Aldrey Iglesias, “ciudadano ilustre”: un acto de pleitesía en el Concejo Deliberante
El poderoso empresario fue reconocido en un recinto de sesiones repleto de empresarios y políticos. Se definió como “sano, trabajador e inteligente”.
Se describió como “sano, trabajador e inteligente” ni bien empezó su discurso. Puso en palabras de terceros cierta queja por no haber sido reconocido antes. Ya avisó que cuando Mar del Plata cumpla 200 años quiere otro reconocimiento. Y lo más importante: mostró una vez más su poder. Florencio Aldrey Iglesias recibió en el Concejo Deliberante el título de “ciudadano ilustre” en un recinto colmado de otros poderosos empresarios, políticos de diversos signos y autoridades judiciales. Y quienes no fueron, enviaron sus saludos, entre ellos el presidente de la Nación Javier Milei.
El acto se transformó en una gran reunión de empresarios y políticos de fuertes vínculos. El recinto de sesiones estuvo colmado como pocas veces aun cuando se tratan las verdaderas iniciativas que marcan la vida de la sociedad.
El acto empezó a las 11.41. Ningún concejal quiso perderse el acto e incluso quienes no pudieron asistir enviaron su “saludo” que fue leído por el locutor para que su ausencia no se entendiera como un desplante.
Aldrey Iglesias entró aplaudido y aplaudiendo, secundado por el intendente Guillermo Montenegro y la presidenta del Concejo, la radical Marina Sánchez Herrero. Junto a ellos se sentó en la mesa principal.
Enfrente estaba como invitado el secretario de Turismo, Ambiente y Deportes de la Nación, Daniel Scioli, con quien Aldrey Iglesias mantiene una estrecha relación hace años y así ha quedado plasmado en diversos vínculos a lo largo de su gestión como gobernador bonaerense, todavía en su versión peronista, desde donde le otorgó la concesión para volver explotar el Hotel Provincial, su primer gran objetivo comercial en su arribo a la ciudad.
En las primeras filas de un acto que funcionó como una pleitesía también estaban, entre otros, el dirigente radical Ernesto Sanz, el senador nacional marplatense Maximiliano Abad, la jueza de la Suprema Corte bonaerense Hilda Kogan, la pareja del intendente Montenegro, Eugenia Pruzzo, y el “administrador” provisorio del Obispado de Mar del Plata, Ernesto Giobando.
El acto empezó con audios que distintas personalidades le enviaron al empresario y que él dijo querer que escucharan todos: así se oyeron las voces de, por ejemplo, Julio Iglesias y Diango, quien expresó que el reconocimiento a Aldrey Iglesias debería haberse entregado “mucho antes”, quizás como una suerte de reclamo a la dirigencia política siempre tan atenta a las exigencias del empresario.
Después llegó el turno de la lectura de cartas enviadas para la ocasión: de Mirtha Legrand (“Nadie ha hecho más por Mar del Plata que vos”) al expresidente Mauricio Macri, fueron algunas de las firmas, además de los empresarios de medios Julio Saguier, de La Nación, y Héctor Magnetto, de Clarín, otro que dijo estar “sorprendido” de que el reconocimiento “no se haya hecho antes”.
Tras unos 20 minutos de saludos, el cierre quedó para la lectura de una carta enviada por la secretaria general de la Presidencia de la Nación, Karina Milei, quien lamentó no poder llegar junto a su hermano y presidente Javier Milei. De todas maneras le envió la “mayor de las felicitaciones por su destacada contribución para el desarrollo de Mar del Plata”.
La presidenta del Concejo Deliberante fue la encargada de explicar por qué todos y cada uno de las y los 24 concejales firmó y aprobó por unanimidad la entrega del reconocimiento.
¿Qué significa ser declarado “ciudadano ilustre“? De acuerdo a la ordenanza N° 19.718 consiste en un “reconocimiento oficial y honorífico que podrá ser otorgado a personas físicas que, a través de su labor, compromiso y dedicación, hayan contribuido de manera significativa al desarrollo integral y crecimiento sostenible de Mar del Plata y del Partido de General Pueyrredon”.
La concejala radical no dejó de destacar que es “el título más representativo que se puede dar desde un ámbito deliberativo”. También llegó a afirmar que Aldrey Iglesias “mejoró la calidad de vida de Mar del Plata” y quiso que se lo destacara como un “gran emprendedor” más allá de un “empresario exitoso”.
