Pesca: la crisis del trabajo en tierra dejó al menos 600 desocupados en 2023
Así lo confirmó la secretaria general del SOIP, Cristina Ledesma, quien pidió que si se logran frenar las reformas pesqueras no se olviden de la crítica situación del sector.
Hace tiempo que el trabajo en tierra de la pesca está en una situación delicada que ya no solo se traduce en extremas condiciones de precarización laboral, sino también en un proceso de desprendimiento de la mano de obra calificada, contratada formalmente bajo los convenios del Sindicato Obrero de la Industria del Pescado (SOIP): su propia secretaria general, Cristina Ledesma, confirmó que 600 trabajadoras y trabajadores fueron despedidos a lo largo del 2023 y advirtió que la situación podría empeorar con las reformas regresivas impulsadas por Javier Milei específicamente en la actividad pesquera.
A lo largo de los últimos doce meses, Qué digital dio cuenta de diversos conflictos laborales desatados en el procesamiento del pescado: desde la precarización laboral con cooperativas truchas por parte de la poderosa empresa Ostramar, cambios y desvinculaciones en la multinacional Giorno, hasta el desgaste y los “despidos encubiertos” de Moscuzza.
Es decir, en 2023 lo grandes “pulpos” del puerto ya no solo buscaban incrementar sus márgenes de ganancias a costa de precarización, sino que empezaron a suprimir la mano de obra formal con décadas de antigüedad, pulverizando derechos laborales y aprovechando que en muchos casos poseen capital para exportar directamente, sin valor agregado, y continuar generando ganancias sin trabajo en tierra.
Esa situación -que se suma a la pérdida de poder adquisitivo por la crisis económica que afecta a la clase trabajadora- advierten que empeorará aún más con las reformas regresivas del Régimen Federal de Pesca propuesto por Javier Milei.
Así lo dejó en claro la secretaria general del SOIP este miércoles en la reunión especial convocada por la comisión de Industria del Concejo Deliberante donde acudieron empresarios, sindicalistas y políticos para tratar ese punto específico de las reformas. “Es una irresponsabilidad. Esta ley va a terminar destruyendo por completo al sector pesquero”, introdujo la secretaria general del SOIP.
Y fue allí donde expuso –frente al presidente de la Cámara de la Industria Pesquera Argentina (Caipa), Fernando Rivera- la cruda realidad de los miles de trabajadores que se encargan de procesar en tierra el pescado que bajan los grandes empresarios desde los buques pesqueros: “Nosotros lo venimos sufriendo antes de la modificación de la ley. Antes de terminar el 2023 tuvimos el despido de casi 600 trabajadores, sabemos de lo que estamos hablando y de cómo vamos a terminar porque lo venimos sufriendo”, describió.
Puntualmente, afirmó que de un padrón de 3 mil afiliados, unos 600 trabajadores quedaron en la calle a partir de los “retiros voluntarios” que el sindicato no duda en llamar “despidos encubiertos“.
Asimismo, reconoció los altos niveles de precarización del sector, a pesar de los dueños de la materia prima suelen ser grandes empresas locales y transnacionales: “Tenemos el 70% de los trabajadores en negro, por lo que cualquier modificación de la ley tiene que ser para mejorar, no para destruir. Expreso la bronca y el repudio de todos los trabajadores del tierra, porque obviamente estamos en alerta”, aseguró.
“Nosotros cada vez somos menos. Hay cada vez menos mano de obra en tierra, eso se han cansado de escucharlo porque lo decimos en cualquier oportunidad que tenemos, ya nos cansamos de todo tipo de denuncia”, dijo la sindicalista y añadió en otro tramo de su discurso, proyectando más allá de la coyuntura actual, hacia el rol empresarial: “Les pido que si logramos el rechazo de esta modificación, que no se olviden de nosotros“.
