Femicidio de Valeria: “Lo único que necesitamos es Justicia”
Tamara, sobrina de Valeria Britez, formó parte del abrazo solidario en la Escuela Nº 28. Lamentó que aún no hayan encontrado a Escott y describió que “desde el momento que salió de la cárcel se volvió violento y agresivo”.
“Él había salido de estar preso en enero o febrero y desde el momento que salió era otra persona: había cambiado mucho, era violento, era agresivo y tenía adicciones. El combo completo para que todo termine como terminó”. Tamara es sobrina de Valeria Britez -la mujer asesinada por Walter Escott en cercanías de su casa-, y participó este viernes del abrazo solidario realizado en la Escuela Primaria Nº28, donde concurren cuatro de los siete hijos de la víctima. Se acercó para exigir Justicia y reclamar que el caso no sea una simple estadística.
Con el dolor y la emoción que implica estar al frente de un pedido de justicia que se multiplica caso tras caso, Tamara agradeció la convocatoria al abrazo solidario por parte de la escuela y a todos los vecinos que se acercaron para participar. “La verdad que es algo muy agradable más que nada para las criaturas para no sentirse tan solas, tan desamparadas. Es algo que reconforta un poco porque nada les va a sacar el dolor, porque quedaron huérfanos de madre y de padre”, sostuvo en medio del abrazo que también sirvió para comenzar a juntar donaciones para los nenes que hoy están al cuidado de un tío, que vive con una pensión por discapacidad.
“Hoy están los cinco juntos, los dos más grandes son del primer matrimonio y están con los abuelos. Y los otros cinco está al cuidado de mi tío y dentro de lo que se puede están bien, están manteniendo lo que era su vida habitual porque sacarlos de golpe de todo sería un gran cambio”, contó Tamara.
Por otro lado, y respecto a la búsqueda de Walter Escott – que pasadas 96 horas del femicidio se mantiene con resultados negativos, la joven se mostró dolida, y aseguró: “Mientras más pasan los días, más lejos estará. Y lo que ahora nos preocupa a nosotros es que la mitad de la documentación que mi tía había presentado antes de lo ocurrido desapareció, ella había pedido una restricción, se le había vencido y le habían pedido que ella vuelva a hacer la denuncia y le dijeron que no era necesario”.
En este sentido, graficó: “No sabemos nada, él sigue deambulando Dios sabe dónde, y mi tía está en un solo lugar: en un ataúd”. Y en cuanto a cómo era la relación antes del brutal crimen, Tamara contó: “Él había salido de estar preso en enero o febrero y desde el momento que salió era otra persona: había cambiado mucho, era violento, era agresivo y tenía adicciones. El combo completo para que todo termine como terminó”.
De esta manera, la joven pidió: “Lo único que necesitamos es que se haga Justicia, que las autoridades hagan lo que se tiene que hacer, no les estamos pidiendo un milagro, solo que cumplan con su trabajo”.
