Martes 30 de abril | Mar del Plata
28/02/2022

Ley de Talles: en busca de combatir el modelo hegemónico de cuerpos y belleza

Mientras un “estudio antropométrico” entró en su etapa final, desde la organización AnyBody advierten que actualmente “no hay un acceso al cumplimiento del derecho de vestimenta”.

Ley de Talles: en busca de combatir el modelo hegemónico de cuerpos y belleza
(Foto: ilustrativa / Qué digital)
Celeste Verdicchio

Por: Celeste Verdicchio

Bajo la premisa de romper con la naturalización de la “inconformidad corporal” a partir de un modelo instaurado de un tipo único de cuerpo posible o válido, con la tristeza como sentimiento más frecuente entre aquellas personas que tienen dificultades para encontrar ropa de su talle, la organización AnyBody Argentina, representada por la marplatense Mercedes Estruch, es una de las entidades que trabaja y pelea por el pleno cumplimiento de la Ley de Talles, aprobada por el Congreso de la Nación el año pasado.

La ley 27.521, que tiene por objetivo establecer un nuevo sistema de talles a partir de la diversidad de cuerpos de las y los argentinos, fue reglamentada por el gobierno nacional a comienzos de junio de 2021, y a partir de ahí comenzó a llevarse a cabo un “estudio antropométrico”, encargado de evaluar y definir las formas y dimensiones corporales a través de tecnología 3D. El trabajo, que permitirá crear una base de datos y una nueva tabla de talles, está llegando a su etapa de finalización, según adelantó en diálogo con Qué digital la coordinadora de AnyBody Argentina y activista por la diversidad corporal.

La Ley de Talles, impulsada por activistas de la diversidad corporal, diseñadores de indumentaria y diferentes organizaciones como el caso de la ONG AnyBody Argentina, tiene por objetivo crear un “Sistema Único Normalizado de Identificación de Talles de Indumentaria” (Suniti) que refleje las medidas reales de los cuerpos de la población argentina y aplique para la fabricación, confección, comercialización y/o importación de indumentaria en todo el país.

Para poder elaborar el nuevo sistema de talles, se llevó a cabo en diferentes provincias y ciudades el “Estudio Antropométrico Nacional Argentino” (EAAr), una investigación realizada con tecnología científica avanzada que relevó las medidas y proporciones de las y los argentinos. Su propósito fue estudiar, con precisión y confiabilidad estadística, las formas y dimensiones actuales de la corporalidad argentina para así obtener las medidas “reales”.

El estudio, a cargo del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) -y que según establece el cuarto artículo de la ley deberá ser repetido cada diez años en todo el territorio nacional con el fin de actualizar los talles-, se planifica a partir de los distintos estratos de la población argentina y según las categorías de sexo, género, grupo etario y región, para que los resultados sean representativos de variedad de cuerpos de las y los argentinos.

Para tomar las medidas, el estudio utiliza un escáner corporal 3D que define las formas y dimensiones del cuerpo. Además el dispositivo trabaja con sensores infrarrojos y genera una imagen virtual tridimensional de la persona en un lapso de entre quince y veinte segundos, sin contacto ni riesgos para la salud. El o la participante debe mantener el cabello recogido y permanecer en ropa interior -en total privacidad- durante el tiempo que dura el estudio.

De esta manera, los resultados obtenidos a partir de la evaluación antropométrica conformarán la primera “base de datos nacional de medidas antropométricas”, lo que permitirá, a su vez, confeccionar el sistema o tabla de talles: “El estudio antropométrico está finalizando ahora a fines de febrero en Salta. Una vez que termine, quedaremos a la espera de los resultados que va a brindar el INTI en un Consejo Técnico Consultivo, algo que se puso en la reglamentación de la ley para llevar a cabo la confección de la tabla de talles”, explicó la referente de la ONG AnyBody Argentina, un movimiento global de “Cuerpos en riesgo de extinción” conformado en Londres, Alemania, Nueva York, Brasil, Australia, Irlanda y Nueva Zelanda que lucha contra el odio corporal y aborda la representación de la mujer en la sociedad.

