Lunes 29 de abril | Mar del Plata
29/05/2020

Vuelos de repatriación: llegar a Argentina y la incertidumbre hasta volver a casa

Un marplatense compartió su experiencia y cómo fue volver de Pipa, Brasil, a Mar del Plata en un viaje que demoró unas angustiantes 56 horas.

Vuelos de repatriación: llegar a Argentina y la incertidumbre hasta volver a casa
(Foto: prensa MGP)

A principios de mayo comenzó una nueva etapa de vuelos de repatriación de argentinos y argentinas que al momento en que se declaró la cuarentena obligatoria y el cierre de las fronteras por el coronavirus quedaron varados en distintos países. Y entre ellos estaba Nicolás Cepeda, un marplatense que estaba en Pipa, Río Grande del Norte, en Brasil y que pudo gestionar un pasaje para regresar con Aerolíneas Argentinas. En total, tardó unas 56 horas desde que partió hasta abrir la puerta de su casa para cumplir con el aislamiento obligatorio. Y la mayor incertidumbre la vivió desde que pisó el aeropuerto de Ezeiza.

Con el objetivo de que los miles de ciudadanos argentinos que siguen varados en el exterior puedan regresar a sus hogares, Aerolíneas Argentinas y Latam Airlines llevan adelante una nueva etapa de vuelos de repatriación. Estos viajes son coordinados con Cancillería Argentina, que define los listados de pasajeros según las prioridades establecidas por los protocolos sanitarios. Nicolás Cepeda -tras tomar uno de esos vuelos- arribó a Mar del Plata el sábado pasado mientras el presidente Alberto Fernández anunciaba en conferencia de prensa la extensión de la cuarentena obligatoria.

“El regreso fue largo, de Pipa hasta que llegué demoré 56 horas. Lo peor es la incertidumbre y la angustia”, resumió en dialogo con Qué digital al compartir su experiencia.

El caso de este marplatense se suma al de muchas personas que están volviendo de diferentes destinos como España o México. “A lo largo de Brasil fue todo bastante ameno, ponían reglas y las teníamos que cumplir, pero de todos modos la gente nos trató muy bien. Nos tomaron la temperatura muchas veces y la presión. El test de covid-19 no me lo hicieron pero estaban atentos a la temperatura y otras cosas que pueden demostrar algún síntoma”, graficó.

El marplatense destacó que el avión de Aerolíneas Argentinas era muy amplio y confortable. “El personal nos atendió de una forma informal y cálida. Nos hicieron sentir en casa y se cumplía el protocolo. No nos dieron comida, solo bebida”, compartió. Cabe recordar que los vuelos son pagos y tienen un costo de unos 20 mil pesos.

En este caso particular, una vez que arribaron al aeropuerto de Ezeiza, les informaron que les iban a tomar la temperatura y realizar un chequeo. “Cuando bajo del avión escucho de forma muy maleducada y altanera a una mujer policía que me dice ‘sácate la gorra y camina derecho’ como si hubiese entrado a la colimba. Me sorprendió porque en el viaje nos trataron muy bien, me saqué la capucha porque recién estaba llegando”, expuso.

El control continuó en una pasarela con un sistema de cámaras infrarrojas. “Según explicó el azafato si sonaba la chicharra estabas hasta las manos. Por suerte pasamos y no le sonó a nadie de todo el avión. Pero cuando estaba caminando por la pasarela escucho que me gritan de forma muy mala ‘caminá más despacio’”.

Luego de este paso necesario para esperar los micros dispuestos para que cada pasajero y pasajera vuelva a su ciudad, en el área de Migraciones les comunicaron que se tenían que bajar la aplicación Cuidar mediante la que se les haría un seguimiento de su estado de salud. “Llegué al aeropuerto a las 20 y eran las 2 de la madrugada cuando nos acercaron una caja con dos sanguches de jamón y queso, dos alfajores y un agua”, recordó y sumó que a la media hora llegó el micro que lo traería a Mar del Plata.

UN REGRESO CARGADO DE INCERTIDUMBRE

Una vez en la ruta, el colectivo fue demorado por la Policía.“Salimos de Ezeiza y a los 10 kilómetros nos detiene un patrullero. Después de una hora esperando, uno de los chicos se levantó para preguntarle al chofer qué había pasado y le respondió que el país estaba en una situación difícil y que nosotros no estábamos siendo muy bienvenidos y que estábamos trayendo la peste. Al principio fue chocante pero él que está trayendo gente a distintos puntos del país vive la misma marginación”, compartió.

En el marco de pandemia, muchas rutas están bajo un estricto control y la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT) se dedica a confeccionar las autorizaciones para poder circular. Así que la necesidad de la tan ansiada vuelta a casa y las demoras comenzaron a aumentar la angustia e incertidumbre de las y los pasajeros. “No nos daban respuestas, estuvimos parados desde las 5 de la mañana hasta las 11. El chofer nos compartió que la semana anterior demoró una semana en llegar a Jujuy porque los permisos no estaban autorizados”, afirmó.

“Una cosa es que te digan vas a tardar 20 horas en llegar a Mar del Plata y otra es ‘no sabemos’”, resaltó el marplatense. Luego de seis horas de espera a la vera de la ruta y con malos tratos por parte de la policía, según explicó, finalmente les permitieron seguir camino.

En la entrada a Mar del Plata, más precisamente en la zona El Sosiego, el retén instalado de manera fija allí los volvió a parar pero esta vez subió una mujer que les dio la bienvenida y les informó que iban a ser derivados al Hotel 13 de Julio, como ocurre con cada uno de los repatriados que llegan a la ciudad. Así, fueron escoltados por una camioneta de la Policía y cuando llegaron al hotel cada pasajero fue controlado.

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“Cuando llegamos nos recibe personal de sanidad y prevención y nos informan que nos iban a tomar la temperatura y no preguntaban si teníamos síntomas. Mi temperatura fue 36º6 y la del resto más o menos igual, no hubo infectados en el colectivo. Nos tomaron los datos, nos preguntaron si teníamos lugar donde hacer la cuarentena, y A los que sí tenían los separaban a un costado y a los que no, los derivaban a una habitación del hotel”, graficó.

Como NicolÁs Cepeda vive solo, fue autorizado para volver a su casa en caso de que alguien pudiera ir a buscarlo. “Mi familia, con mi cuñado, fueron hasta la puerta del hotel, mi cuñado dejó la moto, yo me subí y me fui hasta mi casa. Desde ese momento no volví a salir, eso fue el sábado 23 a las 19”, señaló en el marco del cumplimiento del aislamiento obligatorio. Además, el pasajero remarcó que el micro con el cual llegó a la ciudad no terminó su viaje en Mar del Plata, sino que siguió por Bahía Blanca y hasta Neuquén. “Los pasajeros llegaron 22 horas después que nosotros”, compartió.

A modo de balance de esta experiencia, consideró: “La policía nos trató de una forma muy mala, entiendo que estamos en una situación de estrés pero no dejamos de ser argentinos y nos trataron como enemigos”. Y, a su vez, señaló que el trabajo del personal de salud “estuvo perfecto” al tiempo que destacó el trato cordial del personal de la CNRT aunque reparó en la falta de organización en cuanto al transporte.

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29/05/2020