Martes 14 de mayo | Mar del Plata
28/05/2022

Día de la Salud Menstrual: acceder a los dispositivos y debatir el estigma

Una investigadora de Conicet analiza la aprobación del programa municipal de salud menstrual y propone repensar al ciclo menstrual en el ámbito educativo, médico y social.

Día de la Salud Menstrual: acceder a los dispositivos y debatir el estigma
(Foto: Unsplash)

Con pequeños pasos y algunas medidas, el ciclo menstrual comienza a ser considerado en la agenda de salud pública y en esa línea recientemente el Concejo Deliberante de Mar del Plata aprobó un proyecto de ordenanza para la creación de un programa municipal de salud menstrual. Sin embargo, para la investigadora del Conicet Ornela Barone Zallocco, si bien se trata una propuesta alentadora, “con eso no alcanza”.

En el marco del 28 de mayo, Día Mundial de la Salud Menstrual, y en una entrevista con Qué digital, explica cuáles son los estigmas que aún prevalecen en torno al ciclo menstrual, cómo se aborda desde el ámbito educativo con las y los adolescentes y por qué hay que desarmar la concepción de “higiene menstrual” que califica a la menstruación como “algo sucio”.

Este jueves, el Concejo Deliberante aprobó un proyecto de ordenanza para la creación de un programa municipal de salud menstrual en Mar del Plata que apunta a garantizar “el derecho a la gestión menstrual en condiciones igualitarias y dignas de información y acceso a productos menstruales”. La ordenanza establece la distribución de productos de gestión menstrual en General Pueyrredon y busca que todos los establecimientos públicos “cuenten con instalaciones sanitarias acordes a las necesidades de la salud menstrual”.

De esta manera, la iniciativa apunta a reducir la brecha de desigualdad que existe al momento de acceder a los elementos de salud indispensables para gestionar la menstruación que suponen un costo anual de $4.890 en toallitas descartables por persona menstruante, según datos difundidos por Ecofeminita en el marco de la campaña “MenstruAcción”.

Leer también:

En ese sentido, Ornela Barone Zallocco, becaria doctoral del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) del proyecto dedicado a visualidades y experiencias del ciclo menstrual, asegura que la política de acompañamiento y de provisión de recursos de gestión menstrual que se planifica en el programa municipal de salud menstrual es una propuesta alentadora “y muy necesaria” aunque “es importante saber que con eso no alcanza”.

Para la investigadora, aún faltan avances en materia educacional a partir de la currícula que se enseña en Argentina y también leyes “más integrales que lo aborden no solo desde el plano educativo sino desde el plano de la salud y cultural”.

Puntualmente, ejemplifica en cómo socialmente existe un tratamiento muy amplio de “ocultar la menstruación” y el 28 de mayo, una fecha inicialmente prevista como el Día Mundial de la Higiene Menstrual da cuenta del concepto de “higiene”, una conceptualización que entiende a la menstruación como “algo sucio” cuando en verdad se trata de “un fluido que proviene de un proceso fisiológico como tantos otros”.

A partir de la intervención de distintos movimientos feministas y personas dedicadas a la investigación y activismos, Ornela sostiene aquella lucha por “desarmar la idea de higiene menstrual porque en verdad hablamos de productos de gestión, de cómo se puede gestionar el sangrado con distintos dispositivos aunque también existe la posibilidad del sangrado libre aunque el contexto social no esté preparado para eso”.

A su vez, la investigadora repara en la cuestión biologicista ligada al ciclo menstrual y también al imaginario “heteronomativo” de que solo hay mujeres menstruantes cuando “en realidad hay muchas personas menstruantes con cuerpos vulvoportantes, un varón trans puede ser una persona menstruante igual que una lesbiana, persona no binarie o cuir. Y es importante entender que cada persona lo vive de manera diferente”.

Si bien la menstruación se ha enseñado históricamente como “aquella posibilidad de gestar” de la mano del eufemismo de “hacerse señorita” que implica de manera consecuente el ser madre, apunta Ornela Barone Zallocco, “hay que romper con la idea de que el ciclo menstrual tiene una única función reproductivista porque también tiene una función que es sexual, de ciclicidad, de regulación hormonal”.

