Viernes 03 de mayo | Mar del Plata
08/03/2023

Barrenderas que rompen estereotipos y disputan espacios 

8M | Mujeres Trabajadoras

Barrenderas que rompen estereotipos y disputan espacios 
(Fotos: Qué digital)
Julia Drangosch

Por: Julia Drangosch

Hay oficios y profesiones que han estado, históricamente, asociados a un género determinado. Maestras, enfermeras y cuidadoras, por un lado, y choferes, albañiles y científicos, por el otro, sin lugar a cuestionamientos. Sin embargo, con el correr de los años, mujeres y feminidades han disputado espacios y ganado lugares a fuerza de lucha, en muchos casos estudio, y en otros—en la mayoría— esfuerzo y resiliencia. 

De todas formas, aún es mucho lo que falta. Sin ir más lejos, según datos del Indec, las mujeres y feminidades continúan ocupando puestos laborales asociados al cuidado, las tareas domésticas, la enseñanza y la salud. Por el contrario, la industria manufacturera, la construcción y el transporte siguen siendo sectores masculinizados en donde el acceso de mujeres es prácticamente nulo o limitado por razones culturales. 

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Paola y Naiara son barrenderas, se desempeñan en el centro de la Mar del Plata y en el Día de la Mujer comparten sus experiencias con Qué digital . Desde hace nueve meses trabajan para la 9 de Julio, empresa encargada de la recolección de residuos e higiene urbana del Partido de General Pueyrredon a partir de un contrato millonario con el Municipio. Su tarea es la de mantener limpias las calles de la ciudad y, junto a un grupo de alrededor de 70 compañeras, conforman una cuadrilla que está integrada, además, por recolectoras de residuos y conductoras de camiones.

Las barrenderas locales trabajan de lunes a sábado de 13 a 19 y recorren el microcentro, la Peatonal San Martín, las calles Rivadavia y Belgrano, el paseo costero desde Punta Iglesias hasta el Torreón del Monje, las calles Güemes y Olavarría de Alberti a Peña y la zona de la Estación Ferroautomotora, por San Juan de 9 de Julio a Colón. Además, en la Reserva de Laguna de los Padres funciona otra cuadrilla, también integrada por mujeres que recogen residuos y conducen el camión de recolección de basura.

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Paola tiene 37 años y dos hijos y dice sentirse cómoda en este trabajo, al que llegó después de presentar un currículum en la empresa, a mediados del año pasado. Aunque asegura que los días de extremo calor son duros, destaca la importancia de que más mujeres se sumen al circuito formal de trabajo. 

En el caso de Naiara, de 26 años, ella también llegó a ser barrendera después de presentar un currículum en la empresa, tras enterarse que en la 9 de Julio estaban tomando mujeres. En su experiencia previa había trabajado en otros ámbitos, pero nunca en el de la higiene urbana, por lo que vio la oportunidad y la aprovechó. 

Para ambas, el trabajo diario “es muy lindo”, aunque también extenuante: tienen que enfrentar las condiciones climáticas adversas —frío, calor, lluvia o viento— y la falta de cuidado por parte de la sociedad en lo que hace a la higiene urbana. Pese a eso, reparan en la importancia de su trabajo para la comunidad, en general, y para las mujeres, en particular. 

“Es lindo resignificar el oficio, se nota mucho que la gente está agradecida porque a las mujeres nos están dando este lugar de trabajo, que siempre ocuparon los hombres, y que ahora nos estamos igualando todos en el ámbito laboral”, resalta Naiara respecto al rol de la mujer en un oficio que históricamente ha estado asociado a los hombres. 

Es que, en ese sentido, la irrupción del género femenino en trabajos u oficios atravesados por los sesgos de género ha representado un gran avance, en especial a partir del crecimiento del movimiento feminista y de la concientización respecto a derechos, oportunidades y conquistas.

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Sin embargo, todavía es mucho lo que falta. Es que, además de presentar una menor participación en el mercado de trabajo, las mujeres y feminidades son más propensas a atravesar situaciones de desocupación y subocupación. Sin ir más lejos, la tasa de desocupación de las mujeres es un 30% superior a la de los varones, según un informe del Indec presentado en 2022 en vísperas del 8M.

Por eso, para Paola y Naiara, el rol que cumplen resulta fundamental. No solo porque gracias a su trabajo pueden sostenerse a sí mismas y a sus familias, sino también por el aporte que hacen a la higiene urbana: aseguran que su presencia en el centro aporta a la toma de conciencia por parte de la comunidad, aunque en verano eso resulta más complejo por el paso de turistas.

Pero además, ambas son conscientes de que su trabajo sirve para visibilizar la presencia femenina en ámbitos de difícil acceso y para derribar estereotipos culturalmente enquistados. Estamos contentas, hay mucho amor por parte de la gente. Siempre nos dicen cosas lindas, nos agradecen e identifican el trabajo que hacemos”, dicen las trabajadoras, quienes también destacan el buen vínculo con sus compañeros varones. Al respecto, y si bien aclaran que no comparten demasiado tiempo ni espacio por la disposición de los turnos, sí aseguran que el ambiente laboral “es hermoso”. 

Aunque históricamente la acción de barrer ha estado asociada a la mujer y a las identidades feminizadas —en el marco del trabajo no pago en el interior de cada hogar y familia, una tarea que recae, mayoritariamente, en las mujeres— los roles que ocupan Paola y Naiara resignifican la presencia femenina en el mercado laboral a través de la remuneración por una tarea que, si bien siempre ha estado asociada —en el ámbito público— a los hombres, hoy es por fin una reivindicación y una conquista en la lucha por una sociedad más justa y equitativa. 

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08/03/2023