Una cava y un basural a cielo abierto que preocupan a vecinos de Chapadmalal
Radicaron denuncias ante la Justicia Federal y Provincial. Investigan la existencia de un sistema “clandestino” de disposición y apuntan a entes estatales por arrojar e incinerar los residuos.
Vecinos y vecinas de Chapadmalal presentaron denuncias -luego de las que se iniciaron investigaciones en al ámbito judicial federal y bonaerense- por la existencia de una cava y un basural a cielo abierto en jurisdicción de la Unidad Turística Chapadmalal, donde aseguran que además de residentes de la zona, organismos estatales arrojan e incineran grandes cantidades de residuos, algunos de ellos patogénicos, a cinco cuadras de una escuela. Además, investigan la existencia de un “sistema clandestino” de disposición.
Desde el mes de diciembre, vecinos empezaron a concurrir habitualmente al basural y la cava ya que, si bien existe desde hace años y es reconocida por quienes habitan en la zona, consideraban que no podían ser solo residentes del sector quienes arrojaran la cantidad de residuos hallados en el lugar. Y así fue como a lo largo de los meses, acumularon pruebas y filmaron a camiones municipales arrojando restos de poda, extrayendo tierra y tosca del lugar, a camiones dependientes de la Unidad Turística, y a otros aún no identificados. Todos esos archivos ya están en manos de la fiscal federal Laura Mazzaferri y fueron aportados, también, al Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible (OPDS).
Además, la Fiscalía de Delitos Culposos y Ambientales inició un expediente por la presunta infracción a la Ley provincial N° 11.347 de Tratamiento, Manipulación, Transporte y Disposición Final de Residuos Patogénicos, al encontrar allí una importante cantidad de medicamentos.
A partir de esas presentaciones, en el marco de la investigación por posible infracción a la Ley 24.051 de Residuos Peligrosos, la Justicia Federal -a través del juez subrogante del Juzgado Federal Nº1 de Mar del Plata, Santiago Inchausti- remitió los correspondientes oficios tanto a la administración del complejo a cargo de Daniel Simoncini como al Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación y al intendente Guillermo Montenegro. En los documentos, la Justicia realizó un exhaustivo pedido de informes para conocer el detalle de las actuaciones y la situación ambiental del lugar.
Por su parte, las y los vecinos se encargaron de dar aviso a cada uno de los organismos intervinientes por jurisdicción o temática, tales como la Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes Históricos, a quienes le solicitaron un informe por los posibles daños al patrimonio del Complejo y la elaboración de un “proyecto de recomposición del paisaje”, entre otros puntos. También entregaron un petitorio a la Subsecretaría de Minería dependiente del Ministerio de Producción, Ciencia e Innovación Tecnológica de la Provincia de Buenos Aires, puntualmente por la presencia de la cava.
En ese marco, una de las últimas presentaciones fue la denuncia ante el Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible (OPDS): “En la Unidad Turística Chapadmalal se viene desarrollando desde hace años a escasos metros del Hotel 8, el Hotel 9 y viviendas del barrio San Eduardo de Chapadmalal actividades de extracción de tierra negra y tosca, lo cual ha terminado produciendo una gran cava de aproximadamente 5 metros de profundidad y amplia extensión”, inicia la presentación.
Entre los residuos que se hallaron o aún se hallan en el basural a cielo abierto aseguran que se encontraron “pañales, cajas de medicamentos, residuos tecnológicos, aerosoles, tarros de pintura, pilas, aceite y materiales de taller mecánico”. Incluso, los vecinos denuncias que también hallaron animales muertos como ovejas y terneros por los cuales debió intervenir el Senasa para realizar las actuaciones de rigor.
(Foto: Martín Bengoechea)
CÓMO LLEGA LA BASURA AL LUGAR
Además del basural en sí mismo, uno de los hechos más graves que denuncian los vecinos es que el espacio es alimentado por la acción de vecinos pero sobre todo por camiones dependientes de la Municipalidad y de la Unidad Turística Chapadmalal. Incluso, en las denuncias, adjuntaron prueba documental recolectada en las habituales recorridas realizadas por el lugar desde el 15 de diciembre de 2020.