Y allí, en su campo de investigación, las narrativas que componen los materiales áulicos de escuelas secundarias, los libros, cuadernillos, pero también los contenidos y narrativas mediáticas, como en imágenes de Instagram, publicidades y películas, “se refleja esta representación de la menstruación que se da en la misma calle, en las instituciones, en la vida”. En estas narrativas, lo que se observa, justamente, “es un estereotipo de persona menstruante que se corresponde con una mujer, algo que es totalmente un mito”.

Leer también:

Y también, dentro de las escuelas secundarias, la principal institución en la que se enseña acerca del ciclo menstrual (el “ciclo” comprende mucho más que la menstruación, como por ejemplo el período ovulatorio), se trabaja desde la materia de biología, expone la investigadora, “lo que representa un claro problema de conceptualización porque se da una forma muy biologicista”. Si bien también se aborda desde la materia de salud y adolescencia, “Argentina tiene una currícula de impronta muy biologicista, biomédica e higienicista que busca por un lado ocultar la menstruación y por otro lado explicarla en términos heteronormativos y de reproducción”.

“La menstruación es parte de un ciclo porque para que ese endometrio decante tuvo que haber pasado por un proceso de ovulación, de no fecundación. En las currículas educativas se enseña al ciclo menstrual vinculado únicamente al útero y a la vagina, se hace referencia a un proceso cuando en realidad también tienen lugar los riñones, el bazo, el páncreas y los pulmones porque la sangre está relacionada con todo un organismo complejo que también involucra emociones y por eso muchas veces vemos ante factores contextuales la ausencia de la menstruación”, explica.

De allí, la relevancia de contar con espacios “amigables” para las personas menstruales y el autoconocimiento ya que, en muchos casos, “las personas se pueden sentir violentadas o asustadas por el contexto social tal como sucedió en una primera instancia de confinamiento de covid, en la que muchas personas sufrieron irregularidades en sus ciclos ante el estrés, el agotamiento, el cansancio y también la alimentación, por eso es hablamos de algo mucho más abarcativo y se solicita la gestión menstrual y el acceso a los productos que tan necesario es aunque con eso claramente no alcance”.

Aunque las políticas públicas relacionadas a la gestión menstrual den sus primeros avances, Ornela repara en las dificultades a las que se enfrentan las personas menstruantes en las instituciones y establecimientos públicos, espacios que en la mayoría de los casos “no están preparados” para menstruar. Por eso, propone “repensar las espacialidades” como los baños en los que muchas veces no hay tachos de residuos o productos de gestión menstrual al alcance “por si a una adolescente le viene la menstruación en un tiempo no previsto”.

“Hay mucho desconocimiento. El día de licencia también es algo súper necesario, que lo teníamos en el sistema educativo y se perdió. Con la endometriosis tenemos una deuda grandísima, hay muchas personas menstruantes que sufren dolores agudos por enfermedades no diagnosticadas porque falta conocimiento y también la autopercepción, la soberanía de les cuerpes. A una persona adolescente que comienza con el proceso menstrual, con la menarquía como primera menstruación, se le indica que asista a algún medique. Eso está bien, pero no alienta al autoconocimiento, a tener un registro de los propios fluidos, olores, saber en qué momento se está ovulando o se tiene más sueño. Ese conocimiento te permite llegar al sangrado de otra manera”, sostiene.

En el marco del 28 de mayo, Día Mundial de la Salud Menstrual, una fecha que se celebra con la reciente noticia de la creación de un programa municipal de salud menstrual, la investigadora recuerda los 16 proyectos de ley para gestión menstrual presentados ante el Congreso de la Nación de los cuales 13 perdieron estado parlamentario: “Ahora nos quedan 3 que están sin tratamiento. Lo que se está buscando en este mayo menstrual es un proyecto de ley unificado entre todos los partidos para hacer presión y tener una ley de gestión menstrual además de una revisión de la ESI que incorpore la dimensión de la menstruación en clave mucho más integral”.

Ver más: , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , ,

28/05/2022