Viernes 26 de abril | Mar del Plata
02/05/2023

Juicio por Natalia Melmann: el dolor de los padres, 22 años después

Gustavo y Laura fueron los primeros en declarar. “Este es un femicidio en manos del Estado”, definieron y criticaron el paso de 22 años en la causa.

Juicio por Natalia Melmann: el dolor de los padres, 22 años después
(Fotos: Qué digital)

Este es un femicidio en manos del Estado” y “la asesinaron para divertirse”.  Esas fueron dos de las definiciones que dio este martes Gustavo Melmann, el papá de Natalia en el inicio del segundo juicio contra Ricardo Panadero, el cuarto policía acusado por el brutal crimen de la adolescente cometido en febrero de 2001 en Miramar. “¿Le parece, señor juez, que la Justicia puede estar 22 años?, cuestionó Laura, la mamá, en medio de su declaración y atravesada por el dolor.

La primera hora y media de la audiencia de este martes en el juicio contra Panadero iniciado ante los jueces Néstor Conti, Mariana Irianni y Juan Galarreta estuvo destinada a escuchar el testimonio del papá y la mamá de la adolescente de 15 años, a 22 años del crimen.

Durante su exposición, ambos respondieron las preguntas de las partes, fundamentalmente formuladas por la fiscal Ana Caro, pero también se explayaron sobre aquello que querían decir, que tenían pensado o que sentían. Repasaron momentos de dolor, de amenazas atravesadas a lo largo de los años y la  incertidumbre que los rodeó en los primeros días, en febrero de 2001, hasta el hallazgo del cuerpo de su hija.

Sobre el final de su declaración, incluso, Laura se vio desbordada por el dolor y manifestó su deseo de hablar, de expresar todo aquello que piensa, más allá del interrogatorio planteado: “Si no hablo ahora, ¿cuándo?”, preguntó.

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Ricardo Panadero llegó a este segundo juicio en su contra después de haber sido absuelto en el debate previo realizado en 2018, cuya sentencia fue anulada por el Tribunal de Casación.

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En el juicio no se discute el brutal crimen ya probado y con sentencia firme contra tres policías condenados desde 2002 a perpetua y un civil sentenciado a 10 años. Lo que está en discusión, y así ratificaron las partes este martes al iniciarse el debate, es si Panadero participó o no de los hechos. Es decir, si formó parte del grupo de policías que a la salida de un boliche introdujo a Natalia por la fuerza en un patrullero y la trasladó a una casa para violarla y asesinarla y después arrojar su cuerpo en el vivero municipal de Miramar.

Tras esas posturas adelantadas por la fiscal Caro, por los abogados de la familia de Natalia, Federico Paruolo y Yamil Castro Bianchi y por la defensa encabezada por Lautaro Resúa, el juicio se inició con el paso de los testigos propuestos por cada una de las partes, previo recorte acordado con la expectativa de que el debate se cierre a lo largo de esta misma semana.

El primero en sentarse en la silla de testigos en la sala del primer piso de Tribunales donde se llevan a cabo las audiencias fue Gustavo, papá de Natalia, quien recordó cómo fueron los cuatro días de búsqueda hasta la aparición del cuerpo de su hija en el vivero municipal, rememoró que siempre en ese momento buscaron a “Natalia con vida” y reparó en el continuo miedo con el que se toparon en las distintas personas que decían poder aportar algún dato o información.

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“Este es un femicidio en manos del Estado”, enfatizó en un tramo de su declaración y planteó que los policías “le quitaron la vida para divertirse sádicamente”. También cuestionó al por entonces poder político por la “falta de interés” en avanzar contra la Policía Bonaerense y recordó que en momentos iniciales la investigación fue guiada por la propia Policía, entre ellos los después condenados a prisión perpetua Oscar Echenique, Ricardo Anselmini y Ricardo Suárez.

Gustavo recordó a Natalia como una buena estudiante y como una persona solidaria y muy inocente y reiteró que “todos los que asesinaron a Nati lo hicieron con el afán de divertirse” mientras “estaban de guardia” en sus puestos policiales. También recordó una advertencia que les llegó de la propia Policía de Investigaciones: “Dejate de joder con la policía, a tu hija la mató el Gallo Fernández”, en relación al único civil que fue condenado por el hecho, puntualmente por el secuestro, con una pena de diez años de prisión.

Laura, a su turno, recordó cómo fueron las horas previas al crimen cuando Natalia había decido salir con dos amigas y cómo transitaron las horas desde ese momento hasta que advirtieron que no volvía a su casa al día siguiente por la tarde ya que antes le había pedido permiso para quedarse a dormir en la casa de una de las amigas, donde nunca llegó. También relató que en los primeros momentos tras la denuncia la Policía les impidió que salieran a buscar y a mostrar públicamente su situación hasta que llegó Crónica TV a su casa y a partir de allí empezó su difusión.

Sobre esa búsqueda, Laura expresó que “los mismos policías que la habían asesinado y estaban libres”  iban a buscar a sus otros hijos para “ir a buscar a Natalia”. “Los turistas nos ayudaban a buscarla, a salir con su cara por todos lados. La gente del pueblo tenía muchísimo miedo, no entendíamos por qué, después lo supimos”, remarcó con relación al poder policial de entonces y señaló cómo, mientras tanto, seguían “amenazando a todo el mundo”.

“La sigo esperando, hasta el día de hoy, son 22 años”, expresó la mujer en un momento de su declaración y lamentó no haber podido verla nunca más, aún cuando se halló el cuerpo, a partir del estado en el que se encontraba.

“Nunca más la pude ver. La espero, la sigo esperando“, indicó y cuestionó cómo “la Justicia está tardando 22 años” para terminar de juzgar y encontrar a todos los responsables del femicidio.

Sobre el final de su declaración y mientras preguntaba la defensa, Laura se vio invadida por el dolor. “En el cuerpo de mi hija encontraron cinco ADN, no tres; cinco degenerados la asesinaron”, enfatizó y, tras una intervención del juez Conti, ella le preguntó: “¿A usted le parece, señor juez, que la Justicia puede estar 22 años para (investigar) la muerte de una criatura? ¿Por qué? ¿Porque la mató la Policía? Si hubiera sido un civil esto ya estaría resuelto”.

Y en la misma sintonía, dijo no querer callar nada de lo que sentía. “Mi hija no tuvo derecho a hablar”, exclamó y sumó: “Ella tenía derecho vivir, como todos”. Y ante un pedido de la fiscal de que intentara tranquilizarse, respondió: “No estoy tranquila, nunca voy a estar tranquila, ni lo estaré”. También dijo que “nunca más” se quedará callada después de haber atravesado todo lo que vivió y sigue viviendo. “No tengo nada que perder, señor juez, perdí lo que más valía en mi vida. Usted está hablando con una muerta en vida”.

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02/05/2023