Ataques neonazis: “Concientizar para seguir concientizando”
En la Facultad de Derecho se realizó una charla titulada “Análisis histórico, sociológico y jurídico de acciones neonazis en Mar del Plata”. Uno de los puntos en común fue que la sociedad actuó lenta.
Si bien la Justicia Federal lleva una investigación por la sucesión de ataques neonazis en la ciudad, una causa en la que hay ocho procesados -seis de ellos detenidos-, creer que estos brotes de odio y violencia son solo responsabilidad de las autoridades y no son un emergente de esta sociedad moderna sería un error.
Conscientes de esta realidad, desde el Instituto de Estudios Judiciales del Poder Judicial de la Provincia de Buenos Aires, organizaron una charla en la Facultad de Derecho titulada “Análisis histórico, sociológico y jurídico de acciones neonazis en Mar del Plata”, que, según sus organizadores, busca “concientizar para seguir concientizando a los demás”.
De la charla participaron el doctor en Historia Juan Ladeuix, el doctor en Derecho Andrés Falcone y el doctor en Derecho y Magister en Ciencias Políticas Leonardo Pérez Hegi y fue cordinada por el juez de garantías Juan Tapia y la decana de la Universidad de Derecho Maria del Carmen Ortega.
El juez Tapia consideró que la sociedad, incluida la Universidad, tuvo una “reacción lenta” ante los ataques de odio de los nazis y dijo que “esa reacción leve incrementó la conducta de estos grupos y profundizó la violencia”.
En su breve exposición, Tapia reconoció la labor de la Asamblea por una sociedad sin fascismo, que fue el motor de las denuncias en los medios y en los distintos estamentos de la justicia.
EL ODIO COMO PRODUCTO CAPITALISTA
“Los grandes horrores de la humanidad empezaron siendo pequeñas faltas de consideración”, dijo al comenzar su exposición el doctor en Derecho y Magister en Ciencias Políticas Leonardo Pérez Hegi.
Pérez Hegi hizo hincapié en que “el nazismo fue el emergente de factores que por sí mismo eran corrientes y vulgares. Como corrientes y vulgares son los factores que posibilitan brotes neonazis en argentina, una país con una matriz política totalitaria”.
Desde su mirada de la sociedad, que admitió “por honestidad” como marxista, explicó que “este tipo de crímenes, de pequeñas inmensas faltas de respeto no son un padecimiento de la sociedad, no son un padecimiento de un tipo de producción, sino que es el modo de producción la que genera este tipo de faltas de respetos”, expresó el doctor en Derecho y Magister en Ciencias Políticas.
“Son crimines de odio, pero es el emergente de muchísimos años y décadas donde no hubo política de distribución, donde no hubo acceso a bienes económicos, sociales y culturales y donde hubo un empobrecimiento de un vasto sector de nuestra población. Además, todos los grupos neonazis en el mundo han tenido algún tipo de complicidad de la sociedad estadual que invisibiliza o minimiza, como el caso de un intendente que dice que se tratan de delitos comunes”, expresó Pérez Hegi, en referencia a declaraciones de Carlos Arroyo cuando se le preguntó por el tema.
“No podemos soportar crímenes de odio”, dijo Pérez Hegi y agregó: “No nos hagamos los tontos, no miremos para el costado. Esto no fue un acontecimiento singular. No es una manifestación terrible, pero es de un barbarismo persistente. Es un fenómeno estrictamente relacionado con las carecterísticas de la modernidad, que se gestó en la sociedad moderna y racional y es un problema de esta sociedad y de esta cultura”.
Finalmente y aclarando nuevamente su visión marxista de la sociedad, Peréz Hegi dijo: “No se trata en pensar en renovar la lógica del capitalismo, pero hay que reflexionar en las consecuencias que trae un capitalismo galopante y una de sus consecuencias es esta”.
El doctor en Derecho y Magister en Ciencias Políticas Leonardo Pérez Hegi (Foto QUÉ Digital).
INTOLERANCIA CONTRA EL CONOCIMIENTO
Pérez Hegi contó que para dar su exposición quiso leer Mi Lucha, el libro que Adolf Hitler escribió en la cárcel y es considerado la génesis del nazismo. El abogado recorrió las librerías de la ciudad, pero en ninguna lo vendían.
“Me dijeron que no lo vendían por políticas editoriales, que de alguna manera lo justifican en la ley que prohíbe la propagación de simbología nazi. El tema es cuál es la entidad que le damos al término símbolo. Entiendo que si no me permiten leer el nazismo, no me permiten generar anticuerpos”, consideró Pérez Hegi.
“Hasta qué punto nos inspiramos realmente en una ética del diálogo, democrática, que nos permita intercambiar puntos de vista y construir qué es lo correcto moral y ético. Hay veces que por protegernos del totalitarismo nos volvemos muy totalitarios y nos olvidamos del santo oficio de la tolerancia”, finalizó Pérez Hegi.
FOMENTAR UNA ARTICULACIÓN POLÍTICA
En un repaso histórico sobre el nazismo, el doctor en Historia Juan Ladeuix explicó que “Mar del Plata, a lo largo de su historia política, ha tenido una activa presencia de la ultra derecha autoritaria. En la década del 40 fue la Alianza Libertadora Nacionalista; en los 70 CNU con su legado de asesinatos y muerte; en los 90 el Comando Nacionalista Atlántico y hoy las tropas de Pampillón”.
Ladeuix también destacó la acción de la Asamblea por una sociedad sin fascismo, quienes no optaron por responder a los ataques de violencia de nazis con más violencia, como, según Ladeuix, se vio en muchos lugares del mundo en el que antifascistas intentaron –sin éxito- resolver el problema de la violencia con más violencia.
“La Asamblea por una sociedad sin fascismo adoptó respuestas que ponían claramente el problema en la arena política institucional. La opción de una respuesta violenta se hubiera redundado en un escenario en el que, un enfrentamiento trágico, habría generado una indiferencia creciente en la opinión pública”, refirió Ladeuix.
El doctor en Historia consideró que “el éxito alcanzado no debería dejar de fomentar una articulación política en torno al problema” y también hizo mea culpa al expresar que “si bien la Asamblea actuó rápido, la Universidad no”.
Finalmente, la conclusión de Ladeuix fue que “si la historia sirve de algo, es para vislumbrar que la respuesta judicial más o menos efectiva no nos privará de que persistan estos grupos. Es necesaria una activa participación cívica y una enérgica presión, no ya sobre los grupos de choque, sino sobre los sectores que cínicamente, mientras se presentan con bombos y platillos como defensores de la república y la democracia, no tienen ningún problema en recurrir a este de organizaciones”.
