Martes 07 de mayo | Mar del Plata
19/06/2023

Las travesías de Coco Urbano: entre la falta de accesibilidad y promesas incumplidas

El atleta dialogó a fondo sobre el reclamo detrás de sus aventuras, las dificultades que tienen las personas con discapacidad y la discriminación que siente por parte del Municipio.

Las travesías de Coco Urbano: entre la falta de accesibilidad y promesas incumplidas
(Imagen: Lucho Gargiulo / Qué digital)
Federico Iavagnilio

Por: Federico Iavagnilio

A lo largo de su vida, Aníbal Coco Urbano realizó diferentes travesías de miles de kilómetros sobre su silla de ruedas por las rutas argentinas y por distintos puntos de Brasil, Chile y hasta Canadá con el objetivo de, en primera medida, concientizar sobre las diferentes problemáticas que atraviesan las personas con discapacidad y, particularmente en su última aventura, lograr que los municipios con costa se comprometan a construir balnearios accesibles para que las personas con movilidad reducida puedan llegar a la orilla del mar de forma independiente.

Pese a haber visibilizado las principales problemáticas que atraviesan las personas en silla de ruedas en diferentes puntos del país, la falta de accesibilidad sigue siendo una realidad y la discriminación se hace presente para el atleta marplatense en una extensa nota con Qué digital. “En este momento me siento discriminado porque yo quisiera hacer esta nota a la orilla del mar y no lo podemos hacer. Eso es un acto de discriminación que viene del Municipio, sea cual fuese su representante, fuese Guillermo Montenegro, o los intendentes anteriores como (Gustavo) Pulti o (Elio) Aprile”, manifestó, afligido, sobre las posibilidades de habitar y disfrutar de la costa marplatense.

Aníbal Coco Urbano nació en Mar del Plata hace 60 años, es atleta paralímpico, padre de dos hijas, y zapatero de profesión, con su taller ubicado en Córdoba casi Roca. Debido a la poliomielitis y a las secuelas que le dejó la enfermedad en los miembros inferiores, tiene movilidad reducida. A pesar de ello, a lo largo de su vida derribó muchas barreras, y una de ellas es la de haberse erigido como deportista profesional desde los 19 años.

A lo largo de su exitosa carrera deportiva, el maratonista en silla de ruedas representó a Argentina en múltiples torneos nacionales e internacionales y sumó grandes resultados como, por ejemplo, haber batido el récord argentino en maratón, en los 100 metros y en su momento quebrar la marca sudamericana en San Pablo, Brasil. Además, en su larga trayectoria pudo culminar tercero en el maratón más importante del mundo en Japón, y también, finalizó cuarto en el maratón de Alaska, entre otros logros.

Pero fuera de lo estrictamente competitivo, Coco Urbano es reconocido en la ciudad y en el país por las diversas “travesías” que realiza con el principal objetivo de visibilizar y concientizar a la sociedad sobre las diferentes problemáticas que atraviesan las personas con discapacidad.

No tenemos una ciudad accesible para las personas en silla de ruedas

Para ello, a lo largo de su vida recorrió en su silla de ruedas miles de kilómetros. La primera travesía fue en 1994 cuando realizó 1.000 kilómetros del recorrido Canadá-Alaska. Un año más tarde llegó a los 3.000 kilómetros entre las ciudades La Quiaca-Mar del Plata, y más tarde realizó Mar del Plata-San Pablo (1998), luego pasó por 37 municipios bonaerenses (3.000 km. en 1999), hizo Antártida Argentina-Mar del Plata (4.200 km. en 2001), Cataratas del Iguazú-Mar del Plata en 2017 y la última a comienzos del 2022 con la distancia de 3.500 kilómetros en 38 días desde El Calafate hasta Mar del Plata. 

Su próxima travesía será nada más y nada menos que en las Islas Malvinas, y tiene pensado realizarla en septiembre de este año. “El objetivo es difundir el deporte y concientizar acerca de una sociedad más justa”, adelantó.

Su última aventura en la ruta duró 38 días y tuvo una dinámica similar a las anteriores realizadas por el país y por América: se detiene cada 100 kilómetros, visita una ciudad y en ella da a conocer la propuesta de “ciudades accesibles”. “Lo que más pude evidenciar en las travesías que yo hago es la solidaridad de la gente”, dio a conocer el experimentado atleta y puso énfasis sobre la falta de accesibilidad para personas con movilidad reducida en los diferentes puntos del país: “Con gran tristeza pude comprobar que a lo largo de 3.500 kilómetros y visitando 35 ciudades, ninguna es accesible. La desidia que hay en el área de la accesibilidad en la discapacidad es notable en todo el país. El 99% del país es inaccesible para las sillas de ruedas”.

El impacto social que genera una persona al hacer 100 kilómetros en un día en silla de ruedas es muy conmovedor para todas las comunidades a las que he llegado

Estas travesías, según menciona desde el convencimiento, son una manera de concientizar acerca de la problemática en general de las personas con discapacidad, no solamente por las barreras arquitectónicas al momento de desplazarse sino también por los “olvidos” de las políticas públicas, como la falta de rampas. Eso evidencia, según busca exponer Coco, la falta de integración de las personas con discapacidad en la sociedad.