Ese mismo día obtuvieron filmaciones de máquinas dependientes del Distrito Descentralizado de Chapadmalal “utilizando pala mecánica para profundizar la cava y un camión volcador para cargar la tosca y llevársela“, relatan.
En la denuncia, además, sumaron que camiones dependientes de la administración del complejo turístico, de jurisdicción nacional, también arrojaron residuos, pero en ese caso aseguran que lo hacen de manera regular como si fuera un circuito de recolección y disposición final alrededor de los hoteles: lo calificaron como “un sistema de disposición de cestos irregulares y la recolección de residuos que inmediatamente son trasladados al basural a cielo abierto“.
Siguiendo esta modalidad, indicaron que una empresa privada encargada de la puesta en valor del Hotel 5 arrojó productos resultantes de la obra, como latas de pintura. En cuanto a los residuos arrojados allí por personal municipal, aseguran que se desechan restos de poda pero, también, restos de obras de vialidad.
Allí, los vecinos denuncian la existencia de un “círculo vicioso” a través de cual, a partir de numerosas observaciones, constataron que se acumula basura en el predio, las máquinas forman montículos y luego los queman como una forma de “limpiar” lo arrojado. Además, advierten que los restos de lo incinerado pasan a ser arrojados en el fondo de la cava.
En consecuencia, una de las situaciones a corroborar, advierten, es el posible vertido y/o lixiviado a partir de lluvias que lavan la basura y escurren los residuos hacia el fondo de la cava. También, buscan conocer si fueron arrojados líquidos que puedan afectar las napas de la zona, desde donde las y los vecinos extraen agua para consumo mediante pozos.
LAS CONSECUENCIAS SOCIOAMBIENTALES
Frente a lo denunciado, las y los vecinos advierten por las consecuencias socioambientales para las personas que viven en los alrededores del basural a cielo abierto. Por un lado, advirtieron acerca de la posibilidad de que sus napas se vean contaminadas por la importante cantidad de basura allí arrojada.
Por otro lado, también señalaron que quienes viven en la zona, al ver y tener naturalizado por la acción de los propios camiones estatales la presencia del basural, no solo arrojan sus desechos allí sino que también acuden a recolectar objetos. Incluso, entre los lugareños hay quienes denominan el lugar como el Shopping por las cosas que allí encuentran.
Asimismo, quienes impulsan las denuncias repararon en la cercanía de la cava y el basural con el estadio Polideportivo (200 metros) y la Escuela Primaria N°52 y el anexo de la Escuela Secundaria N°71 (500 metros).
“Hacemos notar la indignidad padecida por quienes han de soportar el basural cercano a sus viviendas y zonas de esparcimiento, las voladuras de plástico y ocasionalmente la incineración intencional de residuos, todos hechos que degradan los valores de cohesión social, la percepción de las instituciones de gobierno, donde se lesiona el ‘derecho a la ciudad’, el ‘derecho a la niñez’, entre otros principios básicos de orden público y jurídico”, manifestaron en la denuncia.
A la hora de las responsabilidades, repararon en la injerencia del administrador del complejo, Daniel Simoncini, y del director del Distrito Descentralizado, Héctor Curuchet, pero sobre todo del Municipio, por ser quien tiene bajo su ala la gestión de los residuos en el distrito.
LAS MEDIDAS SOLICITADAS
Frente a esta situación, las y los vecinos exigieron inspecciones y reparaciones ambientales a cada uno de los organismos intervinientes. Puntualmente, en una de las últimas presentaciones, exigieron al OPDS una serie de medidas, tales como una inspección y que se labren las sanciones correspondientes, que se imponga a los responsables la obligación de realizar medidas preventivas adecuadas, y que se realice una “auditoría de cierre” del predio.
