Crimen de Luciano Olivera: una reconstrucción para “despejar cualquier duda”
En la previa, el abogado Gregorio Dalbón y Judit Aristegui, mamá del joven asesinado, dieron una conferencia de prensa en Miramar.
Este jueves la fiscal Ana Caro, a cargo de la investigación del homicidio de Luciano Olivera en manos del oficial de la Policía Bonaerense Maximiliano González el 10 de diciembre en Miramar, concretará una reconstrucción de los hechos y, en la previa, el abogado Gregorio Dalbón junto a la mamá del joven asesinado, Judit Aristegui, brindaron una conferencia de prensa en la que destacaron el trabajo de los investigadores tras diez meses del crimen y confiaron en que la instrucción termine despejando “cualquier duda”.
En la conferencia de prensa, el reconocido abogado confirmó que la reconstrucción que se llevará adelante este jueves por la noche en las inmediaciones de la avenida 9 y la calle 34 por parte de la Fiscalía Descentralizada será la que cerrará la instrucción antes de definirse si la causa es elevada a juicio, decisión que deberá tomar el juez de Garantías Gabriel Bombini.
“Lo que vamos a reconstruir es el crimen cometido por un policía asesino”, introdujo Dalbón y adelantó que buscarán no solo que quien disparó “cumpla con la condena que la Justicia determine, sino también aquellos que encubrieron o maltrataron a Judit, que quisieron esposarla y luego vinieron a reprimir”. En ese sentido, advirtió que buscarán a través de las causas paralelas “que los comisarios paguen tanto como el que tiró”.”Vamos a intentar que todos paguen en la Justicia. Queremos condenas justas”, sostuvo.
En torno a la reconstrucción, explicó: “Se van a hacer las tres situaciones. La que consideramos con la fiscal Ana Caro que sucedió, que con alevosía y a menos de 18 metros le dispararon en el pecho a Luciano, también una situación que está planteada por uno de los imputados y también la que fue planteada por uno de los cómplices”. Sobre la medida de prueba, la calificó como “muy importante” con el objetivo de “que no quede absolutamente ninguna duda de cómo fueron los hechos”.
Según informó la agencia oficial Télam, horas antes del inicio de la reconstrucción, un área perimetral de doce manzanas había sido cerrada, con un primer anillo a cargo de la Gendarmería y el otro, a 50 metros del lugar del crimen, desplegado por la Policía Federal.
Respecto de la investigación iniciada hace diez meses, Dalbón destacó el trabajo de la fiscal Caro y lo calificó como “uno de los trabajos más importantes de la Provincia de Buenos Aires” en la materia. En ese sentido, Judit también subrayó que la fiscal fue “totalmente humana siempre” al acompañar su pedido de justicia y recalcó que “hasta la fecha siguen apareciendo más imputados”.
Además, Dalbón se refirió a tres causas que se están tramitando de manera paralela y unificada en la Fiscalía N°12 a cargo de Juan Pablo Lódola y que se centran en la investigación de la represión que se desató en el lugar del hecho horas después del crimen, el hostigamiento policial contra Judith, el encubrimiento y el presunto incumplimiento de deberes de funcionario público de los efectivos policiales.
Al respecto, Dalbón también resaltó la labor de Lódola, con quien afirmó que “hasta la semana pasada” mantuvieron audiencias en la investigación de lo que definió como una “trama de encubrimiento, de incumplimiento de deberes de funcionario público y la brutal represión que hubo el día de la muerte de Luciano Olivera”.
En cuanto a ese hostigamiento de aquel 10 de diciembre, Judith reconstruyó: “Recibí agresiones todo el tiempo y me quisieron esposar por pedir explicaciones que había pasado con mi hijo”, dijo y aseguró que fue a partir de un pedido del -ahora ex- comisario Gustavo Vulcano para esposarla, “se potenció la violencia y la represión” hacia ella y su familia.
(Foto: Alejandro Mortiz / Télam)
Aunque esa investigación todavía está en trámite, Dalbón consideró que está probado que el comisario Vulcano fue “el responsable de lo que sucedió a posteriori en Miramar, y no solo él, sino también otros comisarios. Esto quedará a criterio de Lódola”, añadió pero anticipó que, en su opinión sobre el grado de participación, “todos los policías que estuvieron ese día encubrieron“, y dejó abierta la posibilidad de que se sumen muchos más imputados a esa causa.
Luciano Olivera fue asesinado de un disparo en el pecho por parte del oficial González en el marco de un desproporcionado despliegue policial y persecución contra un grupo de jóvenes que jugaba al fútbol en las primeras horas de la madrugada del viernes 10 de diciembre en Miramar.
De acuerdo a las primeras reconstrucciones del hecho, Luciano regresaba a su casa en moto desde el Anfiteatro Lolita Torres cuando quisieron interceptarlo policías. En ese contexto, el adolescente no se habría detenido por temor a que le secuestraran la moto y los policías a bordo de un patrullero empezaron a perseguirlo hasta llegar a las calles 9 y 34, donde fue interceptado por otro móvil y allí González le disparó a la altura del pecho y lo mató.
A lo largo de la investigación se busca determinar el grado de participación de cada uno de los policías que tuvo intervención en el operativo, desde González, el acusado de ser el autor del disparo, hasta quienes los acompañaban. Según la familia se debe investigar al menos a siete integrantes de la fuerza, aunque formalmente la imputación llega hasta el momento a cinco policías.
De ellos, solo González y Nélson Albornoz están detenidos, el primero acusado de ser el autor material del hecho y el segundo por encubrimiento doblemente agravado y falso testimonio en concurso ideal. Rocío Mastrángelo, Kevin Guerricagoitia y Alejandro Cepeda, por su parte, esperan el avance de la causa en libertad.
