Domingo 28 de abril | Mar del Plata
29/04/2023

Más precarización en Fleshmar, una denuncia por golpes y amenazas con barrabravas

Los hechos sucedieron el jueves e involucran a una de las plantas que procesan pescado de Ostramar y a un delegado del SOIP.

Más precarización en Fleshmar, una denuncia por golpes y amenazas con barrabravas
(Fotos: Qué digital)
Sebastián Alí

Por: Sebastián Alí

El acampe que hace dos meses sostienen trabajadores no registrados de Owencoop volvió a exponer no solo la precarización estructural por parte de los grandes grupos económicos como Caputo –Ostramar S.A– en el puerto con más descargas del país, sino ahora también evidenció la espiral de violencia que acompaña ese proceso de aprovechamiento de las masas desocupadas para sacar la mayor tajada posible del recurso pesquero: un trabajador y delegado sindical de Fleshmar, otra de las fasoneras del grupo, denunció que en medio de una asamblea fue golpeado por el empleador y que recibió amenazas de muerte, con participación de “barrabravas” de Aldosivi.

Una maquinaria aceitada“. Así definió un experimentado trabajador de Owencoop-Ostramar a Qué digital semanas atrás, en referencia al procesamiento del pescado en el Puerto de Mar del Plata y cómo -a pesar de las evidencias y las ganancias que arroja- sigue sosteniéndose la explotación a cualquier costo de la mano de obra. La violencia, justamente y como muestran este y otros casos, parece ser parte de ese engranaje. Pero antes de explicar este nuevo capítulo de la maquinaria de la explotación es necesario remarcar de dónde se desprende el hecho denunciado esta semana.

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Fleshmar es -además de otra de las plantas utilizadas para tercerizar relaciones de dependencia y esquivar así obligaciones y contribuciones patronales- una de las “cuevas” a las que el Grupo Caputo (Ostramar S.A) distribuye el pescado que capturan sus propios barcos para que sea sometido a un procesamiento simple -fileteado, envasado- antes de su exportación.

Fleshmar fue, en ese sentido, la fasonera ofrecida por Ostramar para destrabar el acampe que desde el 28 de febrero llevan adelante trabajadores de Owencoop -una cooperativa “trucha” satélite del grupo empresarial- en reclamo de que les reconozcan la relación laboral que, tercerizada y de hecho, mantuvieron durante décadas pero sin derecho laboral alguno.

Fleshmar fue, consecuencia de ese conflicto, foco de uno de los últimos operativos de inspección realizados por el Ministerio de Trabajo donde se corroboró que más de la mitad de su planta de trabajadores no estaban registrados laboralmente: se confirmaban de esa manera los motivos del rechazo de la propuesta por parte de algunos de los trabajadores de Owencoop.

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En ese contexto, este jueves una comitiva del Sindicato Obrero de la Industria del Pescado (SOIP) se acercó a la planta Fleshmar, ubicada en Vértiz 5579, para realizar una asamblea informativa con las y los trabajadores: querían dar a conocer que el patrón, Raúl Ramírez, no estaba cumpliendo con el pago de las contribuciones a la obra social sindical. Pero la patronal estaba decidida a no permitir el desarrollo de esa herramienta de la democracia sindical.

Cuando Ángel, el delegado del SOIP en la planta, entró para hablar con los trabajadores, la encargada le reclamó que la hiciera afuera y, en consecuencia, se trasladaron a la vereda de las instalaciones. Pero ni siquiera así la reunión iba a poder continuar.

“Llegaron los dueños y no querían que la gente se comunique con el gremio porque si no se negarían a pagarle sus sueldos el sábado“, explicó Ángel en diálogo con Qué digital y continuó: “Me increparon enojados y cuando me dijeron que si seguíamos la asamblea ellos no les iban a pagar, le respondí que les tenía que pagar igual, hablen con el gremio o no. Ahí me amenazaron, me empujaron, me tiraron al piso y me empiezan a pegar los dos“, relató.

Consumado ese hecho de violencia, el delegado fue a radicar la denuncia en la comisaría tercera, la más cercana del SOIP, gremio en el cual incluso integra la comisión directiva. Luego de hacerlo, iba a volver a la fábrica pero un llamado le alertó que las cosas se habían puesto “picantes” y que por su seguridad no vaya: “En el camino me avisaron que había llegado al lugar la barra de Aldosivi para increpar a los representantes gremiales, a pedido de los dueños de la planta. Me dijeron que no vaya, que corría riesgo mi vida”, aseguró e incluso sostuvo que no es la primera vez que denuncian al empresario por hechos así.

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En ese momento eligió no exponerse pero no sería la última medida de seguridad que decidió: afirmó que horas después, cuando fue a buscar a su hijo a un establecimiento educativo, se encontró con dos personas -las cuales afirma eran reconocidos barras de Aldosivi- apoyados en su auto. Automáticamente, decidió irse de su casa y resguardarse en la de un familiar.

Al menos hasta este viernes, todavía no lo habían llamado desde alguna fiscalía para ratificar la declaración realizada ante la Policía. “Yo se lo dejo todo en manos de la Justicia pero corro peligro y por eso me fui de mi casa. Ante la duda, a mi familia la resguardo. Tengo miedo por mí y mi familia. Ya me avisaron que tenga mucho cuidado“, añadió.

Mientras tanto, la otra incógnita pasa por su trabajo, a pesar de que se trata de un delegado sindical: “Yo quería seguir en la fábrica pero viendo cómo están las circunstancias hoy en día, tengo que ver qué me aconseja el gremio para ver qué hacer”, dijo el trabajador, quien asegura que hasta el momento no tuvo comunicación con el Ministerio de Trabajo.

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29/04/2023