con un dolor y una impotencia difíciles de describir, María emprendió un camino en busca de justicia que hoy lleva dos años y muchas batallas judiciales afrontadas, algunas ganadas y otras perdidas.
“Yo hoy lo que espero son prontas respuestas, que se haga justicia para mi hija, para mis nietas. Porque mi bebita, que tiene casi tres años, se quedó sin su mamá, no va a tener recuerdos de su mamá porque era muy chica”, expuso conmovida y aferrada a la foto de su hija y de sus nietas, en un tiempo pasado más feliz.
Con el mismo dolor en su mirada -pero ciertos caminos ya recorridos, algunas puertas más que golpeadas y un aprendizaje a fuerza de ímpetu y empuje- esta mamá y abuela no solo se hizo cargo de su familia, sino que quiere salir adelante; sabe que ella y sobre todo sus nietas lo merecen.
“Que se haga justicia por mi hija y que no vuelva a pasar. Mi hija es una víctima más y ojalá no vuelva a pasar, que se haga justicia por Romina”, completó.
