Otra escuela que suspende las clases y no recibe respuestas
Ahora se trata de la Especial Nº 512, de Rawson al 1500. Los problemas son muchos y vienen desde hace al menos dos años. Desde noviembre no tienen gas y necesitan que el Consejo Escolar les dé un calefactor y una cocina.
Los padres dicen que no es nuevo. Que los problemas vienen de hace tiempo. Y que las obras o las medidas necesarias nunca llegan. Es otra escuela provincial, la Especial Nº 512, que tiene que suspender las clases porque el edificio se cae a pedazos, con cucarachas incluidas, y porque no tiene gas desde noviembre pasado.
La Escuela Especial Nº 512 está ubicada en Rawson al 1559. Allí todos los días concurren unos 40 alumnos -la matrícula con los integrados asciende a 150-, aunque desde esta semana no puede recibir clases porque las autoridades tuvieron que suspenderlas “hasta nuevo aviso” a raíz de los problemas edilicios.
Los inconvenientes son muchos, pero hay uno que es fundamental por estos días: en noviembre la empresa Camuzzi comenzó a hacer una nueva instalación de gas, que finalizó en 25 de marzo pasado. Pero para que la obra sea habilitada se necesita la instalación de una cocina y un calefactor. El Consejo Escolar no da repuestas.
Según contó Jorge Tesan, uno de los padres de la institución, los problemas vienen desde 2013, cuando por ejemplo, se desmoronó parte del techo y eso derivó en que el ingreso de agua deteriore el lugar. “La instalación eléctrica quedó dañada, con paredes que se electrificaban”, recordó.
En febrero de 2014 la escuela tuvo que implementar un sistema de horario reducido, que finalmente se suspendió “ante el esfuerzo descomunal de su personal docente”, según recordó el padre.
Hasta estos días en los que las clases fueron suspendidas, existía en la comunidad educativa una especie de acuerdo tácito: ante cada tormenta o lluvia fuerte los padres no mandaban a sus hijos. Es que la rotura de los techos hace que el agua corra e inunde parte de las instalaciones.
Una recorrida hoy por los salones muestra falta de calefacción, techos rotos, pintura deteriorada y hasta cucarachas que caen de los agujeros de los techos. Una parte está en mejores condiciones a partir del esfuerzo de los docentes, que ante cada inicio de ciclo lectivo se toman el trabajo de también pintar las aulas.
Las autoridades de la escuela dicen que los pedidos fueron muchos, pero ninguno se concretó. Entonces otra escuela en Mar del Plata tuvo que suspender las clases por la ausencia del Estado.
