Lunes 29 de abril | Mar del Plata
25/12/2022

Cintia Pili, la primera delegada sindical travesti trans de Mar del Plata: “Es un desafío”

Al construir su identidad entendió que la marginalidad no era su destino. Hoy representa a sus compañeras del Hogar Galé en el Sindicato de Trabajadores Municipales.

Cintia Pili, la primera delegada sindical travesti trans de Mar del Plata: “Es un desafío”
(Fotos: Qué digital)

Lucha, resistencia y superación definen a Cintia Pili, la primera delegada sindical travesti trans en Mar del Plata. En pleno invierno sus compañeras del Hogar de Tránsito Gloria Galé para víctimas de violencia de género la votaron para que las represente en el Sindicato de Trabajadores Municipales (STM) y así se convirtió en “la voz de las travestis trans” en el sindicalismo local. Gracias a la militancia, entendió que la política es una “herramienta de transformación” y con menos de 50 años se siente “una sobreviviente” de la prostitución por lo cual su objetivo es “luchar para caminar libremente como cualquier persona”.

El 15 de agosto se realizó la elección para elegir quién sería delegada del Hogar de Tránsito Gloria Galé. La votación se realizó con la presencia de integrantes de la comisión directiva del STM y la candidata a delegada Cintia Pili, que fue elegida por unanimidad del plantel de las trabajadoras. “Soy la primera delegada travesti trans del Sindicato de Trabajadores Municipales y del sindicalismo marplatense. Quiero que otros sindicatos también se sumen a esta representación importante, habiendo tantos sindicatos como la CGT o la CTA”, compartió en una charla con Qué digital.

En cuatro meses, Cintia Pili como delegada sindical participó con el conjunto de delegados y delegadas en cuestiones que tienen que ver con las paritarias, el pedido de aumento salarial o los encuentros sindicales. “Es un desafío para mí estar en el mundo sindical, un mundo machista. Es importante rescatar que la Secretaría de Género e Igualdad me ha acompañado mucho y siempre ha querido incorporarme, así que se abrió un abanico muy grande en el sindicato en cuestiones sobre mi persona; también hay otras delegadas que me acompañan”, destacó.

Al respecto, y si bien representa a sus compañeras del Hogar, Cintia sostiene que es la “voz de todo un colectivo” y por eso uno de los reclamos latentes es el cumplimiento del cupo laboral travesti trans. “A través del sindicato vamos a presentar un expediente para pedir el cumplimiento. Como delegada estoy marcando un precedente por eso el pedido es que se cumpla con el cupo y acompañar ordenanzas que amplíen derechos de nuestro colectivo”, sostuvo.

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El cupo laboral travesti trans en Mar del Plata se votó en 2017 por unanimidad pero aún no fue ejecutado. “Hasta el momento no se ha dado cumplimiento a la ley y ni siquiera está reglamentada esa ordenanza, es decir no hay voluntad política de llevarla adelante. Desde el sindicato van a acompañar y vamos a ver qué instancias hay ahora”, expuso Cintia.

Hace una década que la trabajadora municipal ingresó en la política porque está convencida de que hay que involucrarse para generar cambios. Comenzó en el Movimiento Social Atahualpa, en el gobierno de Gustavo Pulti fue asesora de la concejal Alejandra Urdampilleta y desde ahí ingresó al Estado municipal. Una sobreviviente de la calle que se forjó a fuerza de voluntad. “Mi mentoras Diana Sacayán y Lohana Berkins, principalmente, me enseñaron que somos sujetas políticas, que (la política) no es mala sino una herramienta de transformación. Así lo sentí, empecé a votar y a ejercer mi derecho”, reconoció.

Mi ímpetu y mi impronta fue poder salir del estado de prostitución o de la calle; eso me impulsó. Golpeé muchísimas puertas y tenía el respaldo de una organización como el Movimiento Social Atahualpa

“Nosotras hemos construido muchos avances junto al feminismo y las mujeres biológicas que están en representación sindical, la mayoría vienen peleando por ampliar derechos. Siento que me abrazan, no habla solo de mí sino de todo un colectivo: soy la voz de las travestis trans”, expresó.

