La Iglesia advierte que “el grado de desigualdad social es peligrosísimo”
Desde la Pastoral Social pidieron la declaración de la emergencia alimentaria y nutricional y alertaron acerca del aumento de “la indigencia, la pobreza y la desocupación”.
En el marco de las diversas advertencias de diversos sectores en relación al impacto de la crisis económica y social –que si bien no es nueva se agravó tras la derrota del oficialismo en las PASO y la devaluación por la suba del dólar-, desde la Comisión Episcopal de la Pastoral Social emitieron un duro documento en el que le pidieron al gobierno la declaración de la emergencia alimentaria y nutricional. Aseguran que “el grado de desigualdad social es muy grande y peligrosísimo”.
Mientras semana a semana crece la incertidumbre, los precios se disparan y la especulación respecto a la suba del dólar se mantiene latente -y en paralelo, en los barrios la situación se agrava y las organizaciones reclaman medidas urgentes– desde la Iglesia repararon en la advertencia que ya habían realizado, al concluir la Semana Social en Mar del Plata.
Así, recordaron ya haber alertado respecto a cómo “el grado de desigualdad social en que estamos sumergidos es muy grande y peligrosísimo para nuestro país”. Y ahora ahondaron acerca de la situación de emergencia alimentaria y nutricional, como consecuencia de “el severo aumento de la indigencia, la pobreza, la desocupación y los precios de los alimentos de la canasta básica”.
Ante esta situación –que afecta esencialmente a los más vulnerables, en especial a los pequeños- desde la Pastoral pidieron la implementación de una serie de medidas, entre ellas una Canasta Básica de Primera Infancia con productos esenciales que puedan ser distribuidos gratuitamente o a costo subsidiado.
Según expusieron, con esta medida se busca garantizar la seguridad alimentaria y nutricional, la salud, y los cuidados de calidad de niñas y niños, incluyendo medicamentos, vitaminas, leche líquida y en polvo fortificada, y otros productos lácteos, carnes, pescados, frutas, verduras, huevos, legumbres, otros nutrientes y pañales, entre otros productos esenciales.
Del mismo modo, continuaron, “resulta urgente aumentar el presupuesto destinado a los comedores y a las huertas escolares, comunitarias y familiares, y a emprendimientos de la agricultura familiar y social, garantizando la equidad y la calidad federal de los servicios de asistencia alimentaria y nutricional”.
Tras reconocer que pese a que el Estado está asistiendo con mayor ayuda alimentaria, eso no es suficiente “para paliar las deficiencias de este tiempo”,desde la Pastoral solicitaron que el gobierno disponga las medidas necesarias para declarar la emergencia alimentaria y nutricional en todo el país, de modo que se puedan cumplir sin demoras metas como las propuestas.
Además, y por fuera de las demandas hacia el Estado, desde la Iglesia alentaron a sus comunidades y a Cáritas a ser “artesanos de fraternidad y solidaridad”, a través de la participación activa en las diversas actividades solidarias que llevan adelante.
