Acampe en Ostramar: un “escrache” de los trabajadores en la casa de la empresaria
Quienes llevan adelante la medida de fuerza desde el 28 de febrero decidieron hacerse escuchar en la casa de Marcela Caputo, dueña del frigorífico que se niega a registrarlos.
Los trabajadores y trabajadoras que hace casi 50 días llevan adelante un acampe y bloqueo en el frigorífico Ostramar en reclamo de registración laboral luego de haber procesado el pescado de esa empresa durante décadas, decidieron innovar otra vez en esa búsqueda por hacerse escuchar: tras los cortes de calle en el Puerto durante la semana pasada, este lunes fueron a la casa de la empresaria Marcela Caputo.
Desde el 28 de febrero que las y los 17 trabajadores que durante años trabajaron para Owencoop, una cooperativa “trucha” encargada de procesar la materia prima que descargan los barcos de la familia Caputo -entre los que se encontraba, por ejemplo, el Repunte– se mantienen en pie de lucha sobre uno de los ingresos del frigorífico ubicado en Guanahani al 3100.
Desde entonces, no solo permanecieron en el lugar a pesar de una denuncia penal en su contra por parte de la empresa de quien esperan respuestas después de haberlos tercerizado durante 20 años sin derecho laboral alguno. También recibieron el apoyo de vecinos, de las centrales sindicales y del Sindicato Obrero de la Industria del Pescado (SOIP), con quien la semana pasada llevaron adelante una serie de cortes de calle en pleno puerto marplatense.
Ahora, este lunes decidieron llevar su protesta a la casa de la propia empleadora, Marcela Caputo, heredera de la empresa Ostramar, la cual controla buena parte del proceso productivo desde la pesca hasta la exportación, según remarcan desde hace un mes y medio los trabajadores de la pseudocooperativa Owencoop, a costa de precarización laboral.
“Ostramar ofrece una desvinculación, no nos pusimos de acuerdo ni con la antigüedad, porque aparte que no quieren reconocerlos y registrarlos, quieren indemnizarlos con lo que quieren“, manifestó días atrás el dirigente del SOIP Adolfo Echeverría en diálogo con Qué digital mientras acompañaba los cortes de calles de los trabajadores tras haber tenido el último contacto con la firma hace tres semanas.
Ahora, este lunes, también hubo acompañamiento del SOIP en el “escrache”.
Los trabajadores y trabajadoras saben que el de Ostramar y una de sus “cuevas”, Owencoop, no es un caso aislado sino que forman parte de una estructural sobreexplotación de la necesitada mano de obra para sostener los márgenes de ganancia de unos pocos empresarios portuarios.
“Para que esto suceda es porque hay complicidades. Los sindicalistas se deben favores con los empresarios y los empresarios se deben favores con los políticos. Para que esta máquina bien aceitada funcione tiene que haber cómplices necesarios”, analizaba días atrás Daniel, uno de los trabajadores afectados, en diálogo con este medio.
