Rigel: cinco años de recuerdo, lucha y búsqueda de respuestas del Estado
Los familiares de los trabajadores desaparecidos tras el hundimiento realizaron un acto en la Banquina de los Pescadores.
Este viernes se cumplieron cinco años de aquel 9 de junio de 2018 en el que el buque pesquero Rigel se hundió frente a las costas de Rawson provocando la muerte de nueve trabajadores, de los cuales ocho siguen desaparecidos. Como cada mes, las familias siguen reclamando avances en su búsqueda inclaudicable de justicia, y realizaron un acto en la Banquina de los Pescadores. “No hay registro de toda la gente que desapareció en nuestro mar. Se tiene que hacer memoria por todos y cada uno de ellos; no fueron los nuestros nada más”, recordó Guillermina Godoy, madre de uno de los tripulantes.
A lo largo de estos cinco años hubo un largo camino recorrido por los familiares de los trabajadores desaparecidos donde además de organizarse, tuvieron que sobreponerse a ser espiados por agentes de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), buscar por todos los medios que la causa por el hundimiento no quede en la nada y, al igual que sucedió en otros casos similares, lograr que se genere un antecedente judicial donde el esclarecimiento de responsabilidades contribuya a cambiar las condiciones laborales en el puerto.
Lo que nunca cambió a lo largo de estos 60 meses fue la lucha de las familias, que no se cansan de golpear puertas de ministerios ni de juzgados en búsqueda de respuestas a cada uno de los factores que hicieron al naufragio de la embarcación de la empresa Pesca Nueva SA.
En ese marco, una de las últimas novedades de su lucha tuvo que ver con un nuevo viaje a Rawson, puntualmente al Juzgado Federal del juez Gustavo Lleral, donde exigieron personalmente que avance la causa que investiga el hundimiento y que la fiscalía de Fernando Gélvez haga foco en lo que hace al operativo de rescate: puntualmente, la diferencia horaria entre los registros de la Armada y los de Prefectura y su posible implicancia en el despliegue del rescate de la tripulación.
Asimismo, en esa reunión apuntaron contra la falta de avances en el cumplimiento de la orden judicial para que bajen los buzos y realicen pericias al casco, emitida al gobierno nacional en octubre de 2019 y que, más allá de la presentación de presupuestos, todavía no se realizó. Sobre este punto, los familiares de las víctimas advirtieron que lo único que resta para que se cumpla con la orden es que se apruebe la partida presupuestaria.
Puntualmente en lo que respecta a esa orden, tras la gestión de Cambiemos -que también la incumplió- el gobierno nacional actual del Frente de Todos sigue sin propiciar avances en ese sentido. La manda judicial apunta directamente a la Jefatura de Gabinete (y a través de ella a los ministerios intervinientes) que, tras distintos cambios, hoy está a cargo de alguien –Agustín Rossi– que en campaña electoral y en su rol como ministro de Defensa -una de las carteras involucradas- supo recibirlos y saber de la necesidad de avanzar con las pericias. Ahora, las familias aguardan por una audiencia con el funcionario.
Es que justamente la falta del operativo subacuático es la principal excusa que pusieron a lo largo de meses -e incluso años- quienes llevan adelante la causa para no avanzar en los pedidos de imputación y declaración indagatoria para seis prefectos que estaban de guardia ese día en el Puerto de Mar del Plata, acusados por el delito de incumplimiento de deberes de funcionario público por no haber verificado las condiciones en las que salió el buque.
En ese sentido, el emotivo acto que se realizó este viernes en la Banquina de los Pescadores contó con la participación de familiares de los marineros desaparecidos -además de Guillermina Godoy, mamá de Nahuel Navarrete, estuvieron presentes las familias de Néstor Rodríguez, Luciano Mieres y Jonatan Amadeo, entre otros-, trabajadores del sector portuario, representantes del Sindicato de Obreros Marítimos (SOMU), extripulantes del Rigel y familiares de las víctimas del hundimiento del Repunte.
Al tomar la palabra, y notablemente emocionada, Guillermina reparó en lo difíciles que han sido estos cinco años, recordó con ternura a su hijo y pidió justicia, no solo por los que ya no están sino por todos los que diariamente salen a navegar. Así, aseguró que “no son invencibles los marineros, son seres humanos” y le pidió a los trabajadores del sector que luchen por sus derechos, porque “si el trabajo es dignidad, la seguridad y la preservación de su integridad física también lo son”.
Además, Guillermina aprovechó la oportunidad para cargar contra la falta de controles en el puerto, apuntó contra Prefectura – “no hay control a los agentes de control como Prefectura; ellos hacen deshacen, investigan y dan los informes finales”, cuestionó- y destacó la importancia de ejercer una memoria activa: “No hay registro de toda la gente que desapareció en nuestro mar. Se tiene que hacer memoria por todos y cada uno de ellos; no fueron los nuestros nada más”, enfatizó.
Según está acreditado en la causa judicial, el buque Rigel tenía orden de zarpada a las 15 del 5 de junio, y sin embargo no lo hizo a tiempo. En el marco de las declaraciones testimoniales aportadas por familiares y otros civiles, se conoció que el buque salió entre las 23 y la 1 de la mañana del día siguiente. En el medio, hubo problemas en el motor, inspecciones sin realizar y registros que faltan. El resultado, un barco que no resistió un temporal.
