En plena temporada, las postales de una Mar del Plata paralizada
Espacios públicos sin mantenimiento, estacionamientos improvisados y proliferación de venta callejera forman parte del estado de situación, a poco de cumplirse un mes de la retención de tareas de los trabajadores municipales.
Con todas las dependencias municipales sin actividad, sólo con guardias mínimas, la ciudad permanece paralizada por el conflicto que mantiene el gobierno con el Sindicato de Trabajadores Municipales. La negociación salarial sin solución entre el Ejecutivo y los trabajadores se mantiene hace 28 días y ya, en medio de la temporada, las consecuencias son más que visibles.
Ya pasaron las fiestas de Navidad y Año Nuevo sin controles y con funcionarios -e incluso el intendente Carlos Arroyo- realizándolos y hasta trasladando cajones en un cementerio que funciona a medias. Y en la primera semana de la temporada, hay más consecuencias a la vista: espacios públicos sin mantenimiento, estacionamientos improvisados en cualquier lado de la costa y una notable proliferación de la venta callejera.
Mientras Mar del Plata intenta promocionarse de manera oficial como el destino a elegir por los argentinos en un verano en el que el valor del dólar inclina a muchos aún más hacia el turismo interno, las imágenes que brindan los espacios más característicos de la ciudad, y que se reflejan incluso en los medios nacionales, no son las mejores.
La fuente de la Peatonal llena de agua podrida, diversos sectores de la costa con autos estacionados en cualquier parte y espacios públicos descuidados y repletos de basura que no fue juntada, forman parte del paisaje.
En el medio, el gobierno municipal que anunció la contratación de cooperativas para realizar el trabajo que los municipales, por la falta de acuerdo salarial, desistieron de hacer a modo de reclamo ante un Ejecutivo que no cede. Y muchas de esas cooperativas, en respuesta al Municipio, acusaron al Ejecutivo de Carlos Arroyo de “ofrecer trabajo a las cooperativas sólo cuando puede utilizarlas para bajar salarios”.
Otras postales que dan cuenta del impacto y las consecuencias de la falta de inspección y control por el conflicto municipal en una ciudad balnearia como Mar del Plata son los tachos rebalsados y la basura desparramada por las plazas, espacios públicos en los que el pasto permanece visiblemente alto y descuidado.
Resulta simbólico, además que la histórica postal frente a la Catedral donde todas las mañanas un trabajador municipal coloca el día y la fecha sobre un puñado de piedras está paralizada, como la ciudad, desde diciembre de 2018.