PROMESAS INCUMPLIDAS

La última “Travesía de la Integración” que realizó Coco duró 38 días, en total recorrió 3.500 kilómetros y pasó por 35 ciudades y pueblos. Esa nueva aventura se denominó “Una vereda al Mar 2”, nombre que surge de su pedido para que los municipios se comprometan a construir balnearios accesibles para las personas con discapacidad. Pero a 16 meses de haber realizado la aventura con objetivos claros, la promesa desde el Municipio de General Pueyrredon no se cumplió y aún Mar del Plata no tiene, a lo largo de sus 47 kilómetros de costa, un lugar accesible para que las personas con movilidad reducida puedan acceder a la orilla del mar, más allá de la pérgola y la rampa de Perla Norte.

“En este momento me siento discriminado porque yo quisiera hacer esta nota a la orilla del mar y no lo podemos hacer. Eso es un acto de discriminación que viene del Municipio, sea cual fuese su representante, fuese Guillermo Montenegro, o los intendentes anteriores como (Gustavo) Pulti y (Elio) Aprile. Siempre pasó lo mismo, a los representantes no les importamos. Entonces en este momento me siento discriminado por mi representante“, reveló Coco Urbano.

“Hice 3.500 kilómetros en silla de ruedas con un compromiso de un Municipio que iba a realizar una vereda al mar. Ya hace un año de esta aventura y no hay ninguna vereda al mar. Se sacaron fotos conmigo, me vieron, me acompañaron y todo quedó en la nada, entonces eso es un acto de discriminación que tiene nombre y apellido“, sentenció.

Aníbal Coco Urbano atleta paralímpico mar del plata silla de ruedas

(Foto: Twitter @gmontenegro_ok)

 

“Para cambiar esto, es fundamental que las políticas salgan de proyectos y que estos proyectos salgan de los cajones para ponerlos en marcha, porque no es que no hay proyectos, no es que no hay leyes, lo que pasa es que no se cumplen, son leyes vulneradas. Como no tenemos poder político ni económico para reclamar esas leyes, quedan estancadas y mientras tanto la gente que tiene movilidad reducida sufre la consecuencia”, afirmó respecto a la situación actual.

Y si bien una de las posibilidades más concretas que tienen hoy las personas con discapacidad para llegar a la arena y poder tocar el mar es mediante una silla anfibia, un dispositivo especial para desplazarse por la arena y flotar en el agua, según explicó Coco, no es sencillo su uso y además, “le quita independencia a las personas”.

“Es imposible para mí, en mi silla de ruedas, poder llegar al mar y tocarlo porque no hay accesos. Solamente hay accesos hasta la arena y después la arena es una barrera natural que, sin una vereda o algo dispuesto, no se puede ingresar al mar. Hay algunos paliativos para llegar al mar como son las sillas anfibias, pero siempre le estamos robando el tiempo al guardavidas. Si tienen más de cinco personas discapacitadas en un balneario ya no es posible que el guardavidas pueda dedicarse a todos, más allá de los peligros que conlleva trasladar a una persona de una silla común a una silla anfibia”, explicó el deportista.

Además, el marplatense reparó en la particularidad de cada persona, al entender que en su caso, al ser deportista, no tiene mayores problemas, “pero para la mayoría el traslado de silla a silla es muy delicado, y debe hacerse con personas especializadas, con asistentes terapéuticos”, dijo y planteó que el objetivo de la política pública debe pasar por “agregarle independencia” a las personas con discapacidad al momento de habitar la ciudad, no hacerlas más dependientes.

PRÓXIMA TRAVESÍA: LAS ISLAS MALVINAS

Ante las promesas incumplidas, la lucha para Coco Urbano continúa y ahora, con sus 60 años, entrena todos los días con el objetivo de completar su próxima travesía, que será en septiembre de este año y apunta a recorrer las Islas Malvinas.

Por la mañana trabaja en su zapatería -arregla zapatos y los hace a medida-, cerca del mediodía hace un pequeño parate para salir con su silla deportiva a entrenar, hace varios kilómetros sin importar el clima, regresa a su hogar, almuerza y vuelve a trabajar durante la tarde. “Si no salgo a entrenar me aburro en casa”, cuenta.

Para financiar esta nueva travesía, el atleta vende un libro escrito en forma de prosa que se titula “Travesías del Alma”, en el que cuenta en detalle las experiencias vividas a lo largo de días y días recorriendo las rutas argentinas y sudamericanas con la meta de juntar fondos para poder ir a las Islas Malvinas, algo que “quedó pendiente”. Las personas que estén interesadas en adquirir el libro y ayudar al atleta se pueden acercar a la zapatería ubicada en Córdoba al 3327.

En cuanto a cómo es el traslado en las travesías de ciudad en ciudad por la ruta, Aníbal Urbano aclaró que “lo más importante es la escolta policial”. “Se hace una planificación y logística previa que lleva mucho tiempo en donde se le avisa a cada municipio el día y la hora que voy a llegar. Allí la policía está al tanto, te escoltan todo el recorrido porque no solamente evitan que yo sufra un accidente sino también los autos porque voy a 20 o 30 kilómetros por hora”, explicó y completó: “Estoy muy bien cuidado y en todas las travesías que he realizado la seguridad vial estuvo presente”.

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19/06/2023