Fileteros negocian su paritaria y realizan asambleas ante la falta de acuerdo
El Sindicato Obrero de la Industria del Pescado (SOIP) busca que el incremento del primer tramo sea de 60%.
Obreros fileteros y envasadores y peones del pescado en el puerto de Mar del Plata se encuentran negociando su paritaria con la Cámara de la Industria Pesquera Argentina (Caipa) y, mientras se dilata la falta de acuerdo por el primer tramo, realizan asambleas en las fábricas.
Luego de que el personal embarcado cerrara el primer tramo de su paritaria -en términos generales, de un 55% de incremento en cuotas y hasta julio- ahora el personal que realiza el procesamiento de esa materia prima en tierra lleva adelante su negociación, puntualmente en torno al histórico convenio colectivo de trabajo 161/75.
La negociación, mientras tanto, se mantiene sin mayores avances ante un pedido del Sindicato Obrero de la Industria del Pescado (SOIP) por una recomposición del 60% entre los meses de marzo y junio.
Sin embargo, hasta ahora las negociaciones no encontraron mayores avances aunque por el momento no se llevarán adelante medidas de fuerza más allá de asambleas informativas en las fábricas.
El CCT está destinado a regular las relaciones laborales dentro de la industria filetera y de aplicación exclusiva en Mar del Plata, con pautas concretas de horarios, condiciones de trabajo y salario. No obstante, muchas empresas llevan adelante sus propios convenios “pyme” estableciendo sus propias pautas de trabajo con los empleados.
Se trata de un convenio que a lo largo de la historia fue adquiriendo una carga simbólica de las luchas de los obreros por la registración laboral en el Puerto de Mar del Plata, y que hoy en día encarnan, por ejemplo, las y los trabajadores de Ostramar y sus diferentes plantas tercerizadas.
Es que mientras algunas grandes empresas concentran buena parte del proceso productivo y obtienen cuantiosas ganancias gracias en algunos casos a la exportación de materia prima o pescados y mariscos con un procesamiento simple, los obreros encargados del trabajo en tierra son recurrentemente foco del ajuste en los costos de la mano de obra, una situación que incluso llegó hasta al mantenimiento de los propios buques, a costa de condiciones laborales y derechos adquiridos.