Y si bien algunas personas consideran que el ambiente político puede ser hostil, Cintia Pili afirmó: “Acá hay reconocimientos y también pelear los lugares pero hemos avanzado con el Matrimonio Igualitario, la Ley de Identidad de Género. Hubo una gran apertura en la sociedad de algunas cuestiones y los sindicatos se tienen que ir aggiornando a estas nuevas realidades”.

SOBREVIVIR A LA CALLE PARA LUCHAR POR AMPLIAR DERECHOS

A los doce años, Cintia Pili llegó a Mar del Plata desde Balcarce y construyó su identidad de género. Tuvo que ejercer la prostitución durante 35 años, por eso se siente una “sobreviviente” que ahora lucha porque se regule el cupo laboral travesti trans en el Municipio y reclama porque se vete la ordenanza aprobada este año que regula el trabajo sexual.

En sus primeros años en Mar del Plata, para poder vivir cuidó coches, juntó cartones y vivió en la calle hasta que conoció a su mamá travesti, Marcela. “Todas tenemos una madre biológica y una mamá elegida trans, (yo) la acompañaba a ella y era menor. En la década de los ‘90 en Luro y Champagnat comencé a prostituirme”, recordó.

En esos años entendió que la calle y la marginalidad no podían ser su único destino y desde ahí comenzó el camino de lucha y militancia junto a la hoy directora provincial de Políticas de Diversidad Sexual, Daniela Castro, a quien siente como una hermana y compañera de ruta. Formó parte de la Mesa de Trabajo en Políticas de Diversidad Sexual aprobada en el 2011 y participó de la creación de la primera cooperativa textil gestionada por personas trans en el Movimiento Atahualpa. Además, en el 2005 impulsó y actualmente forma parte de la Marcha del Orgullo LGBTIQNB+.

“En Mar del Plata hemos ganado representatividad, somos un gran colectivo con un montón de compañeras, referentas y referentes. Se hizo una nueva Marcha del Orgullo, digo hace 16 años que venimos reclamando por nuestros derechos y celebrando lo logrado”, subrayó y agregó: “Más allá de las diferencias somos muy unidas para luchar juntas, juntes. A pesar de ser una  ciudad conservadora ha avanzado mucho”.

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Cintia Pili es una histórica activista y militante de los derechos humanos de Mar del Plata. Junto a otras compañeras del colectivo impulsó distintas ordenanzas municipales que luego se transformaron en políticas públicas y en el Movimiento Social Atahualpa es la referente del área de Género y Disidencias. A su vez, es una de las fundadoras de la Asociación Mundo Igualitario (AMI) y, en plena pandemia, junto a otras organizaciones como 100 por ciento Diversidad y Derechos, Nuestra América y el Movimiento Social Atahualpa conformó el primer Comité de Emergencia LGBTIQNB+ de la ciudad en articulación con la Universidad Nacional de Mar del Plata y los Comité Barriales de Emergencia (CBE).

“Entendimos que en estas cuestiones, la política es una herramienta de transformación y hacemos política permanentemente como herramienta transformadora. Somos muchas voces que andamos dando vuelta en la ciudad y que se unifica. Tuvimos una gran participación en las leyes de identidad de género y de matrimonio igualitario”, manifestó.

A pesar del camino recorrido, Cintia sigue sosteniendo que aún falta mucho por hacer. “Quiero mencionar la ordenanza 25.590 que regula el ejercicio del trabajo sexual. Para nosotras es un retroceso, no es la solución. Mucho menos llevar a las compañeras que hoy el único medio de subsistencia es la prostitución y mandarlas al cementerio, es repudiable e inconstitucional”, consideró.