(Foto: AnyBody Argentina)

El consejo consultivo, que tiene como función elaborar informes en cuanto a la implementación y difusión del sistema de talles, está compuesto por el director de Defensa del Consumidor y Arbitraje en Consumo de la Secretaría de Comercio Interior, representantes de las cámaras sectoriales, la sociedad civil, asociaciones de consumidores, el Consejo Federal de Consumo, docentes de las Universidades Nacionales de las carreras de Diseño de Indumentaria y Diseño Textil, el Ministerio de Salud, el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi) y el INTI.

A pesar de que la ley de talles está reglamentada desde junio de 2021, aún no cuenta con aplicación para la confección y fabricación de prendas de vestir. El motivo radica, justamente, en que el estudio antropométrico se encuentra en sus últimas etapas y es a través de los resultados que arroje que se conformará la tabla de talles.

Una vez que se cree el sistema de talles, todos los comerciantes, fabricantes o importadores de indumentaria deberán identificar cada prenda, según la tabla, con una etiqueta adherida que sea de fácil comprensión para la o el consumidor. Además, las casas de venta de ropa deberán exhibir obligatoriamente, un cartel (de un tamaño mínimo de 15 por 21 centímetros) con la tabla de medidas corporales vigente.

UN SISTEMA DE VESTIMENTA QUE VULNERA DERECHOS

Previo a su análisis sobre la ley de talles, la referente de AnyBody Argentina apuntó a los derechos básicos como el “derecho a vestirse” y el “derecho a la salud integral”, que -según plantea- no se cumplen y se relacionan directamente: “Actualmente no hay un buen acceso al cumplimiento del derecho a vestimenta en nuestro país”. Muchas de las personas que no responden al modelo hegemónico de cuerpo, y que no encuentran prendas en sus talles, son motivo de actos discriminatorios y creen que sus cuerpos están “mal”, explicó Estruch.

“En primera instancia tenemos que hablar de un derecho básico, que es el derecho a vestirse. Según los datos que arrojó nuestra encuesta 2021 [AnyBody] sobre experiencias de comprar ropa, casi el 65% de les encuestades [población argentina] manifiesta tener problemas a la hora de encontrar ropa en su talle”, afirmó la activista por la diversidad corporal.

“En ese sentido estamos hablando de que actualmente no hay un acceso -un buen acceso- al cumplimiento del derecho de vestimenta en nuestro país”, agregó. La misma encuesta realizada por la ONG reveló que la tristeza es el sentimiento más frecuente entre aquellas personas que tienen dificultades para encontrar ropa en su talle. Ellos y ellas perciben que su cuerpo “no encaja en la ropa que desean”. Además, un 55% contestó que el hecho de no encontrar su talle hace que se cuestionen su cuerpo.

“Como consumidores no tenemos estos derechos garantizados -el derecho a vestirse y a la salud integral-, ya que muchos de los lugares donde se fabrica o se vende ropa ofrecen una variedad de talles muy reducida o solo un talle, el famoso ‘talle único’. Por ende, se nos vulnera el derecho a acceder a la ropa, independientemente del cuerpo que tengamos”, explicó Estruch.

La referente también hizo énfasis en la “perspectiva que maneja la industria”, que quiere creer que solo existe un tipo de cuerpo y que confecciona ropa pensada para ese cuerpo “ideal” hegemónico, dejando por fuera todo cuerpo distinto. De esa manera, “se invisibiliza y se niega la diversidad de cuerpos que tenemos y de personas que somos”, apuntó la activista.

“En ese mismo sentido se vulnera el derecho a la salud integral. Nuestras encuestas y muchos otros estudios han demostrado que no encontrar talle afecta a la salud mental de maneras bastantes graves. Puede generar, por ejemplo, que las personas desarrollen algún tipo de padecimiento en la conducta alimentaria”, advirtió. Según AnyBody, Argentina tiene -a nivel mundial- la segunda tasa más alta en desórdenes alimentarios. La primera corresponde a Japón.

Está muy marcada esta idea de que nuestros cuerpos están mal y no que la industria textil o las marcas de ropa son las que están mal, que fabrican un solo talle o tres talles que tienen una mínima diferencia entre sí.

