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21/05/2019

“A pesar de las represalias no me arrepiento de haber denunciado”

El año pasado Daiana tomó coraje y decidió denunciar al secretario de Economía, Hernán Mourelle, por acoso sexual. “El mismo día que hice la denuncia sentí que me saqué una mochila”, se sinceró.

“A pesar de las represalias no me arrepiento de haber denunciado”
(Fotos: QUÉ Digital)

Daiana habla pausado y elige cada término con cuidado, con una precisión casi quirúrgica. No quiere dejar nada afuera del relato y además sabe, por experiencia personal, que la palabra, en todo sentido, es liberadora. “A pesar de las represalias no me arrepiento de haber denunciado”, se sinceró a más de seis meses de haberse presentado ante la justicia para denunciar al secretario de Economía y Hacienda, Hernán Mourelle, por acoso sexual.

“El mismo día que hice la denuncia sentí que me saqué una mochila, tal vez un poco por mi criterio o mi forma de ver la vida. Si no lo hacía, sentía que me estaba engañando a mí misma. Y hoy, a pesar de las represalias, de que me perjudicó económicamente, no me arrepiento de haber hecho la denuncia”, le contó a QUÉ Digital durante una entrevista.

Daiana tiene 38 años y dos hijos adolescentes que, según cuenta, la cuidan y acompañan siempre. Ella es sostén de familia, por eso tiene dos trabajos, y pese a que se desempeña desde hace casi nueve años en el Municipio de General Pueyrredon –y “nunca había tenido una carpeta médica”- a mediados de 2018, y por primera vez en su vida, se encontró imposibilitada a la hora de concretar sus tareas.

En septiembre del año pasado se conoció su denuncia y desde ese momento parte de su vida cambió: es que, según expuso ante la justicia, cansada de reclamar el pago del adicional por disponibilidad que le correspondía por su cargo –en ese momento se desempeñaba en Ceremonial y Protocolo- y luego de numerosas insinuaciones sexuales por parte de Mourelle, Daiana decidió presentar una denuncia penal, ante la falta de respuestas institucionales.

MOURELLE

Hernán Mourelle, denunciado por Daiana (Foto: archivo / QUÉ Digital)

“El año pasado, el intendente había firmado el pedido porque realmente trabajaba fuera de horario. Yo lo presenté cuando Gustavo Schroeder estaba como secretario de Economía, el expediente estuvo un par de meses parado y cuando asumió Mourelle le comenté esta situación y él me dijo que lo iba a mirar”, relató, respecto a los orígenes del reclamo.

Me di cuenta de que él no quería pagarme a menos que yo accediera a eso que me insinuaba de manera contundente: tenía que salir con él para poder cobrar ese dinero que me correspondía.

De acuerdo a su relato, al notar que pasaban las semanas y el expediente no avanzaba, Daiana se acercó al funcionario en busca de algún tipo de solución. Sin embargo, la respuesta que obtuvo, lejos de ser la adecuada, le abriría el camino a una serie de episodios que finalmente derivaron en la denuncia penal por coacción contra Mourelle.

“Habrá pasado un mes y le volví a preguntar. Y me respondió que él estas cuestiones las podía prometer afuera del trabajo. ‘Estas cosas yo las hablo y las prometo afuera de este ámbito’, me dijo”, expuso y contó que, con el correr de las semanas, “empezaron a pasar otras cosas en las que él siempre se refería a mí y hacía alusión a mi imagen, a mi figura”.

“Me decía que dejara a mi novio y que me fuera con él. Y siempre obviaba la parte laboral. Entonces me di cuenta de que él no quería pagarme a menos que yo accediera a eso que me insinuaba de manera contundente: tenía que salir con él para poder cobrar ese dinero que me correspondía”, cuestionó Daiana, respecto a la actitud de Mourelle a la hora de atender las demandas.

 SIN RESPUESTAS, DE LA DEFENSORÍA DEL PUEBLO A LA JUSTICIA 

En ese marco, y al darse cuenta de lo que estaba sucediendo, Daiana decidió radicar una presentación en la Defensoría del Pueblo, pero haciendo hincapié en el incumplimiento salarial, teniendo en cuenta que desde que comenzó con los reclamos, la Secretaría de Hacienda nunca le respondió el pedido.

Entonces, desde la entidad le enviaron una nota al funcionario municipal -que nunca fue respondida- y enseguida recibió un llamado del propio intendente Carlos Arroyo. “Cuando me llamó, le conté; de hecho en ese momento mi novio era el secretario del intendente, y él también se lo contó”, confió y expuso que el jefe comunal siempre estuvo al tanto de lo sucedido e incluso la había respaldado.

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“A Arroyo no le sorprendió -continuó Daiana- porque era un tema que habíamos hablado. Que Hernán era bastante baboso y que su debilidad eran las mujeres se venía hablando y yo tenía contacto con el intendente por mi trabajo y por mi novio. Arroyo estaba al tanto y de hecho cuando se sentó conmigo me dijo que no me preocupara, que él iba a hacer el pedido para que me pagaran lo correspondiente porque yo trabajaba mucho”.

