Despidos y casi dos semanas de protesta en una fábrica de hamburguesas
Denuncian que no les quieren pagar la correspondiente indemnización y aseguran que se “deshicieron” del personal con más antigüedad.
Trabajadores despedidos de una planta de hamburguesas “Los Robles” ubicada en el barrio Peralta Ramos Oeste mantienen desde hace casi dos semanas una protesta en la puerta del edificio en reclamo de ser reincorporados o bien que se les pague la indemnización correspondiente, sobre todo teniendo en cuenta que se trata de los empleados que más antigüedad tenían.
La planta productora de alimentos ubicada en Talcahuano e Irala es foco desde hace casi dos semanas de una protesta en la que ocho de los 20 trabajadores exigen respuestas a la patronal luego de haber sido despedidos.
Luciano trabajaba hace unos 20 años en la fábrica y es uno de los seis trabajadores con más antigüedad: todos fueron despedidos. Luciano, como tantos otros, cumplía tarea de operario en la producción de alimentos como hamburguesas de pescado, patitas de pollo, e incluso hubo momentos en los que los proveían de otras materias primas como filete de pescado y langostino.
“Acusan que no tienen plata y no nos quieren indemnizar. Estábamos todos en blanco y nos deben quincenas sin pagar”, relató en diálogo con Qué digital a la espera de novedades de una reunión en el Ministerio de Trabajo entre sus representantes -del Sindicato de Trabajadores de la Industria Alimenticia- y la patronal.
Hasta el momento, el último ofrecimiento fue el pago de una indemnización correspondiente el 60% del salario mensual pero a pagar en cuotas, algo que rechazan: “Ya hemos tenido casos de despedidos a los que les pagaron las primeras cuotas y después nunca más, no son gente confiable”.
Según explicaron, en el marco del conflicto el Ministerio de Trabajo dictó la conciliación obligatoria y, si bien el resto de los trabajadores intentó acatarla, desde el lunes la patronal decidió cerrar las puertas de la fábrica a la espera de avances.
Mientras tanto, los trabajadores aguardan respuestas sobre la vereda de calle Irala: “Estamos esperando a ver si nos toman a todos o nos echan a todos. Nos quisieron dividir pero se sumaron el 90% de los trabajadores“, sintetizó Luciano.
El conflicto se da en un contexto en el que si bien los dueños aseguran no tener recursos, los trabajadores dicen lo contrario. No solo la planta nunca cerró en el marco de la pandemia al tratarse de una empresa alimenticia, sino que aseguran que en el último tiempo hubo reformas en el interior, lo que para los despedidos fue indicio de que hubo un excedente invertido y que el recorte más bien podría responder a una profundización de las ganancias mediante relaciones laborales más precarias.
En ese sentido, sospechan que los despidos responden a una intención de reducir personal y a la vez precarizar más a través de la contratación de trabajadores mediante cooperativas, una forma de contratación habitual en la zona del puerto que suele ser utilizada para esconder relaciones de dependencia y “ahorrar” cargas patronales en un contexto de altísima necesidad laboral.
