Viernes 26 de abril | Mar del Plata
03/11/2019

Cuando Mar del Plata se convirtió en centro del espionaje policial a la lucha feminista

Un informe de la CPM expone cómo el servicio de inteligencia de la Bonaerense espiaba la lucha que trajo la sexta edición del Encuentro Nacional de Mujeres a Mar del Plata en los ’90.

Cuando Mar del Plata se convirtió en centro del espionaje policial a la lucha feminista
El segundo Encuentro de Mujeres en Mar del Plata, en 2015. (Foto: archivo / Qué digital)

La Comisión Provincial por la Memoria (CPM) tiene bajo su custodia los archivos de la Dirección de Inteligencia de la Policía de la Provincia de Buenos Aires (Dippba), un organismo de los servicios de inteligencia sospechado de estar vinculado con delitos de lesa humanidad y conocido en Mar del Plata ya que allí se desempeñó el actual fiscal general de la ciudad, Fabián Fernández Garello, hoy procesado por la tortura y secuestro de tres militantes comunistas.

La Dippba, creada en 1956 y recién disuelta en 1998, realizó tareas de inteligencia durante medio siglo, incluso tras el fin del gobierno de facto. Pero además de militantes políticos, su objetivo de vigilancia también fue la lucha feminista: así lo revela un informe de la Comisión que expone cómo se llevó adelante -sobre todo durante los ’90- el espionaje contra las mujeres organizadas, partiendo de aquellas que participaron en 1991 en Mar del Plata del sexto Encuentro Nacional de Mujeres, evento que no paró de crecer hasta la actualidad, que tuvo otra edición en la ciudad en 2015 y que este año celebró su 34° edición en La Plata.

En ese marco, la CPM elaboró el informe a partir de tener bajo su custodia los archivos del disuelto organismo, documentación a partir de la que, por ejemplo, se pudo avanzar con acusaciones concretas contra el actual fiscal general de Mar del Plata.

A quiénes siguieron, quién estuvo a cargo y qué rol tuvo el gobierno peronista en el espionaje. De qué forma el trabajo de inteligencia contra el movimiento de mujeres se fue transformado en un archivo para la lucha feminista: “De archivo de los perseguidores a archivo de las víctimas del espionaje”.

ESPIONAJE EN EL SEXTO ENCUENTRO NACIONAL DE MUJERES

En la Dippba hay un legajo exclusivo para las tareas de espionaje realizadas en la previa y durante el Encuentro de Mujeres que se dearrolló entre el 8 al 10 de junio de 1991. El espionaje se inició seis meses antes (en noviembre de 1990) y la información fue producida por la comisaría primera de General Pueyrredon.

La novedad de ese primer Encuentro marplatense es que fue el primero en realizarse en la Provincia de Buenos Aires, por lo que la Policía Bonaerense tuvo un rol preponderante en la elaboración de las 30 fojas del legajo. En él se detallan, en primer lugar, las actividades organizativas previas al ENM.

En su informe, la Dippba relevó, por ejemplo, la participación de al menos 6 mil mujeres en los 27 talleres que se llevaron adelante. En ese sentido, destaca que los espacios de debate “más concurridos fueron mujer y familia, mujer y trabajo, y mujer y educación, siendo el más debatido el V centenario de la conquista de América”.

Es en ese marco, además, que la policía relevó la participación de mujeres de comunidades originarias como la mapuche, quienes habían llegado a la ciudad para proponer que la séptima edición se desarrollara en Neuquén o en un territorio con fuerte presencia de comunidades aborígenes, al cumplirse 500 años del inicio de la conquista.

Ese legajo contiene, entre otras fojas, un recorte periodístico que enumera la lista de temas que se tratarían en los talleres. Además relata la presión ejercida por parte del justicialismo antiabortista, encabezado por el entonces gobierno nacional de Carlos Menem. Vinculado a esto, menciona que la Policía Bonaerense en Zárate detuvo, por orden del Ministerio del Interior, a varios micros que venían al Encuentro y que pertenecían a un sector identificado con las consignas sobre la despenalización y legalización del aborto.

LA BÚSQUEDA DE JUSTICIA

El informe, además, adjunta información sobre numerosos femicidios ocurridos en aquel entonces, que motivaban en las organizaciones el debate acerca de la necesidad de un cambio de perspectiva de lo que antes se creía eran “crímenes pasionales” y que desde 2012 pasarían a considerarse femicidios, con la figura judicial correspondiente. Además, sumaron informes sobre las marchas posteriores al encuentro (1996) que se llevaron a cabo a partir de distintos femicidios registrados en diversas provincias.

En esa misma línea, en los casos enunciados por la Dippba y tal como expone la CPM, se puede ver la interpretación y el foco que hacía el organismo acerca de los femicidios, algo que actualmente en algunos sectores de la sociedad aún se sigue reproduciendo: el énfasis en la historia personal de la víctima, en su vida sexual, en la existencia de adicciones o la injerencia de cuestiones “sentimentales”.

Asimismo, en los archivos de inteligencia se desarrolla un caso específico: el femicidio de María Soledad Morales, ocurrido Catamarca, lo que motivó movilizaciones en esa provincia, pero también en Buenos Aires, donde se siguió de cerca a los frentes estudiantiles que se sintieron conmovidos por lo sucedido y reclamaban justicia.

Al respecto, en uno de los pasajes del legajo, transcribieron: “Es menester recalcar toda ocasión de protesta masiva para que organizaciones de izquierda y entidades de derechos humanos utilicen estos actos para usufructuar y propiciar su influencia de descontento social hacia las autoridades gubernamentales”.

LA DIPPBA Y EL ABORTO 

En el archivo de la Dippba, desde 1990 existe documentación sobre cuestiones relacionadas al aborto, ya sea en relación a los debates legislativos al respecto, los casos de abortos mal realizados atendidos en hospitales públicos u operativos en clínicas clandestinas. La Dippba le dedicó a la temática dos apartados específicos.

Uno de ellos está íntimamente relacionado con el tratamiento que hizo el Congreso en 1990 de un proyecto para despenalizar el aborto. En ese apartado se reúne información sobre las actividades de difusión y debate que el movimiento de mujeres venía realizando en la sociedad, así como también aparecen nombres de referentes feministas del momento.

En cuanto a los casos de abortos inconclusos atendidos en hospitales públicos, la policía relevó que, solo en un hospital público, se atendieron ocho casos por día en 1992.

“DE ARCHIVO DE LOS PERSEGUIDORES A ARCHIVO DE LAS VÍCTIMAS”

En el cierre del informe, la Comisión Provincial por la Memoria (CPM) traza una conclusión en la que apunta a la reconversión del archivo que tiene bajo su custodia: “Estos no fueron los únicos años que el movimiento de mujeres estuvo vigilado; durante toda su existencia, la Dippba no ignoró las luchas y organizaciones feministas: realizó tareas de espionaje, inteligencia y control de estos movimientos. La persecución fue minuciosa, intentando clasificar su ideología y su grado de peligrosidad”.

“El registro de la vigilancia policial es, en definitiva, el registro de las luchas y organizaciones feministas a lo largo de más de medio siglo. La Dippba encierra esta paradoja: un archivo construido para la persecución y la censura se convierte en un reservorio de la memoria de las luchas populares. De archivo de los perseguidores a archivo de las víctimas del espionaje”, concluyeron.

Ver más: , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , ,

03/11/2019