Tras el cierre del Colegio Santa María del Buen Ayre, 60 docentes quedaron “a la deriva”
Desde Sadop manifestaron que tras el intempestivo cierre concretado hace dos semanas, la institución no responde por las deudas e indemnizaciones.
Hace dos semanas, en la previa del inicio del ciclo lectivo 2022, 200 alumnos y alumnas y unos 60 docentes se sorprendieron ante la decisión de los dueños del Colegio Santa María del Buen Ayre de cerrar la institución bajo el argumento de atravesar una mala situación económica. Pasados los días, mientras las y los estudiantes intentan encontrar nuevas escuelas, las y los trabajadores permanecen “a la deriva“. Es que desde el gremio de docentes privados lamentaron que los propietarios no respondan por las deudas salariales y las indemnizaciones, y cuestionaron a los empresarios por la “responsabilidad social” que implica el poner en marcha una institución educativa y después cerrarla de un día para otro.
A pocos días del inicio del ciclo lectivo, la única certeza con la que cuentan desde la delegación local del Sindicato Argentino de Docentes Privados (Sadop) es que el colegio ubicado en Alsina 2754 que contaba con jardín maternal, primaria y secundaria no abrirá sus puertas y que las y los trabajadores “han quedado a la deriva”.
“Ninguno ha cobrado su indemnización y se les está debido dos meses de salario. No hay todavía noticias de indemnización así que están iniciando los reclamos vía judicial y con mucha angustia porque están tres meses sin percibir ingresos”, describió la secretaria general de Sadop Mar del Plata, Adriana Donzelli, en diálogo con Qué digital.
La dirigente señaló que las pocas explicaciones dadas por los empresarios fueron que “les fue mal y que la pandemia les afectó”. “La realidad es que es una escuela con irregularidades desde que empezó y es una escuela que podría haber accedido al aporte estatal y no lo hizo porque no presentó la documentación en tiempo y forma”, retrucó.
Y planteó que, de alguna manera, “ese manejo negligente que tuvieron de la escuela fue lo que desencadenó esta crisis que dicen, porque si esta fuera una situación de la mayoría o de muchas de las escuelas se podría inferir que hay un contexto que es adverso, pero la realidad es que la mayoría de las escuelas se han sostenido, inclusive siguen creciendo, hay escuelas donde es muy difícil conseguir un banco”.
De esta manera, Donzelli definió que la causa que llevó al cierre del colegio debe vincularse “no a una realidad generalizada sino a la manera en que esta persona, Juan Carlos Parra, de manera irresponsable gestionó la escuela”.
¿No existen herramientas legales que permitan evitar medidas de cierre de este tipo? “Al ser una empresa, al ser establecimientos privados, el empleador tiene esa potestad, pero nosotros lo que sostenemos es que al ser un servicio educativo al momento de un otorgamiento de las habilitaciones para funcionar de parte de Diegep (Dirección de Educación de Gestión Privada) tiene que haber un control y una serie de requerimientos mucho más específicos y a su vez que ese empleador que asume la responsabilidad tenga la solvencia económica y la idoneidad suficiente para gestionar una escuela”, consideró la dirigente y planteó: “Si bien desde el punto de vista comercial, diríamos, puede cerrar, hay una responsabilidad social que tiene la prestación de este servicio que es innegable”.
Asimismo, señaló que a lo largo de la pandemia también quedó expuesta la existencia de varios empleadores “que no tienen capacidad, ni la idoneidad ni solvencia económica para asumir semejante responsabilidad”.
De cara al inicio del ciclo lectivo que se iniciará el próximo miércoles, desde Sadop destacaron de todas maneras la intervención de las autoridades de la Diegep para aportar soluciones a las familias y alumnos afectados en la búsqueda de un nuevo establecimiento.
“Entendemos que en general van a terminar ubicados todos, esperemos que así sea, de todas maneras el daño que genera para cada uno de los chicos de pronto tener que perder su lugar de estudio, sus vínculos con compañeros y docentes, la pertenencia que significa la escuela es muy importante. Entonces este daño no se puede minimizar, no da lo mismo para los chicos. Las consecuencias son dolorosas”, concluyó Donzelli.
