Una carpa tecnológica, sin nada nuevo para ver
Está ubicada junto a la fuente de San Martín y San Luis. En su interior, el público solo puede tomarse fotos, conocer las señales viales y llevarse un “certificado” simbólico de la llegada a Buenos Aires de los abuelos con la firma de Florencio Randazzo.
Carpa tecnológica. El nombre llama la atención y por fuera simula ser una muestra a escala de lo que se expone en Tecnópolis. Pero lejos de eso, en el interior de este espacio montado en la Peatonal y San Luis, el público no encuentra tecnología de avanzada sino solo información del Ministerio del Interior de Transporte, la posibilidad de sacarse fotos, un simulador de manejo y acceso a una computadora con datos de la llegada de inmigrantes. La figura de Florencio Randazzo, parece ser el último avance de la ciencia en la carpa.
Una alfombra violenta con seguridad en la entrada conduce al acceso de lo que se presenta como una carpa tecnológica. Adentro, una pantalla con cámara incluida se encarga de mostrarle a quienes visitan el lugar cómo quedaría su DNI, aunque naturalmente el trámite no se puede hacer en el lugar. Las promotoras se encargan de informarle a la gente cuáles son los centros para tramitarlo.
A escasos metros se puede armar un rompecabezas digital; luego puede girarse una suerte de ruleta de preguntas sobre temas como el transporte y el tránsito; más allá, un vehículo con una pantalla al frente busca enseñar a respetar las señales viales; detrás, una sala toma fotografías en 360 grados que luego son enviadas vía mail; a un costado, un stand con forma de barco entrega “certificados” simbólicos de la llegada de los abuelos al Puerto de Buenos Aires. Nada más.
La imagen de Florencio Randazzo forma parte de prácticamente todas las actividades. Un monitor lo muestra junto a un tren en una secuencia de fotografías de 360 grados; el certificado de la llegada de los abuelos también lleva su firma; hay preguntas listas para responder sobre hechos concretados durante su gestión y su nombre acompaña las paredes de la carpa tecnológica que difícilmente logra sorprender a quien la visita.
