Viernes 26 de abril | Mar del Plata
31/01/2016

Antártida Argentina, una comunidad semirural que lucha por el agua

El barrio está pegado a Santa Rosa del Mar, donde de a poco la batalla por la llegada del servicio básico empieza a ganarse. Denuncias de contaminación y personas afectadas se suman a una lista de urgencias en la zona.

Antártida Argentina, una comunidad semirural que lucha por el agua
(Fotos: Lucho Gargiulo)
Joaquín Lledó

Por: Joaquín Lledó

Una joven madre, hoy encargada de un comedor, y su hija hace tres años se mudaron al barrio Antártida Argentina. Desde que llegaron, cuentan, empezaron a sufrir problemas de salud que con el correr de las consultas se enteraron que surgieron a partir del consumo del agua de la zona, donde el servicio básico aún no llegó y en la que los vecinos denuncian que no es apta para el consumo humano.

En este inicio de 2016 los vecinos tiene un proyecto: empezar de cero a luchar para que la red de agua llegue a la zona y para que todos los males que hoy representa el consumo de agua de los pozos no existan más. Tienen un ejemplo muy cercano del cual aferrarse: el barrio Santa Rosa del Mar, cuyos vecinos llegaron a bloquear el acceso al barrio privado Rumencó para obtener respuestas. Hoy, las obras son una realidad.

Antártida Argentina es un barrio semirural en el que la mayor parte de su comunidad está abocada al trabajo en quintas. Está ubicado sobre la avenida que lleva el mismo nombre, que es la continuidad de Peralta Ramos y a su vez de Independencia. El viejo basural es la referencia inmediata para ubicar a cualquiera.

La calle 479 funciona como una especie de calle principal de barrio y sobre ella está la escuela, el jardín y la sociedad de fomento del barrio. Justamente desde esta última es desde donde sus habitantes alzan su voz por la situación del agua, una realidad que no es nueva, pero quieren dejar atrás.

“Uno todavía se pregunta por qué tuvimos que llegar a cortar la ruta y hacer protestas fuertes para que empiecen a hacerse las obras de la red de agua”, dice Luis, vicepresidente de la sociedad de fomento Santa Rosa del Mar, barrio en el que hoy las tareas se llevan a cabo después de un largo proceso de lucha.

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Junto a Luis está Lourdes González, habitante de Antártida Argentina, que también participó de aquellos reclamos y que hoy toma como suyo también el triunfo. “La situación acá es peor porque vamos a empezar desde cero”, dice y rápido afirma que hoy el panorama es “complejo” porque en las casas “la calidad de agua es dudosa”.

Lourdes usa la palabra “dudosa”, pero luego le quita a la situación ese beneficio de la duda y se afirma sobre estudios realizados tiempo atrás. “Acá se hicieron muchos análisis por un buen tiempo y dieron que no se podía tomar el agua de los pozo”, dice y apunta directamente a la contaminación de las napas en una zona que se caracteriza por estar cerca del viejo basural y estar rodeada de quintas y campos de producción agropecuaria.

“Entonces nosotros este año, tomando como ejemplo a Santa Rosa del Mar ya que ahí íbamos de todos lados apoyando la lucha, vamos a empezar de cero con análisis en las casas”, anuncia. Pero sabe que el proceso no es ni fácil ni rápido.

“Tenemos que pedir a Obras Sanitarias que vengan a analizar casas en particular del barrio, pero el problema es que no es todo tan simple”, dice. “Ellos dicen hacerlo, pero ya nos ha pasado que ellos se llevan las muestras y nunca aparecen los resultados: los ocultan. Sabemos que dan muy mal, en el último hecho en casas apareció hasta materia fecal”, alerta.

Y entonces, aparecen los casos, los ejemplos, los miedos. “Una chica encargada de un comedor y su hija tienen un problema de salud por el agua, se lo dijeron en la salita. Ellas hace tres años que viven acá y cuando se mudaron empezaron con problemas, entonces los doctores comenzaron a analizar y todo indicaría que es por eso”, relata Lourdes.

Los pozos irregulares, el agua tan insegura y más casos urgentes. “Ahora estamos por empezar una colecta por una chica de Lomas de San Patricio, que va al basural, a la quema, y tiene muchos nenes y hoy directamente no tiene pozo de agua y tampoco hay tanque que ayude como paliativo, ya que solo se encuentran en Santa Rosa del Mar y Monte Terrabusi. Resulta que el pozo se le desmoronó, entonces una vecina cuando tiene ganas le pasa una manguerita. Mirá lo que son las cosas: ella el año pasado trabajó en Aquópolis y encima no le pagaron”. Lourdes tiene muchas historias del barrio por contar.

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LAS OTRAS CARAS DE LA DESIGUALDAD

En Antártida Argentina, y también en Santa Rosa del Mar, hay otras realidades que impactan de lleno, que piden soluciones. Y entre ellas aparece, como en el interior de buena parte de los barrios periféricos, la falta de un transporte público eficiente: que lleve directamente y sin mayores obstáculos a sus habitantes al centro del ciudad, a la universidad pública, a la playa. Todas esas opciones hoy aparecen con un pero, un problema, una valla para saltar.

“Hay chicos que van a la Universidad y no pueden seguir porque no hay colectivo para volver porque la frecuencia termina a las 20.45”. Ese es uno de los ejemplos que reflejan la realidad relatada por Lourdes. “Los chicos que no tiene con qué moverse hoy en este barrio no pueden estudiar”, expresa.

Y si de estudiar se trata una repaso por lo que pasa en los niveles educativos inferiores dentro del mismo barrio no deja de sorprender. “La escuela Primaria 44 y la Secundaria 34 comparten edificio, la infraestructura es pésima, los chicos están hacinados, hay grupos de secundaria que han llegado a cursar en el jardín de infantes. Se espera la construcción de tres nuevas aulas, pero nunca llegan”. Lourdes tiene muchas historias injustas por contar.

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31/01/2016