Usarán restos de semillas para tratar residuos de barcos y generar biocarbón
Investigadores marplatenses obtuvieron financiamiento para avanzar en un estudio que apunta, además, a generar una fuente de energía renovable.
Investigadores marplatenses enfocados en el estudio del impacto de residuos líquidos de barcos empezaron a trabajar en un proyecto que apunta a tratar esos efluentes hidrocarburíferos con restos de semillas de girasol y generar, como consecuencia, biocarbón como fuente de energía renovable.
El gobierno provincial, a través de la Comisión de Investigaciones Científicas (CIC) financiará un proyecto de investigación llevado adelante por el Instituto de Ciencia y Tecnología de Alimentos y Ambiente (Incitaa) de la Universidad Nacional de Mar del Plata vinculado a residuos agrícolas, la contaminación portuaria y la posible generación de fuentes de energía renovable.
El proyecto parte de la línea de investigación del Instituto centrada en el tratamiento de aguas de sentina (residuos que producen los barcos como restos de hidrocarburos), con todo lo que esa contaminación implica para Mar del Plata, que concentra el 50% de la actividad pesquera total.
En primera medida, el proyecto de investigación apunta a acoplar semillas de girasol que suelen ser producidas a gran escala por productores agropecuarios. Particularmente, el uso de esos restos de oleaginosas se centra en inmovilizar células y obtener la mayor cantidad de bacterias dentro del reactor activamente y degradando hidrocarburos. Así, apuntan a que esas cáscaras absorban esos hidrocarburos y los remuevan en esa fase líquida.
Es que el proceso productivo del aceite de girasol utiliza no más del 42% del peso total de la semilla y genera una importante cantidad de residuos que, si bien en parte se recupera en subproductos para enmendar suelos o alimento de animales, son muchos más de lo que el sistema mismo está reciclando. En ese sentido, el proyecto genera una vía más para la recuperación de esos desechos agrícolas considerando que, según datos de la Provincia, el girasol ocupa el cuarto lugar en términos de superficie sembrada y solo el territorio bonaerense concentra el 50% de la producción nacional.
Silvia Murialdo es la directora del proyecto y explicó que el mismo no termina en ese tratamiento de efluentes mediante la recuperación de residuos agrícolas: “Después uno se queda con todas esas cáscaras con residuos de hidrocarburos que las bacterias no degradaron, o que semi degradaron. Entonces pensamos que, dentro de la economía circular, podemos hacer biocarbón, que es una tecnología amigable con el medioambiente”, señaló.
De esa manera, además de recuperar residuos de la actividad agrícola y portuaria, apuntan a que con la generación del biocarbón se logre un rédito económico que permita recuperar parte de los costos del tratamiento de los desechos productivos.
El resultante de ese proceso de recuperación residual y tratamiento de desechos portuarios podría redundar no solo en biocarbón, biocombustible o en un producto fertilizante, también en el carbón activado que se utiliza en filtros de aire e incluso en máscaras faciales.
“El carbono del medio ambiente se atrapa en un biocarbón, y de esa manera se evita que haya tanto dióxido de carbono y metano en el ambiente, que es lo que está provocando el calentamiento global”, detalló la directora del proyecto.