Para Estruch, no solo se vulnera el derecho a la salud integral sino que se pone en riesgo -en muchos casos- la vida de las personas. En particular, de aquellas personas gordas ya que se fomenta la discriminación por tener cuerpos grandes, perpetuando la idea de lo “normal” versus lo “raro”.

“Se reproduce un sistema de hostigamiento generalizado, que hace que en el sistema de vestimenta que tenemos se refuerce la idea de que hay un tipo de cuerpo que está bien, que es el correcto”, sumó.

La ley de talles, en este sentido, podría ayudar a combatir los pensamientos generalizados de que hay ciertos cuerpos que están mal, afirmó Estruch: “Lo que esta ley representa en materia de derechos es básicamente ayudar a disminuir la discriminación y que la idea de que hay ciertos cuerpos que están mal vaya cesando. De todas formas se necesitan muchos más cambios estructurales, aunque la ley de talles no deje de ser algo sumamente importante”.

Uno de los puntos destacados de la ley de talles es que establece que debe ser complementaria a la Ley N° 24.240 de Defensa del Consumidor y a la Ley 23.592 de Penalización de Actos Discriminatorios. Esto se relaciona, a su vez, con el noveno artículo que determina que las casas de ropa deben garantizar un trato digno y equitativo a todas y todos los consumidores, absteniéndose de cualquier tipo de conducta discriminatoria que coloque a la persona en situaciones vergonzantes y/o intimidatorias.

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La delegada del Inadi en Mar del Plata, Cintia Mónaco, reveló recientemente a Qué digital en el marco de la campaña “Verano Sin Discriminación” que los actos discriminatorios relacionados al peso -por gordofobia o gordoodio- constituyen el segundo motivo más frecuente de denuncias que recibe el organismo. Según la referente local, vivimos en una cultura basada en el “pesocentrismo”.

EL 62% DE LAS PERSONAS DESEARÍA TENER UNO O DOS TALLES MENOS 

“Los datos de nuestras encuestas confirman que vivimos en una sociedad donde está naturalizada la ‘inconformidad corporal’. Esto tiene que ver con el modelo instaurado de un único tipo de cuerpo posible, de un único tipo de cuerpo que es válido. Entonces, como se valida un solo tipo de cuerpo y todo el resto queda invalidado, vivimos en una sociedad que jerarquiza a las personas por el cuerpo que tienen”, denunció Estruch.

Esta inconformidad corporal se condice directamente con uno de los datos que arroja la encuesta de AnyBody Argentina 2021, en la que el 62% de las personas encuestadas afirma que su “talle ideal” no es el que tiene actualmente. Además, al pensar cuál sería su talle ideal, respondieron que uno, dos o más de dos talles menos que el suyo.

“Todo esto afecta directamente a la autopercepción que tienen las personas y a la construcción de ideales de normatividad y de belleza, tanto corporales como de aspecto físico”, afirmó la referente de la ONG.

EL 99% DE LAS MUJERES SIENTE QUE NECESITA BAJAR DE PESO

Por último, Estruch hizo hincapié en las grandes presiones que, aún hoy, siguen recayendo sobre las feminidades. Estas presiones tienen que ver con cumplir ciertos estándares no solo de belleza sino de cuerpo que van de la mano con “ser una mujer deseable”. Según datos de AnyBody, solo el 5% de las mujeres argentinas está contenta con su cuerpo y el 99% de ellas siente que necesita bajar de peso.

“Se ha creado una gran industria alrededor de la perfección de los cuerpos. Esta se basa en dietas restrictivas que son impulsadas y fomentadas por el mismo sistema hegemónico. También aparece todo lo que es la industria de la belleza y el fitness, que cada vez va más en alza y que sigue perpetuando que solo hay un tipo de cuerpo que está bien y un solo modelo de belleza que está bien”, explicó. Argentina es uno de los países más solicitados, a nivel mundial, para realizar cirugías estéticas.

“Así, la industria te impone el modelo de belleza y de cuerpo ideal y te venden un montón de productos para alcanzarlo o perseguir esos estándares. ¿El resultado? Un círculo vicioso de inconformidad que no termina de saldarse por nunca llegar a esos estándares”, concluyó.

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