Crisis habitacional en el Centenario: “Las últimas lluvias aumentaron la preocupación”
Desde la Defensoría reiteraron sus reclamos tras el temporal. “Desbordes de cloacas, roturas de caños y terrenos que ceden aumentan los riesgos”, aseguran.
Luego del temporal que afectó a Mar del Plata y la zona esta semana, desde la Defensoría del Pueblo de General Pueyrredon volvieron a alertar por las consecuencias habitacionales en el barrio Centenario: a los problemas preexistentes ahora se sumaron desbordes de cloacas y roturas de caños, entre otras. Reclaman medidas “antes de que sea más tarde”.
Desde hace tiempo, los defensores del pueblo Daniel Barragán, Fernando Rizzi y Luis Salomón mantienen reuniones con vecinos del barrio Centenario, quienes reclaman al Estado en sus distintas facetas que atienda las demandas habitacionales del complejo construido hace 40 años y que, desde entonces es “una ciudad dentro de una ciudad”, mientras ningún gobierno lo asume como parte de su jurisdicción.
En ese marco, el deterioro de las instalaciones es palpable y entre los últimos episodios que ponen en riesgo a quienes habitan allí, se desprendieron tres escaleras que conectan los distintos niveles y se suma a otras deficiencias estructurales.
Las abundantes lluvias que cayeron entre el lunes y el martes, sin embargo, agravaron la situación: según la Defensoría, al igual que en otros barrios más alejados del ejido urbano, se produjeron desbordes de cloacas, roturas de caños y temen por el daño silencioso que pueda haber causado en la estructura las abundantes precipitaciones y las posibles filtraciones.
“Las deficiencias estructurales, edilicias, de redes de agua y cloacas, los problemas en las prestaciones de higiene urbana y la posibilidad de colapso de alguna de las estructuras de acceso y servicios nos alertan ante la posibilidad de nuevos hechos que pueden poner en riesgo vidas humanas. Las últimas lluvias aumentaron la preocupación, desbordes de cloacas, roturas de caños y terrenos que ceden aumentan los riesgos que se vienen denunciando desde largo tiempo”, remarcaron en un comunicado.
Así, volvieron a poner el foco en lo que definen como la “situación de silencio de las autoridades municipales” a quienes reclaman que el Centenario es “una ciudad dentro de la ciudad que está en y es Mar del Plata“, referenciaron en torno a los 22 mil habitantes y 1.600 viviendas que -calculan- contemplan el lugar.
Como primera medida a atender, desde la Defensoría hicieron foco en la situación de las 255 escaleras comunes, para muchas de las cuales advierten por su riesgo de caída. Para hacerlo, insistieron en que se avance en Compensaciones Urbanísticas sobre megaemprendimientos y excepciones que entrega el gobierno a empresas privadas, y que dichas compensaciones se utilicen para financiar cuestiones habitacionales como lo que sucede en el Centenario: por ejemplo, a partir de un aporte de un 10% de los excesos en construcciones avalados por autoridades gubernamentales.
“Hoy se encuentran en el Concejo Deliberante emprendimientos constructivos que sobrepasan lo establecido para construir en 17469 metros cuadrados. La compensación debiera superar los seiscientos millones de pesos, dinero con lo cual se podrían arreglar todas las escaleras del Barrio Centenario”, plantearon.
El complejo habitacional Centenario de Mar del Plata fue construido en terrenos del viejo Matadero Municipal con financiamiento del Fondo Nacional de Vivienda (Fonavi) -aunque también con recursos provinciales del Fondo Provincial de la Vivienda (Foprovi) y municipales- entre 1978 y 1982. Originalmente, el sector contaba con 1.600 viviendas pero desde entonces pasaron a habitarlo miles de personas a pesar de no contar con el final de obra.
A lo largo de los años, esa creciente densidad poblacional llevó a que el Estado de alguna manera se involucrara más allá de las condiciones habitacionales sin atender y construyera establecimientos educativos, un polideportivo y un centro de salud en las inmediaciones.
Sin embargo, a las particularidades del complejo que incluyen, por ejemplo, un funcionamiento a base de administraciones y consorcios (a pesar de ser viviendas sociales), la falta del reclamado “final de obra” o las ocupaciones de viviendas, se suman las responsabilidades compartidas entre los distintos niveles del Estado y las dificultades en el mantenimiento de las instalaciones por parte de las administraciones vecinales. Mientras tanto, las problemáticas habitacionales más importantes del lugar siguen sin tener una solución de fondo.
