Fracasó otra reunión y sigue el paro de colectivos en Mar del Plata
La UTA sigue sin llegar a un acuerdo con las partes en conflicto y mantiene la medida de fuerza en los servicios de corta y media distancia.
La Unión Tranviarios Automotor (UTA) ratificó este miércoles a la tarde la continuidad del paro de colectivos -determinado para miércoles y jueves- que afecta a Mar del Plata y a la mayoría de las ciudades del interior del país luego de que fracasara una nueva reunión para intentar destrabar el conflicto.
“Continúa el paro porque no hubo acuerdo”, resumieron desde la UTA Mar del Plata este miércoles alrededor de las 16 después de que fracasara una nueva reunión a instancias del Ministerio de Trabajo en la que se buscaba destrabar el conflicto que derivó en una medida de fuerza por 48 horas que se inició con la paralización del servicio de colectivos a las 0 de este miércoles y que se extenderá también durante este jueves.
El punto de conflicto es la falta de avance en la negociación paritaria entre la UTA y la Federación Argentina de Transporte por Automotor de Pasajeros (Fatap), que nuclea a las empresas del interior del país, aunque tiene como trasfondo una vez más el reclamo empresarial para conseguir mayores subsidios por parte del gobierno nacional, a quien volvieron a señalar la disparidad entre lo que aporta a las firmas del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) y lo que se destina a las de todo el interior.
En ese sentido se expresó en las últimas horas el intendente Guillermo Montenegro al exponer reclamos al gobierno nacional e insistir por la disparidad de subsidios. Al respecto, comparó que mientras en el conurbano bonaerense un boleto de colectivo “ronda los 35 pesos”, en el interior en casos ya supera los 100 pesos, como en Mar del Plata, donde hace más de un mes por decreto suyo la tarifa plana pasó a costar $98,44 y llega a $156,21 en los tramos más extensos.
De esta manera, y como suele suceder, la medida de fuerza del gremio ante la falta de acuerdo salarial para los choferes funciona a su vez como herramienta de presión en función del interés de la cámara empresarial para recibir mayor asistencia estatal por medio de los subsidios al momento de afrontar su estructura de costos.
El conflicto está lejos de ser nuevo ya que en los primeros días de agosto había entrado en vigencia una conciliación obligatoria -ya vencida- por parte del Ministerio de Trabajo de la Nación para poner freno a medidas de fuerza anunciadas en ese entonces que, pasados dos meses, volvieron a concretarse.
