Pidieron prisión perpetua para el represor Julio César Garachico
El ex policía cumple prisión domiciliaria en Mar del Plata y el juicio se lleva a cabo en La Plata por crímenes cometidos en 1976. También pidieron perpetua para Etchecolatz.
A ocho meses de iniciado el juicio en La Plata, la fiscalía pidió la pena de prisión perpetua para el represor Julio César Garachico, ex jefe de calle de la Policía de esa ciudad que cumple actualmente prisión domiciliaria en Mar del Plata. La misma pena fue requerida para Miguel Etchecolatz. El debate contempla siete casos de secuestros y tormentos y tres homicidios cometidos durante la última dictadura cívico militar contra un grupo de militantes, entre ellos Jorge Julio López, quien involucró a los acusados en su declaración antes de su segunda desaparición de 2006.
El juicio se inició en agosto del año pasado con Garachico, de 80 años, siguiendo el proceso vía teleconferencia desde su casa del barrio Juramento, en Mar del Plata, en tanto que el otro acusado, Etchecolatz, permanece alojado -pese a sus constantes pedidos por acceder a la prisión domiciliaria en Mar del Plata- en el Penal de Campo de Mayo donde cumple sus múltiples condenas a prisión perpetua.
Garachico, quien fue jefe de calle de la Policía de La Plata durante la última dictadura, ya fue condenado a prisión perpetua en 2014 por delitos de lesa humanidad cometidos en el centro clandestino de detención “La Cacha” que funcionó en Olmos, y cumple de prisión domiciliaria en Mar del Plata desde noviembre de 2017.
En 2006, Garachico, que por ese entonces vivía en libertad en Puerto Madryn, fue señalado por Jorge Julio López como uno de sus torturadores en el centro clandestino de detención de Arana. A partir de allí, el represor se fue de la ciudad y se mantuvo prófugo hasta 2012, cuando fue detenido en Mar del Plata. En este juicio se lo acusa por delitos cometidos contra un grupo de seis militantes de la unidad básica “Juan Pablo Maestre” del barrio de Los Hornos, entre ellos Jorge Julio López, y el estudiante secundario Francisco López Muntaner.
Tras el cierre de la etapa de producción de prueba y luego de los alegatos de las querellas, hace dos semanas se inició el alegato del Ministerio Público Fiscal, que se retomó este lunes. Así, ante los jueces Andrés Basso, José Michilini y Alejandro Esmoris, del Tribunal Oral Federal N°1 de La Plata, el fiscal Gonzalo Miranda y el auxiliar fiscal Juan Martín Nogueira pidieron prisión perpetua tanto para Garachico como para Etchecolatz.
Además del caso de López -quien permanece desaparecido desde septiembre 2006, tras prestar declaración en el juicio a Etchecolatz-, en este debate se abordan los hechos que tuvieron como víctimas a Patricia Dell’Orto, Ambrosio de Marco, Norberto Rodas, Alejandro Sánchez, Francisco López Muntaner y Guillermo Cano, que estuvieron secuestrados en centros clandestinos de detención que funcionaron en Arana, una zona suburbana de La Plata. Los únicos integrantes de ese grupo que sobrevivieron a ese horror fueron Jorge Julio López y Cano.
Entre las principales pruebas del proceso estuvieron los cuatro testimonios que prestó López entre 1999 y 2006, en los cuales describió los homicidios de Rodas, Dell’Orto y De Marco al haberlos presenciado a través de la mirilla de su celda. También señaló a Garachico como jefe del “grupo de los picaneadores” y marcó la presencia de Etchecolatz en los centros clandestinos de Arana, donde iba todos los días después de las 16.
Según informó el sitio fiscales.gob.ar, la fiscalía acusó a Etchecolatz como coautor mediato, a través de la utilización de un aparato organizado de poder, del homicidio calificado por alevosía por haberse cometido con el concurso premeditado de dos o más personas en dos oportunidades en perjuicio de Rodas y Sánchez, y por la privación ilegal de la libertad cometida por un funcionario público en abuso de sus funciones, agravada por haberse cometido con violencias o amenazas reiterado en dos oportunidades, y aplicación de tormentos por parte de un funcionario público a los presos que guarde, agravada por ser la víctima un perseguido político, respecto de las mismas personas. La acusación a Etchecolatz se centró sobre los crímenes contra esas dos víctimas, dado que fue juzgado en procesos anteriores por el resto de los casos.
Por su parte, la acusación contra Garachico fue por considerarlo coautor por dominio funcional, a través de un aparato organizado de poder, de los delitos de homicidio calificado por haberse cometido con alevosía y con el concurso premeditado de dos o más personas en perjuicio de Dell’Orto, De Marco y Rodas; y, respecto de las siete víctimas por privación ilegal de la libertad cometida por un funcionario público en abuso de sus funciones, agravada por haberse cometido con violencia o amenazas, y aplicación de tormentos por parte de un funcionario público a los presos que guarde, agravada por ser la víctima un perseguido político.
Durante el extenso alegato, los fiscales acusaron a Garachico de haber integrado, desde su cargo de jefe de calle policial, “un grupo de tareas o patota” para llevar adelante “la represión ilegal participando de operativos, recibiendo felicitaciones por los mismos, integrando grupos de tareas que prestaron servicios relacionados con prácticas vinculadas con la represión ilegal y, en particular, con los hechos por los cuales se lo acusó en este juicio”.
La fiscalía reparó en que Garachico fue condenado en un juicio previo a prisión perpetua por el homicidio de Marcelo Bettini y Luis Bearzi, y que Bettini había sido detenido por Garachico tiempo antes junto a la pareja Dell’Orto-De Marco, por cuyos homicidios ahora fue solicitada su condena. También puntualizó que Jorge Julio López individualizó en sus testimonios a Garachico entre las personas que estaban presentes al momento de la ejecución de Dell’Orto y De Marco con un disparo en la cabeza.
