Puerto: luchar contra la “tormenta perfecta de la corrupción”
Mientras las familias del Rigel sostienen un acampe y las del Repunte luchan por las pericias, los empresarios no dan respuestas. “Esto es un sistema que funciona a la perfección”, denuncia la multisectorial Ningún Hundimiento Más.
Las familias de la tripulación del Rigel acampan y le hacen frente a la indiferencia todos los días en la peatonal San Martín, frente a la Catedral. Luchan para que los buzos bajen en busca de los cuerpos de sus seres queridos. Las del Repunte, con un camino ya recorrido, reclaman e insisten por las pericias, para que el Estado se haga cargo e investigue qué pasó. En el medio, en el Puerto de Mar del Plata, cada tanto surgen denuncias por el estado de alguna embarcación, pero con el paso de los días todo vuelve a la normalidad. Los empresarios, los dueños de los barcos y quienes lucran, en muchos casos, con la vida de sus marineros, parecen intocables, inalcanzables.
Para Gabriela Sánchez, hermana del capitán del Repunte y quien es una de las referentes de la multisectorial Ningún Hundimiento Más -conformada para nuclear y sostener en la lucha a las familias víctimas de las tragedias en el Puerto- asegura que el día que los empresarios tengan que ir a dar cuentas a la justicia “va a ser histórico porque nunca ha avanzado ninguna investigación por todas estas cosas”.
En ese marco, y en el caso del Repunte, las recientes pericias en el casco -importantísimas para avanzar en la búsqueda de los responsables por el naufragio que se llevó la vida de los diez trabajadores- generaron descontento; es que la Armada zarpó en el buque “Austral” para realizar las tareas con las cámaras filmadoras y los buzos, pero no llevó la cámara hiperbárica necesaria para que desciendan y asistan al ROV (vehículo operado remotamente) en las filmaciones a 53 metros de profundidad.
Al respecto, Gabriela ahondó en la sensación de desconfianza de las familias, no solo porque lo sucedido implica que ahora deberán luchar para volver a realizar las pericias, sino porque no pareciera ser casual: “Yo no creo que haya sido como quiere pintarlo la Armada, un ‘no te entendí lo que tenía que hacer’. No, ahí hay otra cosa”.
“Entre tantas noticias –siguió- parecería que queda en segundo plano, pero si estas pericias se hacen como se tiene que hacer, si logramos que se cambie la carátula, logramos que tengan que ir a declarar los empresarios, el prefecto de ese momento, la persona que autorizó los partes, el Consejo Federal Pesquero que justificó la inactividad del Repunte, que estaba para desguazar”.
En ese sentido, para la referente de la multisectorial Ningún Hundimiento Más, en el caso del Repunte hubo una sumatoria de factores que posibilitaron el hundimiento: “Por eso siempre digo que fue la tormenta perfecta de la corrupción, porque Luis Caputo (dueño del barco) solo no podía sacar el barco, y tampoco es que Caputo sea menos responsable. Es el primero, pero no es el único”.
Y en esa misma línea, Gabriela enfatizó, sobre el rol de Caputo en particular, pero sobre los poderosos empresarios del Puerto en general: “(Caputo) no es solo un tipo de mierda, jodido, que se levantó u día y dijo ‘voy a sacar un barco chatarra’ y mató a toda la tripulación. Esto es un sistema súper racional que funciona a la perfección y hay distintos actores y el día que ellos tengan que ir a dar cuentas a la justicia va a ser histórico porque nunca ha avanzado ninguna investigación por todas estas cosas”.
