“Si no hay justicia, hay escrache”, ahora contra el represor Pazos
A tres meses de la llegada a la ciudad para cumplir prisión domiciliaria del exintegrante del grupo de tareas de la ESMA, organismos de derechos humanos y vecinos repudiaron su presencia frente a su casa.
“Si no hay justicia, habrá escrache”, esa fue la consigna que encabezó una nueva muestra repudio ante otro de los represores de la última dictadura cívico-militar que llegaron a Mar del Plata beneficiados por la prisión domiciliaria: en este caso, el apuntado fue Guillermo Horacio Pazos, exintegrante del grupo de tareas de la ex Escuela de Mecánica de la Armada, condenado en el marco de la “Megacausa ESMA”. Alrededor se montó un importante operativo policial con más de 40 policías, camones de infantería, patrulleros y la división GAD.
Porque no fueron hechos aislados de mentes criminales, sino un plan sistemático que se llevó adelante en todo el territorio nacional por parte del Estado y sus fuerzas armadas, los crímenes de lesa humanidad cometidos en la última dictadura no abarcan únicamente figuras tristemente célebres como Miguel Etchecolatz, Alfredo Astíz o cada uno de los integrantes de las Juntas Militares. También personajes menos conocidos como Pazos, participaron y también fueron condenados por delitos de lesa humanidad.
Es por eso que, desde la organización HIJOS impulsaron el escrache que se realizó este sábado en Olavarría y Saavedra, uno de los domicilios declarados por el represor para dar cumplimiento a su prisión domiciliaria desde noviembre del año pasado, beneficio que consiguió luego de que el gobierno nacional entregara a la justicia federal un listado de 96 represores a los que “recomendaba” verificar su situación y analizar si eran posibles benefactores de prisión domiciliaria o libertad condicional.
Fue en ese contexto que Guillermo Horacio Pazos, de 73 años, recibió la prisión domiciliaria en noviembre por una supuesta lesión en su rodilla derecha, por parte del Tribunal Oral Federal N°5 de la Ciudad de Buenos Aires integrado por los jueces Leopoldo Bruglia, Adriana Palliotti y Daniel Obligado, mismo tribunal que en 2017 lo había condenado a 16 años de prisión en el marco de la denominada Megacausa ESMA.
Ante los antecedentes de Pazos, condenado por los delitos cometidos en uno de los símbolos de la última dictadura militar como es la ESMA, sobraron argumentos para que los organismos de derechos humanos que luchan por la Memoria, Verdad y Justicia realizaran una nueva expresión de repudio.
El jueves se juntaron frente a la Catedral para esbozar cada uno de los carteles y siluetas de desaparecidos que llevaron este sábado frente a la casa del represor, todavía con el vivo recuerdo de lo sucedido hace menos de un año en Mar del Plata, donde la organización popular de vecinos provocó la marcha atrás de la Justicia en el caso de Etchecolatz, quien hasta ese momento había pasado el verano en su casa del Bosque Peralta Ramos.
