Lunes 13 de mayo | Mar del Plata
20/03/2016

Fobia Social: ansiedad irracional en una sociedad exigente

El trastorno se desarrolla a partir de “sensaciones de ansiedad por temor a un juicio crítico de los demás”. Advierten que hoy “el nivel de exigencia social es mayor”. Trabajan en grupo para romper esa timidez naturalizada y traumática.

Fobia Social: ansiedad irracional en una sociedad exigente
(Fotos: QUÉ Digital)

Las manos le transpiran, la respiración se acelera. Un incómodo calor sube rápido y sonroja su rostro, mientras la voz empieza a temblarle y la mente queda en blanco ante los demás. Una lección al frente del aula, una entrevista de trabajo, una cita en un café, la sensación de ansiedad se repite en cada ocasión de exposición en la que siente que no estará a la altura de las circunstancias. Esa timidez -a veces- naturalizada tiene nombre, apellido y tratamiento: un trastorno de ansiedad denominado “fobia social” que psicólogos investigan y afirman que “se puede ir destrabando” con trabajo en grupos.

La fobia es, básicamente, un miedo irracional, exagerado a algo en particular. “En general el miedo es un componente natural que está bien tenerlo. Cada miedo cumple una función de protección, pero cuando ese miedo es irracional y afecta de manera la vida cotidiana pasa a ser una fobia”, explicó el licenciado en Psicología Juan Carlos Moure, uno de los dos directores -junto a Mariela Giles- de la Fundación Fobia Club filial Mar del Plata, que trabaja desde el 2002 en la ciudad sobre trastornos de ansiedad, pánico y trastornos obsesivo-compulsivos que en muchos casos derivan en la depresión, el alcoholismo u otras adicciones.

Para explicar a qué se le denomina fobia social, primero -ejemplo mediante- el profesional se remite a la diferencia entre un miedo y una fobia: “Una persona puede temerle a las arañas, pero ya distinto es si por ese miedo no se anima a ir a un camping, a pisar el pasto o a acercarse a un lugar donde suponga que puede haber una araña”.

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Juan Carlos Moure, licenciado en Psicología y director de la Fundación Fobia Club filial Mar del Plata (Foto: QUÉ Digital)

La llamada ansiedad social tiene orígenes genéticos, biológicos y de contexto. Se manifiesta en “aquellas situaciones en las que la persona empieza a experimentar sensaciones de ansiedad por temor a un juicio crítico de los demás” y entonces “se ven muy pendientes de lo que el otro pueda llegar a decirles de sí mismos”.

Es natural que cualquier ser humano tenga a la visión del otro como un condicionante. Ese “qué dirán”, sumado a una mirada muy crítica de los demás y a la idea de no estar a la altura de las circunstancias abre las puertas para que la ansiedad empiece a escalar posiciones.

“Esto empieza en la adolescencia cuando los chicos comienzan a interactuar más con sus padres y en la exigencia de la escuela tienen que pasar al frente a dar lección o hacer un trabajo en grupo y pasar a exponerlo. Ahí se empiezan a bloquear y a dejar ciertas actividades. Se puede ir agudizando cuando arrancan una carrera universitaria”, precisó el psicólogo de la Fundación Fobia Club en el marco de una charla realizada días atrás sobre esta problemática social.

HAY MÁS CASOS QUE ANTES: “EL NIVEL DE EXIGENCIA SOCIAL ES MAYOR”

En la actualidad, el nivel de exigencia social “es más alto de lo que ellos están dispuesto a enfrentar”, entonces “hay más casos que antes porque ese nivel de exigencia social es más fuerte” y además el ritmo de vida actual “exige más participación en actividades sociales”, precisó.

La fobia social se manifiesta tanto en hombres como en mujeres. Sin embargo, el licenciado Moure advirtió que la mujer, en general, “enfrenta sus problemas emocionales de una manera más abierta”, mientras que el hombre “lo mantiene más solapado”.

Por estos trastornos existen muchos casos de alcoholismo: “Se refugian en el alcohol para enfrentar situaciones, pero lo que primero es una cuestión de uso puede pasar a ser un abuso y si tiene un componente adictivo puede generarse un problema más serio”.

