Viernes 03 de mayo | Mar del Plata
22/12/2019

Positivo: denuncias por presiones, precarización laboral y falsas promesas

Una extrabajadora relató su experiencia en uno de los locales de ropa y artículos de bebé. Asegura que los dueños no cumplen con las condiciones de contratación. 

Positivo: denuncias por presiones, precarización laboral y falsas promesas
(Foto: archivo / Qué digital)

Tras las denuncias que se sucedieron años atrás respecto a las irregularidades laborales y salariales en los locales de Mar del Plata de la marca de indumentaria y artículos para bebés “Positivo”, en los últimos días algunas trabajadoras temporarias volvieron a exponer sus experiencias, con condiciones similares a lo ocurrido tiempo atrás. Presión constante, precarización laboral y falsas promesas, entre lo denunciado por una de las extrabajadoras.

Luego de que en 2016 algunas de las trabajadoras denunciaran la situación -en paralelo a la investigación encabezada por la Justicia y con intervención de AFIP por asociación ilícita tributaria y evasión previsional– en las últimas semanas algunas mujeres -contratadas a modo de “prueba” y despedidas a las semanas- volvieron a relatar experiencias similares, enmarcadas en un contexto de precarización e incumplimientos.

Tal es el caso de Maribel, una joven madre de dos hijos, contratada luego de haber dejado su currículum en el local de “Positivo” ubicado en San Martín y Santa Fe. “Al día siguiente me llamaron para una prueba de trabajo de 4 horas”, explicó la joven.

De acuerdo a su relato, el primer día, cuando finalizó su horario, le preguntaron si quería quedarse unas horas más. “Acepté ya que necesitaba el trabajo, y la paga era de $100 la hora. Me dijeron que, finalizado el período de prueba de tres meses, se ponían en blanco cuatro horas de las nueve trabajadas, y se pagaba una comisión del 1.5% del porcentaje de ventas. No me pareció correcto, pero acepté porque podía tener obra social”, detalló la mujer.

Al contratarla, según expresó, le especificaron que tenía que ser “puntual” para quedar contratada y que durante el horario laboral no se podía usar el teléfono celular, condiciones que Maribel aceptó aunque “ni se podía mirar en la media hora que te daban para comer”, según graficó y a su vez agregó: “Te presionan para que vendas. Porque incluso a sabiendas de que el primer mes no se comisiona, te hacen creer que la dueña vé tus ventas y eso es lo que hace que ella decida si seguís o no”.

A los cuatro días de estar trabajando a modo de prueba, y al haber cumplido su turno de nueve horas de corrido, le pidieron a la joven si no podía quedarse “un ratito más por el volumen de gente”: “Ese ratito fueron casi 2 horas, y en total la jornada laboral fue de 11 horas con un calzado bastante incómodo”, describió y añadió que al día siguiente la situación se repitió.

“Agotada y con los pies súper lastimados, le dije a mi encargada que sólo me quedaba media hora más. Me prometió que así sería así que salí 40 minutos después de mi hora”, relató.

Hasta ese momento, Maribel todavía no sabía si iba a quedar como empleada fija o qué día le correspondería su franco. “Nadie respondía mis preguntas respecto a la continuidad”, expuso la mujer a través de sus redes sociales, indignada por lo ocurrido. En paralelo, notó que sus compañeras de trabajo, excepto las encargadas, tenían una continuidad de 15 a 20 días como máximo y presenció el reclamo de otras jóvenes, que se acercaban a cobrar una vez que habían sido despedidas.

“Muy pocas tenían un tiempo razonable trabajando allí. Le pregunté a una de las de más experiencia por qué era así y me dijo: ‘Ya lo vas a ver’”, denunció públicamente. Y así fue como el sábado de esa semana, la joven se negó a quedarse más tiempo del horario que le correspondía y finalmente, al día siguiente de lo sucedido, decidieron despedirla.

“Sabiendo que no soy empleada fija y que no continuaría trabajando en el lugar, lo que para mí corresponde sería que me paguen en el momento o a los días, no al mes como sucedió”, explicó Maribel, quien aseguró que solo le terminaron pagando por los días trabajados luego de “varios llamados a las encargadas”. Además, relató también que al momento de ir a cobrar, se encontró con que había otras tres mujeres que atravesaban la misma situación.

Ante la decepción y frustración por perder una posibilidad de trabajo estable, Maribel se sentó en su casa y comenzó a buscar en Internet donde encontró algunas notas en televisión y en el medio Qué digital respecto a lo que ella había vivido y a la situación de los dueños de “Positivo”, en el marco de la causa por evasión fiscal.

“Pido difusión, no solo para que las chicas no sigan presentándose para trabajar allí en pésimas condiciones, sino también para que la gente elija otros lugares donde comprar la ropa de sus hijos”, resaltó la mujer en diálogo con Qué digital.

Por último, Maribel confió que tras asesorarse con un abogado, quien no se sorprendió por lo relatado, decidió hacer público su caso, al enterarse de que lo que a ella le sucedió se suma a una larga lista de mujeres, que en muchos casos deciden no hacer públicas sus denuncias: “Ellos toman chicas así, una semana o 15 días, para que después no tengan líos legales”.

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22/12/2019