Algunos días después de que el intendente firmara nuevamente el pedido en relación a la bonificación para la trabajadora, y luego de que el expediente –nuevamente- quedara frenado en el área a cargo de Mourelle, Daiana se cruzó con el funcionario, quien según relató se le acercó de forma directa para decirle: “Qué impresionante lo tuyo”.

“Yo pensé que me iba a decir algo por la nota de la Defensoría del Pueblo. Le pregunté ‘¿qué cosa?’ y me respondió: ‘Lo único que tenés impresionante; tu belleza, mirá lo que sos’”. Para Daiana, ese momento representó un antes y un después y aunque intentó dejar pasar lo sucedido, poco a poco comenzó a enfermarse.

“Dejé pasar eso, con la bronca que genera porque una es una laburante, yo soy sostén de familia y que alguien me esté tocando el bolsillo por un capricho es espantoso. Me empezó a dañar psicológicamente ver que nadie hacía nada, ver que mis compañeros u otros funcionarios me decían que no dijera nada porque me iban a sacar, me iban a mandar a otra área, a Batán”, graficó, respecto a lo sucedido tan solo meses antes de su denuncia penal.

En ese marco, Daiana terminó enferma a causa del estrés. “Por primera vez tuve carpeta médica en mis ocho años en la Municipalidad, nunca había tenido”, enfatizó y recordó las sensaciones de aquel entonces, que derivaron en un tratamiento psicológico y psiquiátrico y, finalmente, una carpeta médica.

“El médico clínico me derivó al psiquiatra por los síntomas de estrés que eran bastante agudos, como falta de aire, dolor en el pecho, insomnio, palpitaciones. Ahí fue que decidí hacer la denuncia penal, porque ya no me quedaban muchas herramientas y me parecía que esto no podía quedar de esta manera, me parecía totalmente injusto lo que estaba pasando”, enumeró.

 “ESTANDO CON CARPETA MÉDICA ME TRASLADARON” 

Una vez que la noticia tomó estado público, las cosas también cambiaron para Daiana. Es que, sin lugar a dudas, fue a partir de ese momento que empezaron las represalias, teniendo en cuenta que Mourelle se defendió públicamente y negó los hechos –dijo que la denunciante tenía “algún problema de equilibrio emocional”- y que el Ejecutivo, en la figura del intendente, lo apañó.

“Cuando estaba por regresar al trabajo, me enteré por un portal de noticias que me habían trasladado compulsivamente de mi área y nadie me avisó, yo no recibí notificación y aun estando con carpeta médica me trasladaron”, relató respecto a lo que la llevaría al lugar que ocupa hoy dentro de la Dirección de Políticas de Género.

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Daiana se desempeña ahora en la Dirección de Políticas de Genero (Foto: archivo / QUÉ Digital)

Para Daiana, su traslado fue una especie de castigo, pero sin querer, los funcionarios terminaron por hacerle un favor ya que trabajando en el área se reencontró con su vocación: la psicología humanista. Y en ese sentido, el hecho de haber dejado de trabajar durante un tiempo y haber tomado distancia de lo que atravesaba también le permitió abrir los ojos y no naturalizar el acoso.

“Estando adentro es como que naturalizás todo sin darte cuenta, o dándote cuenta, pero sabiendo que no te queda otra porque tenés que ir todos los días a trabajar”, reflexionó y entendió que la respuesta institucional que recibió no fue la adecuada, porque “estamos hablando de funcionarios públicos, de gente que se supone que tiene que hacer las cosas bien porque la gente los votó”.

Tras relatar los obstáculos que debió sortear hasta lograr asentarse en su nuevo puesto -desde no tener tareas claras hasta no saber dónde fichar su ingreso y egreso- Daiana se refirió también a cómo logró salir adelante, pese a que la causa contra Mourelle todavía no tuvo una resolución y, además, el Municipio sigue incumpliendo con el pago de las bonificaciones reclamadas.

“Empecé a trabajar en Políticas de Género y empezamos a reclamar una bonificación, porque está considerada una actividad riesgosa, ya que trabajamos con mujeres que son agredidas, golpeadas, maltratadas, mujeres que sufren abusos. Todo eso todavía queda pendiente, está en la justicia y vamos a seguir por la vía legal ya que se sabe que es lo que corresponde y están infringiendo una ley laboral que dice igual tarea, igual remuneración”, cuestionó.

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Finalmente, Daiana reconoció que pese a que estuvo “muy mal emocionalmente”, no se arrepiente de haber decidido a hablar y plantarse para que nadie más atraviese lo que ella tuvo que atravesar. “Sé que estas cosas hay que capitalizarlas para bien y de hecho se está trabajando en un protocolo en el Concejo Deliberante porque antes no existía”, sumó.

A la espera de avances en la causa que instruye la fiscal Andrea Gómez, Daiana hizo hincapié en la importancia de lograr plantarse y animarse a hablar, aunque el entorno, la familia o los amigos sugieran lo contrario. “Siempre menciono la importancia de hablar, de denunciar, de hacerse cargo y responsable de lo que a uno le pasa: uno no elige lo que le pasa pero sí qué hacer con eso que le pasa”.

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