Sábado 27 de abril | Mar del Plata
26/03/2020

Dormir en la calle y un vuelo de repatriación “vacío”: otra odisea marplatense en el exterior

Maxi es uno más de los que quedaron varados en Perú y contó las peripecias que vivió con su familia en medio de la pandemia y de una “desorganizada” repatriación, ahora suspendida.

Dormir en la calle y un vuelo de repatriación “vacío”: otra odisea marplatense en el exterior
(Fotos: gentileza Maxi y Lorena)

Cerca de diez mil son los argentinos que quedaron varados en distintas ciudades del mundo al momento que el presidente Alberto Fernández decidió suspender los vuelos de repatriación hasta controlar la transmisión local del coronavirus. Maxi es uno de los marplatenses que logró llegar antes de la suspensión y el cierre de fronteras dispuesto desde este viernes, pero no fue ajeno a la descoordinación del operativo que lo llevó a dormir en la calle antes de volver de Perú en un vuelo de Aerolíneas Argentinas con pocos pasajeros a pesar de la necesidad.

Mientras en Argentina se toman nuevas medidas restrictivas, desde la suspensión de la repatriación de argentinos hasta el cierre total de fronteras, en otros países de la región ocurre lo mismo, incluso con más dureza, como el toque de queda dictado en Perú. Entre fronteras y aeropuertos, el relato de Maxi permite entender cómo el necesario operativo no fue del todo eficiente y hoy hace que cientos de argentinos, que podrían haber regresado, tengan que esperar donde puedan y donde el dinero les permita, a la espera de la ayuda prometida desde Cancillería a los consulados.

De todas maneras, desde el Ministerio de Defensa siguieron autorizando hasta este viernes la salida de aviones Hércules para articular los sectores de Perú donde hay argentinos varados y hacer las veces de “puente aéreo” con el aeropuerto de Lima, ciudad que además es sede del Consulado. Por su parte, los últimos vuelos de Aerolíneas estaban previstos desde Miami y Cancún para este lunes, con lo que cerrarían el número de 27 mil argentinos repatriados entre el 13 y el 27 de marzo.

UN RELATO MÁS DE MARPLATENSES VARADOS

Maxi, Lorena y sus hijos estaban en Cuzco, pero se encontraron con el cierre de las fronteras anunciado por el gobierno peruano para el 16 de marzo. Ese mismo día volaron hacia Lima para gestionar un retorno al país. Ahí comenzó la odisea.

Entre idas y vueltas y entre las fuertes restricciones para circular, los primeros días lograron alojarse y tener contacto con el Consulado, quien los hizo firmar una planilla para “estar en contacto” en caso de que surjan vuelos. Pero lo días pasaban y ese “contacto” no llegaba.

Así empezaron a averiguar particularmente en Aerolíneas Argentinas por pasajes a unos 20 mil pesos, a los cuales no pudieron acceder. Después, había otros boletos pero a 75 mil pesos. Finalmente unos amigos desde Argentina se los compraron ante la desesperación, porque además lamentaron lo mal que estaban confeccionadas las listas de los Hércules con “gente repetida, otras que estaban en Cuzco, gente que ya estaba en Buenos Aires”, según contó.

El vuelo salía el domingo 22 a la mañana, pero al llegar al aeropuerto se encontraron con el Ejército no les permitía partir y “se pasaban al pelota” con el Consulado por la falta de autorización para el despegue.

Ante esa situación, no les dieron otra opción que dormir en la calle toda la noche hasta encontrar respuestas por los vuelos, con autorización de los militares a pesar de la vigencia del toque de queda.

En su relato, Maxi destacó una y otra vez la solidaridad de los lugareños, que los asistieron principalmente con agua ante el intenso calor, en contraposición con la asistencia oficial del gobierno a través de la embajada, mientras las embajadas de otros países sí estaban presentes con sus pasajeros.

Por la mañana, finalmente llegó la autorización y pudieron subir al avión. Sin embargo, el malestar de Maxi y su familia no terminaría ahí, sino que al subir notaron, según señalaron, que el avión estaba a menos del 50% de su capacidad, pese a la cantidad de gente que estaba varada y sin posibilidad de comprar un pasaje en el país andino. “El avión tiene capacidad para 186 personas. Creo que seríamos 60 o  65 personas arriba del avión. El avión se fue vacío”, cuestionó.

“La tripulación no tiene nada que ver, nos trataron muy bien. Pero ellos mismos dijeron que era un vuelo de repatriación. El consulado argentino sí tenía conocimiento de que esos vuelos estaban, de la cantidad de pasajes que se vendieron. Ellos tranquilamente podrían habernos asistido cuando sabían que no iba a salir el vuelo y después si sabían que faltaban ocuparse esos asientos podrían haber venderlos más barato o hacer algo. Es un negocio, de humanitario esto no tiene nada, en absoluto”, manifestó Maxi, que tras pasar varios controles en la Ruta 2, llegó a Mar del Plata el 24 de marzo a primera hora.

En el inicio de su cuarentena, sin embargo, sigue de cerca la situación de los miles de argentinos que quedarán varados en Perú y busca a partir de su relato mejorar los futuros operativos que se hagan para repatriarlos.

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26/03/2020