“Caputo cumplí la ley”: siguen las protestas y el acampe por precarización en Ostramar
Trabajadores que reclaman ser reconocidos tras décadas de trabajo no registrado denuncian además que la firma saca langostino del frigorífico en camionetas sin refrigeración.
Este viernes ya son 66 los días de acampe que las y los trabajadores precarizados llevan en las inmediaciones del frigorífico Ostramar, en el Puerto de Mar del Plata, en reclamo de registración tras décadas de trabajo sin derechos laborales. Además de la permanencia en Guanahani al 3100, siguen realizando “escraches” en la casa de los empresarios, a quienes acusan además de sacar langostino del frigorífico en camionetas sin refrigeración.
“Caputo cumplí la ley”, rezan las pancartas que llevaron los obreros del pescado este viernes a la casa de la familia fundadora del grupo empresario, el cual concentra prácticamente todo el proceso productivo, desde la flota pesquera hasta el procesamiento de materia prima y la exportación.
Es que como parte de esa cadena productiva, el Grupo Caputo logró abaratar costos e incrementar sus márgenes de ganancia durante décadas tercerizando el procesamiento de la materia prima en “cuevas” como la cooperativa trucha Owencoop -a la que pertenecían los trabajadores en conflicto- o la planta Fleshmar, donde quienes aportaron la mano de obra lo hicieron prácticamente sin derechos laborales.
Cansados de esa situación fue que el 28 de febrero iniciaron un acampe en las inmediaciones del frigorífico y todavía permanecen allí, no sin la búsqueda de visibilizar su lucha ya sea con cortes de calles en la terminal portuaria o escraches en la propia casa de una de las responsables de la firma.
Sin respuestas por el pedido de ser incluidos en la planta permanente del frigorífico, las y los 17 obreros en conflicto se turnan no solo para realizar las protestas sino también para seguir atentos a lo que sucede en el frigorífico.
Incluso, aseguran que ante la permanencia del acampe, la firma decidió empezar a sacar cajas de langostino del frigorífico en camionetas particulares, sin cámara de frío, y antes de ponerlo a la venta.
Mientras tanto, sostener la medida no es nada grato y más aún porque muchos de ellos dejaron de percibir ingresos. En paralelo, buscan la manera de subsistir y obtener algún ingreso para mantener la medida, pero no es nada fácil: “Tanto los de la mañana como noche se nos complica mucho. Estamos buscando, pero los horarios también complican todo”, lamentaron.