Hay estadísticas que hablan de que el 70% de las personas alcohólicas tiene como base de personalidad a la ansiedad social. La ingesta abusiva de alcohol se vuelve la manera que tienen de darse ánimo para enfrentar situaciones

¿CÓMO TRATAR LA FOBIA SOCIAL?

Lo que Moure y su equipo proponen en primera instancia es hacer charlas preventivas “para detectar tempranamente estos síntomas y evitar que se llegue a esas circunstancias, porque muchas veces hay deserción escolar en relación a este problema”. Ya en la universidad, “a veces hay abandono de la materia o postergan los finales y no pueden avanzar en la cursada”.

El trabajo terapéutico se realiza principalmente en grupo. La ventaja de trabajar entre varios es que así la persona que convive con esa ansiedad social “se identifica con otras personas que les pasa lo mismo y cuando eso ocurre se sienten más tranquilos y se pueden relajar un poco más para exponerse”.

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“Y al poder exponerse -continuó- hacemos trabajos de roll playing. Podemos escenificar alguna situación donde la persona habitualmente se siente con dificultad, como ir a un bar a pedir algo, o rendir un examen ante un profesor o tener una cita con una chica o un chico, o generar una entrevista de trabajo, ya que a veces la sociedad es mucho más cruel. Adentro de un boliche pueden sentirse rechazados o les cuesta animarse a encarar porque sienten que no saben cómo manejar la situación. Bueno, esas habilidades sociales se aprenden y se incorporan”.

LAS CAUSAS

Los fóbicos sociales o personas con este tipo de ansiedad, cognitivamente no suelen tener mayores problemas y son inteligentes, pero sufren “un déficit en las habilidades sociales que generalmente se aprenden en la adolescencia” y que aparecen con dificultades de interacción social que se evidencian aún más claramente en la adultez.

El problema arranca en la adolescencia, ahí se dan los primeros síntomas. “Son cuadros que en terapia aparecen cuando tienen 30 o 35 años porque los chicos de su generación ya formaron familia o se recibieron y empiezan a sentirse solos, sienten que no se pudieron insertar socialmente como ellos esperaban y están muy por debajo de lo que son sus potencialidades”, agregó el profesional.

Hay factores genéticos que contribuyen a que esa ansiedad se vuelva un problema: “El chico puede ser tímido y surge de una familia en la que ya había dificultad para interactuar con otros. Eso puede ser heredado desde el punto de vista biológico y también puede haber un comportamiento que le va reforzando esa idea”.

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En base a su experiencia, Juan Carlos Moure afirmó que a veces “estas personas tienen comportamientos que van a llevar a que eso ocurra” y contó: “Tuve el caso de un chico que no usaba celular porque decía que no le interesaba. Pero por otro lado veía que su grupo de pares no lo invitaba a ningún lado. Todos se conectaban por Whatsapp y él quedaba al margen, entonces pensaba que lo excluían por su forma de ser y en realidad los chicos no le iban a andar atrás, se manejaban por Whatsapp nomás”.

El rol de la familia es clave, fundamentalmente para no naturalizar los síntomas: “A veces sin quererlo la familia lo sobreprotege. Con el argumento de que es tímido, buscan que no lo molesten creyendo que cuando crezca se va a animar solo. Pero ese problema se va agudizando y si ya a los 18 o 20 años no se relaciona, cada vez cuesta más. Pero de esto se puede ir saliendo, esa ansiedad se puede ir quebrando, es posible lograrlo”.

¿CÓMO CONTACTARSE?

La Fundación Fobia Club filial Mar del Plata funciona en San Martín 2937, segundo piso, departamento “A”. Trabaja en la prevención e investigación de los trastornos de ansiedad: trastorno de pánico, agorafobia, ansiedad social, trastorno de ansiedad generalizada, trastorno obsesivo compulsivo y fobias.

Para contactarse, los interesados pueden hacerlo a través del sitio web de la Fundación, también por su perfil en Facebook o telefónicamente al 491-9183.

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20/03/2016