Viernes 03 de mayo | Mar del Plata
07/04/2023

Casi 40 días de acampe en Ostramar: “La patronal se niega a registrarnos”

La palabra de los trabajadores a la espera de ser reconocidos por el frigorífico para el cual procesaron pescado en una cooperativa “trucha” durante décadas.

Casi 40 días de acampe en Ostramar: “La patronal se niega a registrarnos”
(Foto y video: Qué digital)
Sebastián Alí

Por: Sebastián Alí

El 28 de febrero un grupo de obreros y obreras que procesaban el pescado del frigorífico Ostramar se cansó de trabajar durante décadas en una cooperativa “trucha”, sin derechos laborales, e iniciaron un acampe en las instalaciones de Guanahani al 3.100, en plena zona industrial portuaria. Desde entonces, ya pasaron casi 40 días durmiendo en la vereda del frigorífico a la espera de que la empresa de la familia Caputo los reconozca, los registre y los sume a su planta.

Pero la empresa -la misma que era dueña del Repunte, recalcan una y otra vez las y los trabajadores- no está dispuesta a ceder y, en contraposición, inició una causa judicial por el bloqueo de las puertas del frigorífico que se tramita en la Fiscalía N°12. Desde entonces, solo les ofrecieron trabajar para otra “cueva” a la que también distribuyen el pescado o bien aceptar indemnizaciones. Así, casi sin novedades, hace 40 días que en la asamblea semanal que realizan se acuerda lo mismo: sostener la desgastante pero convencida medida de fuerza.

Entonces, los 18 obreros del pescado se dividen en tres turnos para sostener el acampe, e incluso consiguieron un baño químico e insumos para sobrellevar el día a día. A lo largo de los 40 días de acampe, aseguran haber recibido la solidaridad de vecinos que se acercaron a avisar que, en caso de que “los quieran sacar”, se harían presentes en el lugar para resistirlo. Lo mismo prometieron las centrales sindicales.

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Mientras tanto, dentro de la carpa montada sobre uno de los ingresos del frigorífico, los trabajadores se organizan, hablan y piensan su presente.

“Esta es la paz social para ellos. Pero la paz social tiene que ser con trabajo de 8 horas y un sueldo en blanco. Ellos, los empresarios, son los mismos que hablan que hay gente planera, pero ellos reciben subsidios millonarios“, dice uno de los trabajadores. “Son planeros VIP”, retruca una de las trabajadoras.

Daniel, tan experimentado como informado, sumó: “Las medidas, como la de Sergio Massa del dólar para la pesca (NdR: Programa de Incremento Exportador), son para los empresarios, ¿dónde figuran los trabajadores ahí? Y después Montenegro sube un video por las habilitaciones de 24 horas de plantas de pescado. ¿Y los trabajadores que trabajan ahí, qué? Encima, cuando van y hacen las inspecciones, los mandan a donde no los tienen que mandar, a gente que además no conoce el puerto y con multas que terminan en la nada“.

La realidad es evidente, el contraste entre la riqueza concentrada por los empresarios del sector y el presente pobre de los trabajadores está a la vista, y casos como el de Ostramar se repiten. Pero la necesidad -en un contexto de precarización cada vez más generalizada- la mayoría de las veces se impone a la lucha colectiva. Mientras tanto, las opciones pasan por procesar pescado sin derechos laborales o hacerlo bajo convenios “pyme”, con menores derechos que el histórico 161/75.

Vos para trabajar no tenés que hablar“, dice Daniel, que sabe de primera mano lo que es ser despedido por reclamar, al punto tal que integró en los ’80 “listas negras” de trabajadores, confeccionadas por patronales para evitar contratar a quienes no se callan ante la falta de derechos laborales: en los ’70, esas listas podían terminar con trabajadores desaparecidos o exiliados; desde 1983, terminan con trabajadores que se suman a una masa de desempleados que a casi nadie escandaliza.

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07/04/2023