Coronavirus: advierten que por el ajuste de Milei peligra la segunda vacuna argentina
Se trata de una vacuna producida por la Universidad de La Plata y la de Buenos Aires y el laboratorio marplatense Gihon.
Luego de la aprobación de la primera vacuna argentina contra el coronavirus, bajo el liderazgo de una científica marplatense, investigadores de las universidades de La Plata y de Buenos Aires se encuentran en proceso de aprobación de un segundo compuesto que, según advirtieron en las últimas horas, su desarrollo junto a un laboratorio marplatense estaría en peligro por el ajuste que implementa Javier Milei también sobre la ciencia nacional.
En medio del brutal ajuste que lleva adelante el gobierno nacional, la ciencia es una de las afectadas incluso en aquellas áreas como la salud. Es que el desfinanciamiento también alcanza a este tipo de investigaciones a pesar de que, mientras otras aportan al capital cultural de la nación, en este caso también tienen un costado comercial debido al potencial exportador del producto farmacológico.
En este caso se trata de la producción de la segunda vacuna argentina contra el coronavirus -la Argenvac, distinta a la desarrollada por la marplatense Juliana Cassataro, la Arvac aprobada por la Anmat– que está en proceso de producción por parte de la Universidad Nacional de La Plata y la Universidad de Buenos Aires.
Al respecto, en las últimas horas se sembraron dudas en torno a la continuidad del desarrollo, que según la última información disponible se encuentra con su etapa pre-clínica concluida: uno de los líderes del proyecto, Guillermo Docena, alertó en diálogo con Radio Provincia (AM 1270) por el impacto del ajuste del gobierno de Milei.
Según explicó, el proyecto todavía no está finalizado, pero acaban de terminar evaluaciones en torno a su protección realizadas en animales: “Cuando decimos que terminó la fase pre-clínica, debería venir el estudio en humanos, para lo cual, hay que presentarlo ante la Anmat, que debe aprobarlo, y recién después podemos hacer el estudio en un proyecto con voluntarios”, señaló.
Sin embargo, la continuidad de la investigación por estos días está sumergida en la incertidumbre sobre todo por tratarse de etapas que sucesivamente van requiriendo de mayor inversión, con lo importante que resulta que el desarrollo mantenga una fuerte impronta pública más allá de la participación privada del laboratorio marplatense Gihon: “No tenemos esos recursos y no sabemos qué va a ocurrir. Si tuviéramos la posibilidad, el proyecto seguiría con la fase clínica”, advirtió en la entrevista radial.
Según adelantó Docena, el laboratorio local forma parte de un consorcio público-privado detrás de la investigación y ya se mostró interesado en producirla en caso de lograr su desarrollo y aprobación definitiva.
El ajuste, sin embargo, pone en riesgo todo el proceso de desarrollo: “No estamos recibiendo nada de lo que teníamos asignado por el Ministerio de Ciencia y Tecnología. Dependemos casi un 100% de esos recursos pero desde el año pasado no hemos recibido nada”.
