En enero, los precios de alimentos subieron 3,5 veces desde el campo a las góndolas
Así se desprende de un relevamiento de la CAME que se realizó en Mar del Plata y en distintos puntos del país.
Las complejidades de la cadena de comercialización de los alimentos agropecuarios y la brecha entre lo que le pagan a los productores y lo que abonan los consumidores en la góndolas no son nuevas pero ahora un relevamiento de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) indicó que esa diferencia aumentó levemente en enero: los precios aumentaron 3,5 veces entre la primera y la última instancia. La brecha en diciembre había sido levemente menor: de 3,4 veces.
En medio de un fuerte proceso inflacionario, la CAME realiza su Índice de Precios en Origen y Destino (IPOD), un indicador destinado a medir las distorsiones de los precios agropecuarios desde su salida del campo hasta su llegada a los mercados a partir de una serie de factores internos y también externos como la especulación, estacionalidad, sequías o temporales, costos de almacenamiento o transporte desde sus zonas de producción y variaciones de oferta y demanda.
La medición, explicaron, se realiza a partir del relevamiento de más de 700 precios de cada producto, a través del monitoreo web de los principales hipermercados del país y también con el trabajo de 30 encuestadores en Mar del Plata, Gran Buenos Aires y una importante cantidad de provincias. Según ese índice, el precio que cobró el productor explicó -en promedio- el 28,2% del precio de venta final de los productos y entre uno y otro extremo hubo diferencias promedio de 3,5 veces más.
El caso en el que hubo un menor aumento camino a la góndola fue en las frutillas, donde la participación del productor fue del 51,6%. En este caso, indicaron que al productor se le paga 595 pesos la frutilla en tanto que al consumidor pasó a cobrársele 1.150 pesos. Al respecto, explicaron que los precios en enero aumentaron un 42,4% al productor y solo un 12,5% de variación hubo al precio al consumidor.
“Dado que es una fruta que todos necesitan tener en góndola, el verdulero y/o el hipermercado resigna rentabilidad, achicándose así la diferencia entre el precio que recibió el productor y el que pagó el consumidor”, analizaron desde la cámara comercial.
Por su parte, lo que más aumentó desde su salida del campo fue la manzana roja, con solo 9,9% de participación del productor en el precio y un aumento de 10,1 veces camino a la góndola: $68 y $685 fueron los valores promedio en campo y góndola, respectivamente. Otros productos que también presentaron brechas importantes entre ambos extremos fueron la zanahoria (10 veces), zapallito (9,1), la pera (7)y la mandarina (6,4).
En detalle y a diferencia de lo que sucedió con las frutillas, explicaron que la manzana roja sufrió un aumento mensual del 23% en los precios de origen y del 40% e la góndola. “Los precios de la pera, por su parte, se incrementaron 23,1% en origen y 9% en destino. Cabe mencionar que ambos productos de estación fueron experimentado un reacomodamiento en los precios al productor”, explicaron.
Puntualmente en lo que respecta a los 19 productos frutihortícolas relevados, desde la CAME indicaron que sufrieron incrementos por encima del promedio: el consumidor pagó en promeio 4,9 veces más lo que abonó en el campo el primer intermediario de la cadena de comercialización.
Por su parte, entre los cinco productos y subproductos del rubro ganadería -es decir, de origen animal como leche, huevos o pollo- relevados por la CAME señalaron que el consumidor pagó, en promedio, tres veces más lo que recibió el productor.
A pesar de los importantes incrementos relevados, desde la cámara empresarial hicieron énfasis en aquellos casos en los que no hubo un aumento similar en los dos extremos de la cadena y los valores “atrasados” de las góndolas: afirmaron que por la pérdida de poder adquisitivo de consumidores se limitó el traslado de aumentos.
Además, sumaron entre los factores el aumento de los costos logísticos que se produjeron a lo largo del 2022 en torno a los combustibles y los neumáticos, con subas que incluso superaron la inflación promedio del año que cerró en 94,8% de variación anual.