A su vez, lo describió por tener un “alma aventurera” y por “siempre querer algo más”, una definición que describe muy bien el monopolio mediático que intentó durante años formar.
Su conglomerado de medios, encabezados por el diario La Capital, fue un terreno espinoso en el que se adentró Sánchez Herrero. Es que el manejo de una línea editorial en la que se imponen los intereses empresariales y económicos es una de sus características. No obstante, la concejala destacó la “perspectiva” que le dio Aldrey Iglesias a la comunicación, lo consideró como un aporte para la “formación de masa crítica” y como “fundamental para la democracia”.
Montenegro, a su turno, agradeció “tener la suerte” de ser intendente para encabezar un momento de estas características, dijo no saber “si alcanza” el reconocimiento otorgado y planteó que si bien su entrega fue decidida ahora por las y los concejales “esto se decidió mucho antes, por cómo encarás las cosas y cómo las seguís encarando”, dijo mirando al empresario.
Después sí llegó el turno de la entrega formal del título, las fotos y un discurso de Aldrey Iglesias desde un atril, en una exposición que empezó sumida en la arrogancia: dijo que sería breve en contar “la historia de un hombre que hizo un culto del esfuerzo y el trabajo”. Hablaba de sí mismo.
“Mí madre me parió sano, trabajador e inteligente”, fue su primera definición. Hubo risas, aplausos y un grito de “Vamos, Florencio”. Después, empezó un repaso por su vida, desde su llegada al país en un barco en 1949 hasta su arribo a Mar del Plata en 1970 para convertirse en accionista mayoritario del Hotel Provincial que perdería -remarcó- en 1977 por decisión del interventor bonaerense de la dictadura cívico militar, Ibérico Saint Jean. A partir de allí llegaría el surgimiento del Hotel Hermitage y el crecimiento de su imperio empresarial que se potenció cuando se quedó, hacia 1983, con el diario La Capital.
Uno de los hitos de su extenso poder económico lo identificó en la construcción del Shopping Aldrey, un proceso que -pese a verse envuelto en polémica y escándalo- terminó hasta con su nombre inmortalizado. “Que hagan algo igual y que le pongan el nombre que quieran”, le había respondido a Qué digital en la inauguración de 2015 y después de las diversas críticas -no de la dirigencia política, claro- que representó la colocación de su nombre en el establecimiento, una polémica que incluso años después tendría su continuidad con bajada y subida de carteles incluida. Hoy, después de todo ello, afirmó: “Le dimos a este ciudad el shopping que necesitaba”.
Pero su discurso no fue sólo arrogancia. También hubo mensajes directos que la política bien supo entender y cuestionamientos hacia otros grupos empresarios. “No todo vale”, dijo como si conociera ese límite ante sus propias pretensiones empresarias y personales como haber integrado la lista de personas que participaron de la “vacunación vip“ en plena pandemia del coronavirus.
Hacia el rubro de la construcción dijo que debe “cuidarse” que las torres no superen las alturas pautadas y también afirmó que se debe “preservar los espacios naturales” y “poner freno” a las construcciones en las playas. La paradoja es que la principal playa céntrica de Mar del Plata, frente al Hotel Provincial, la mantiene cercada y con estructuras abandonadas, con el objetivo de reservar espacio a sombrillas y carpas que suelen estar vacías.
También dejó otro mensaje que no pasó desapercibido y que fue comentario por lo bajo de varios de los presentes: “Donde hay arena no debe haber fiestas electrónicas, Mar del Plata es familia”, soltó en referencia a lo que sucede a lo largo de las playas del sur.
Para el cierre, el empresario dijo seguir “más comprometido y enamorado que nunca de Mar del Plata” y expresó que “seguirá trabajando por el crecimiento de la ciudad”.
Y, a sus 91 años, dejó un mensaje más: tal como sucede ahora en el sesquicentenario, pidió que en el bicentenario de Mar del Plata también se lo reconozca: “Cuando la ciudad cumplió 100 años fui reconocido por decenas de familias fundadoras de Mar del Plata con un diploma que aún atesoro. Cuando nuestra ciudad cumple 150 años recibo con total orgullo esta distinción. Les aseguro que seguiré trabajando y soñando por el crecimiento de la ciudad. Por nada del mundo quiero quedarme sin un reconocimiento para cuando Mar del Plata celebre los 200 años”.
