Viernes 03 de mayo | Mar del Plata
04/06/2023

San Antonino, causa archivada: “Si queda así, detrás de esto hay más barcos y familias”

Familiares de las víctimas del hundimiento cuestionaron la decisión judicial de archivar la causa y advierten por el antecedente que sentaría para el resto de las investigaciones.

San Antonino, causa archivada: “Si queda así, detrás de esto hay más barcos y familias”
(Foto: archivo / Qué digital)

Esta semana se conoció la decisión del juez Santiago Inchausti de archivar la causa por el hundimiento del San Antonino, además de sobreseer a los armadores por la presencia de un tripulante sin libreta de embarque entre los fallecidos. Familiares de una de las víctimas reconocen que de, alguna manera, esperaban una decisión judicial así pero hacen énfasis en la necesidad de apelar el fallo ante el antecedente que podría dejar para el resto de las causas y para la lucha por cambios definitivos en las condiciones laborales del puerto de Mar del Plata: “Si queda así, detrás de esto hay más barcos y familias“.

El San Antonino, una embarcación de pesca costera, una de las denominadas lanchas amarillas, se hundió el 1° de septiembre de 2016 por la madrugada a unas diez millas náuticas de Mar del Plata, con seis personas a bordo: Sergio Juárez, Carlos Campos y Gonzalo Godoy (sus cuerpos fueron encontrados por el buque Madonna Di Giardini) mientras que Claudio Zerboni -capitán-, Pablo Pardo y Alejandro Ricardenez siguen desaparecidos.

La causa penal iniciada por el siniestro era investigada por el fiscal federal Nicolás Czizik -por entonces a cargo de la Fiscalía Federal N°2- y el juez Santiago Inchausti, del Juzgado Federal N°3 de Mar del Plata. Esta semana, bajo el argumento de “la imposibilidad de producir nueva prueba” y deslizando la posibilidad de que se haya producido por “una avería mecánica o una falla humana”, el magistrado archivó la investigación del hundimiento, y además descartó la responsabilidad empresarial -de Antonio Solimeno, Alfredo Solimeno, José Antonio Di Iorio y Hugo Simonazzi- en la causa caratulada como “abandono de persona seguido de muerte” por la presencia de Godoy entre la tripulación, tripulante que no estaba registrado debidamente al momento de zarpar.

Antes de que la lucha de familiares de víctimas de hundimientos alcanzara mayores niveles de organización con los casos que se sucedieron, Verónica Ricardenez, la hermana de Alejandro Rusito Ricardenez, fue la cara visible de la búsqueda de respuestas judiciales a lo que le había pasado a su hermano y a sus cinco compañeros de tripulación. Hoy, a casi siete años del hundimiento, es quien analiza los pasos a seguir para que la causa no quede así. 

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Alejandro Ricardenez, una de las víctimas (Foto: archivo / Qué digital)

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“En lo personal era como que sabía que iba a pasar esto. No movieron nada. Todo lo que está en la sentencia es más o menos lo mismo que pasó el primer año. Las pericias, los testigos que era obvio que no iban a querer perder el trabajo y otros que se han acomodado. Era sabido. Pero un poco de bronca me dio porque todavía un poco creía en la Justicia“, lamentó Ricardenez en diálogo con Qué digital.

Por el momento, tras conocer la resolución judicial, Verónica analiza apelar: “Desde lo personal lo estoy analizando porque no puede quedar así. Si queda así, detrás de esto hay más barcos y familias. Hay más situaciones parecidas y sería como dejar todo en la nada, darle la razón a ellos, a la Justicia para que se sigan haciendo todo a la conveniencia de ellos”, cuestionó.

