Una operadora del SAME salvó a un hombre por teléfono: “Cada segundo vale”
Una mujer llamó al 107 cuando el hombre al que cuidaba se había ahogado con comida y con indicaciones telefónicas pudo salvarlo.
Un hombre de 79 años fue salvado a partir de las indicaciones telefónicas de una radioperadora del Sistema de Atención Médica de Emergencias (SAME) de Mar del Plata. “Cada segundo vale“, remarcó el titular del SAME, Juan Di Matteo, quien recalcó la importancia de comunicarse con el 107 ante una situación de estas características.
Según informaron desde la Municipalidad el hecho sucedió días atrás cuando un hombre de 79 años se ahogó mientras comía y no podía respirar. En consecuencia, la mujer que estaba con él en la casa del barrio Centenario se comunicó al 107 para solicitar ayuda.
A la espera de la ambulancia, la radioperadora le indicó a través del teléfono a la mujer cómo tenía que hacer la técnica de Heimlich y de esa forma pudo salvarle la vida dejando de lado la obstrucción que sufrió en sus vías respiratorias.
“Llamé al 107 por una emergencia que tuve con mi patrón. Se ahogó mientras comía y una de las chicas del SAME me enseñó las maniobras para sacarlo de esa situación”, dijo Rosa, la mujer que llamó a emergencias, y agregó: “Es muy importante llamar al 107 porque salva vidas”.
Di Matteo, por su parte, resaltó que el hecho “pone de manifiesto la importancia de llamar al 107 ante una emergencia médica, acortando de esta manera los tiempos de asistencia”, y de la misma manera señaló “el gran trabajo que realizan los radioperadores, siendo el primer eslabón de la cadena del sistema de emergencias de la ciudad”.
En este sentido, el director general del SAME en Mar del Plata subrayó que lo más acertado es llamar al 107 durante una emergencia médica: “Mucha gente llama primero al 911, pero es vital que sepan que en estos casos deben llamar al 107 ya que cada segundo vale y es fundamental para salvar vidas”, explicó.
La maniobra de Heimlich es un ejercicio que sirve para ayudar a una persona a escupir un alimento u objeto atorado en las vías respiratorias. La técnica difiere en caso de tratarse de bebés o niños y adultos.
Por ejemplo, en niños, adolescentes y adultos se procede a abrazar a la persona por la espalda y debajo de sus brazos para lograr -mediante la presión con el puño hacia el abdomen- que libere el objeto que se le atragantó.
Además de parado, también es posible realizarla con la persona sentada, en ambos casos repitiendo la maniobra hasta que la persona expulse el objeto.