Mar del Plata retrocede con esta ordenanza. Pedimos que el intendente la vete y dé cumplimiento con la ordenanza anterior a ésta que no está reglamentada, hay una falta de voluntad de seguir acompañando una lucha histórica

Como tantas otras, Cintia siente que esta ordenanza no sólo persigue a las que se paran en una esquina para “brindar un servicio sexual”, sino que limita al colectivo al salir de sus casas. “El otro día estaba parada esperando el colectivo y pasó una Patrulla Municipal, dio tres vueltas y evidentemente me reconocieron porque siguieron. Darle la potestad a la Policía no es el camino”, señaló.

Cintia vivió en la calle y padeció la crudeza por sobrevivir: “Hablo de la represión policial que teníamos, me quedaron marcas en el cuerpo por querer llevarme detenida porque había algo que les daba el poder para llevarnos detenidas, eran contravenciones. La prostitución no es delito. He estado detenida en comisarías violando todos nuestros derechos y me quedaron muchas secuelas”.

Lo he trabajado en terapia pero me quedaron secuelas, como caminar rápido en la calle y sentirme perseguida

“Que yo piense que soy sobreviviente de la prostitución, (no quiere decir) que soy enemiga. Tenemos un concepto distinto sobre una palabra, para mí el que consume prostitución es prostituyente no cliente. Muchas veces me sentí violada y desde ese lugar para mí no es un trabajo”, detalló. Exponer el cuerpo al deseo y voluntad de otra persona solo por dinero es dejar a “merced de otro que haga lo que quiera”, según entendió. “Nos asustamos cuando vemos una niña prostituyéndose pero no cuando es travesti niña: yo comencé a los 16 años y era menor de edad”, ejemplificó.

Otro reclamo tiene que ver con la expectativa de vida de quienes integran el colectivo travesti trans, que en su mayoría no supera los 40 años. “Siempre digo que tengo más de 20 compañeras y amigas muertas. No es un discurso que soy una sobreviviente, no llegamos por la calidad de vida que llevamos y el poco acceso a la salud. La noche, el frío. ¿Quién quiere estar parada a las 3 de la mañana en una esquina?”, cuestionó.

Por último, Cintia agradeció a cada compañera que forma parte de su vida política e insistió a seguir conquistando espacios y derechos. “Más allá de la problemática que genera la noche y la prostitución, ésta no es la solución. Es hablar de vecinos de primera y vecinos de segunda. Si no veta la ordenanza, pedimos que el intendente (Guillermo Montenegro) reúna todas las voces para poder trabajar en una donde no molesten a los vecinos y las que realmente quieren estar paradas en una esquina puedan decidir en conjunto con el Ejecutivo dónde y que no estén en peligro”, cerró.

HOGAR DE TRÁNSITO GLORIA GALÉ

Hace cinco años que Cintia Pili trabaja en el Hogar de Tránsito Gloria Galé que actualmente sigue funcionando mientras se realizan obras de ampliación, un reclamo que se demoró hasta que las tareas empezaron a concretarse -en parte- con una inversión millonaria que se desprende del Fondo de Infraestructura Municipal.

“Hay un equipo técnico que trabaja con las mujeres, una abogada, una trabajadora social, una terapista ocupacional y una psicóloga. Funciona las 24 horas y somos dos cuidadoras por turno”, explicó sobre su rutina laboral. En cuanto a su tarea específica, Cintia explicó que se ocupa de hacer los ingresos y egresos de las mujeres y las niñeces. “La mujer que sufre violencia intrafamiliar hace la denuncia, pide medidas y está en la institución a la espera”, puntualizó.

“Nuestro trabajo junto con el del equipo técnico es muy importante, nuestra directora está siempre presente por cualquier llamado. Las asistimos, a veces compartimos 16 horas, cocinamos, hay talleres y durante el día van a Tribunales o llevan a sus hijos al médico”, describió.

Por último, afirmó: “Es una tarea compleja porque significa ponerle el cuerpo, hay mucha empatía, al menos de mi parte”.

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