Además, enfatizó en que es importante encontrar las responsabilidades del hundimiento por todas sus particularidades: “No fue en medio de una tormenta. Porque cuando salieron, ya salieron haciendo agua. Pasando el Faro no les dio tiempo a nada. Ya salieron con la bomba de achique rota. Y eso lo ocultaron todo. La sentencia dice que fue a la altura de Miramar pero fue pasando el Faro, ocho millas hacia adentro. Se contradijeron en muchísimas cosas. Siempre desde el primer momento que yo luché para que se hagan las pericias a las partes más importantes, a las pruebas más importantes, las dejaron de lado“, denunció.

En cuanto a ese último punto, Verónica fue quien más insistió para que sean sometidos a peritajes todos los restos encontrados del barco para que se compruebe el estado general en el que salió la embarcación del Puerto, más allá de la irregularidad de la inclusión de un trabajador sin libreta de embarque.

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“Si se hubiesen hecho las pericias que se tendrían que haber hecho, esto estaba esclarecido a los meses. Esperaron seis años para esto. Y lo van a seguir haciendo, con otro barco. Y si uno no hace nada, esto va a quedar así siempre. En la resolución dicen que cierran todo porque el barco está hundido y no pueden hacer más pericias. Es mentira, porque la parte de madera del barco que medía como unos 10 metros, que fue la misma con la que la Armada se sacó fotos como un trofeo, donde decía “San Antonino”, esa parte si la hubiesen peritado hubiera salido a la luz muchas cosas, porque el barco estaba viejo, no podía navegar”, advirtió.

Sin embargo, tal como afirman una y otra vez familiares de otros hundimientos posteriores como el Repunte (sucedido diez meses después) y del Rigel (ocurrido en junio de 2018) -quienes además fueron los únicos que ofrecieron algún tipo de contención a ella y su familia- estos casos funcionan como “el negocio perfecto“: “Si el barco no les servía más, qué mejor que se hunda para cobrar el seguro del barco, y vender el permiso de pesca que sale más que un barco. Es un negocio redondo. No les importa si mueren o no mueren, y menos en el contexto que estamos viviendo ahora, que está lleno de avaricia, de personas que se preocupa por uno mismo y no tiene empatía por nada ni nadie. Está todo podrido, y más la Justicia“, cerró.

PARA QUE OTROS ENCUENTREN RESPUESTAS

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Verónica durante un acto del 1° de septiembre de 2018. (Foto: Qué digital)

Verónica le pidió años atrás personalmente al fiscal Czizik que se realizaran peritajes a todos los restos del barco encontrados, para que de esa manera se corrobore el estado de la embarcación, más allá de las causas técnicas del hundimiento, “una entrada de agua irreparable”, según el juez Inchausti. Su respuesta por entonces, según afirma, fue que las familias que querían esas pericias debían costearlas por sí mismas. Entonces, como a otros familiares, el hundimiento le cambió la vida y particularmente esa respuesta la marcó al punto tal que, así como Gabriela Sánchez (hermana del capitán del Repunte) cambió su tesis doctoral, Verónica comenzó a estudiar la carrera de perito criminalista para que otros sí encuentren respuestas.

“Surge a raíz de ese cruce que tuve con el fiscal, que me dijo que si quería que se le hagan las pericias a esas partes, que pague yo el perito, que ellos no iban a hacer nada. Me lo dijo muy fríamente como diciéndome que esas partes ni las iban a tocar”, recordó Verónica.

“Yo con el tiempo y viendo todo esto, la inseguridad y todo, tomé la decisión de empezar a estudiar perito criminalista. También es un poco para que el día de mañana pueda ayudar a personas que necesiten esclarecer hechos y no tengan barreras económicas para hacer peritajes o esclarecer las cosas. Porque habiéndolo vivido en carne propia, uno sabe y se puede poner en el lugar de otra persona. Yo lo pasé, yo lo viví y puedo ayudar. Sobre todo en un hundimiento, que se vive de otra forma, porque nunca te pudiste despedir de esa persona, y al menos tener ese esclarecimiento también puede ayudar a sobrellevarlo“, concluyó.

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